En marzo de 2021 Alejandra Cox se convirtió en la primera mujer en presidir la Asociación de AFP. La economista que estaba radicada en Estados Unidos desde 1977 se instaló en Santiago, pasando desde la academia a encabezar una de las industrias más turbulentas en Chile.
En ese momento, el gobierno del expresidente Sebastián Piñera buscaba sacar adelante su reforma previsional y había anunciado el aumento del Pilar Solidario a un 80% de la población. En paralelo, el Congreso tramitaba un tercer retiro del 10%, el que resultó ser aprobado. Luego se inició el proceso constituyente y también vinieron otros dos intentos de retiros que no tuvieron éxito. Pero el Congreso también aprobó la Pensión Garantizada Universal (PGU). Cuando Cox cumplía un año en el cargo, llegó el cambio de gobierno, con lo cual se empezó a discutir una nueva reforma previsional, una que esta vez pretende acabar con las AFP.
Bajo este escenario es que, Cox el próximo mes, dos años después de haber asumido la presidencia, dejará el cargo. Ahora será Paulina Yazigi quien tomará la posta. En marzo, cuenta Cox, realizarán la transición, y tan pronto como en abril volverá a vivir Los Ángeles, Estados Unidos.
¿Fue una decisión suya dar un paso al costado o fue una decisión del directorio?
Desde el principio tuve un compromiso con el gremio por dos años, porque la verdad es que estaba muy interesada en contribuir a esta gran discusión en Chile sobre el sistema de pensiones. Pero al mismo tiempo, yo vivía en Estados Unidos, ahí tengo a mi familia y todas mis cosas. Y me siento un poco con la misión cumplida.
¿Sabía con lo que se iba a encontrar al asumir este cargo o hay cosas que la tomaron por sorpresa?
Sabía que era un reto, que había mucha crítica y desilusión. Sabía que esa desilusión estaba orientada hacia la AFP y veía eso como un error. Es un error. Y la verdad es que cuando llegué me sorprendí por el nivel, por cuán generalizada era esa sensación de que el sistema no servía, cuando desde afuera, dados los problemas que tienen todos los sistemas de pensiones en el mundo en este momento, nuestro sistema se ve como una buena alternativa, pese a que no es perfecto. De hecho, la gran mayoría de los países se están moviendo hacia más ahorro, no han podido cerrar los sistemas tradicionales porque están ya con mucha gente pensionándose. Creo que en Chile ha habido poco conocimiento de lo que realmente falla y que hay que cambiar. En nuestro sistema de pensiones es clave cambiar los parámetros, que la gente esté más educada en la importancia del ahorro y de la relación entre las contribuciones y las pensiones.
Dice que se va con la misión cumplida. ¿Qué cumplió de lo que quería lograr?
Veo este periodo muy activo en la discusión previsional, y donde se logró un avance muy importante al aprobarse la creación de la PGU. Esto lo tomo también como un legado de nuestra gestión, pues aunque la PGU es una ley que es una continuación del Pilar Solidario, fue una propuesta que instalamos en marzo de 2021, cuando aún no era tema para el gobierno de la época (...) Es cierto que recibí críticas por este planteamiento, hay muchos economistas que no estaban de acuerdo. Y hubo una discusión muy intensa en el Congreso por el financiamiento, pero hoy que la PGU es una realidad, creo que el tiempo nos ha dado la razón. Era una muy buena reforma. Estoy orgullosa de que se haya convertido en ley, y creo que eso repasa el argumento de que no tiene sentido criticar a las AFP por no hacer propuestas. Hemos hecho propuestas y la PGU es una concreta que se convirtió en ley.
¿Qué le faltó hacer?
Hay mucho que hacer. El desafío principal que había, y sigue habiendo, es instalar en la discusión pública lo importante que es para una sociedad contar con un sistema previsional sostenible en el tiempo. Acá no se trata de “aefepeizar” la discusión, sino que como país sabemos que debemos buscar fortalecer un sistema que ayude a las personas a enfrentar su vida durante la vejez y la pérdida de ingresos de su vida laboral, pero, al mismo tiempo, insistir en que haya conciencia del impacto y la urgencia que el envejecimiento está provocando en todas las sociedades.
¿Por qué no se logra consensuar una reforma que mejore pensiones?
Hay un tema ideológico muy fuerte. Este gobierno se puso como primer objetivo terminar con las AFP. Ahí se encasillaron en un tema. Hoy hay un abismo entre la propuesta de reforma y la que la gente quiere. La reforma eventualmente podría entregar mejores pensiones para el actual pensionado, pero esta propuesta no es capaz de ofrecer aumentos en las pensiones a las generaciones futuras en proporción al aumento de las cotizaciones. El problema que yo veo es que las autoridades se han enfocado en el fin de las administradoras.
¿Por qué en medio de este debate de la reforma previsional el gremio no acudió a exponer al Congreso, pese que se habían comprometido a asistir?
Dos cosas. Uno, nosotros sí hemos participado y fuimos a exponer frente al subsecretario, la ministra y todo. Segundo, el día donde estaba comprometida a presentar en el Congreso, en enero, yo no pude asistir. Y le expliqué al diputado Alberto Undurrada personalmente, porque venía de un viaje de Europa, del cual supuestamente tendría que haber llegado un domingo en la mañana, y llegué el mismo martes en que me tocaba presentar, después de dos días de mucho estrés por las huelgas que hubo en Francia debido a que iban a subir la edad de pensión para los jóvenes, de 62 a 64 años.
En la primera entrevista al asumir el cargo dijo que su compromiso era tener la vocería del gremio. Sin embargo, desde que en mayo de 2021 dijo que “Nicanor Parra trabajó hasta los 103 años”, no hubo muchas más vocerías. ¿Fue una tarea compleja tener la vocería de las AFP?
Pero ¿cómo que no tuve vocería? Yo, por lo menos, hice 20 o más presentaciones en centros académicos, los gremios, el gobierno, el Congreso. Hice mucha vocería. Lo que pasa sí es que ha sido un periodo complejo, en que hemos tenido mucho cuidado de no aefepeizar cierta discusión. Creo que (el problema) no tiene nada que ver con las AFP, tiene que ver con un sistema que necesita cambiar sus parámetros. Entonces, en lo que podamos nosotros contribuir está bien, pero ponernos al centro de esto para que nos critiquen como organización no tiene sentido.
Menciona la PGU como un acierto. ¿Pero qué análisis hace de sus errores?
Bueno, sí, yo creo que es obvio que podría haberlo hecho mejor como vocera. Desde la vocería, por supuesto que este cargo es muy expuesto y en ese ejercicio pude haber cometido errores en las formas. Pero siento que el impacto de esas declaraciones estuvo muy marcado por el ambiente país de polarización y de buscar oportunidades para dañar y reprochar al otro. Y esto es algo que se da en todos los ámbitos. No es solamente en el caso del tema de pensiones. Hay mucha agresividad en el tema comunicacional en nuestro país.
¿Cree que le jugó en contra haber vivido fuera de Chile desde 1977?
Probablemente. Vengo de un país y de una profesión donde es normal decir las cosas por su nombre y enfocarse en lo más técnico. Aprendí. Sigo aprendiendo.
Dice que el sistema de pensiones necesita cambios. ¿Tal como está, la reforma no es un aporte para mejorar las pensiones?
No. Veo un abismo entre esta propuesta de reforma y lo que quieren las personas. Esta reforma se enfoca en mejorar las pensiones ahora, pero especialmente a costa de sacrificar las pensiones de la clase media y de las generaciones futuras.
¿Qué es lo que más le complica del proyecto?
Hay muchas cosas. Para mí, lo más grave del proyecto es que instala un sistema de reparto, en un momento histórico donde la población adulta está creciendo muy rápido y la población contribuyente, no. Instalar un sistema de reparto en estas condiciones no es solamente una mala idea, es una pésima idea. Porque eso no es sostenible.
Al asumir el cargo, ¿era esto lo que se esperaba?
En general, fue un periodo bastante complejo. Pero no solamente por mí, yo creo que todo el ambiente en sí estaba muy tensionado, pero eso bajó algo después del plebiscito. Hay un poquito más de realismo después del plebiscito, pero todavía tenemos que apuntar a esa reducción de la polarización. Creo que es lo que la gente pide y creo que los chilenos están cansados de la polarización.
¿Cómo cree que lo hará la próxima presidenta del gremio?
Creo que la elección de Paulina Yazigi es un gran acierto. Es joven, con gran energía, muy bien preparada, con gran empatía. Estoy contenta, ya la conocí. Es una persona muy directa, estudiosa, una persona genial para el cargo.
¿Qué hará ahora que deja la Asociación?
Estoy escribiendo una biografía, un proyecto muy lindo que cayó en mis manos casi por casualidad. Se trata de Narcissa Cox y Frank Vanderlip, una pareja americana que no solo se caracterizó por su romanticismo sino por su compromiso con temas de libertad, educación, buen gobierno, paz, y relaciones internacionales. Ella fue líder del movimiento sufragista de New York y él, uno de los fundadores de la Reserva Federal.