El economista Alejandro Micco tuvo un destacado rol en la última reforma tributaria aprobada en Chile. Como subsecretario de Hacienda del segundo gobierno de Michelle Bachelet, hizo equipo junto a Alberto Arenas para conseguir el respaldo político y los votos de un proyecto resistido por la oposición de la época.
Crítico del fracaso que tuvo en marzo la iniciativa de la administración encabezada por Gabriel Boric, hoy valora la búsqueda de consensos, especialmente en el combate a la evasión y elusión en el pago de tributos.
¿Qué le parece que finalmente se haya dividido el proyecto, dejando en una primera fase el combate a la alusión y la evasión, y para marzo lo que corresponde a alzas de impuestos?
-Yo creo que era lo prudente de hacer. El ataque a la evasión y la elusión tiene mucho más consenso, hay más gente que lo apoya, y creo que es una medida que en el corto plazo puede ayudar a aumentar la recaudación, porque si es que se hace bien, permite recaudar números importantes. Por otro lado, también ayuda a la eficiencia de la economía, puesto que elimina una distorsión. Hoy día, quien está evadiendo y quien está eludiendo, al final tiene una ventaja respecto de quien paga los impuestos; quien dedica más tiempo a evadir o eludir, saca más provecho que quien dedica más tiempo a hacer un buen producto y ser más eficiente en la producción.
¿Qué viabilidad le ve a que ambos proyectos puedan sortear el trámite legislativo en el Congreso, sobre todo considerando la composición del Senado?
-En mi opinión, la viabilidad no es del 100%, pero es mayor en el caso de los mecanismos contra la evasión y la elusión, y menor en el otro caso. El otro proyecto ya va entrar bien avanzado el gobierno; pensemos que en marzo del próximo año vamos a estar a la mitad del gobierno, su segundo año, lleno de elecciones a la vuelta de la esquina (...) ya vamos a estar en las municipales, lo cual hace bastante más difícil todo. Y además me da la impresión de que el otro proyecto va a ser más complejo en términos de la cantidad de modificaciones que haga. Por eso creo que era bueno que se lograra separar el proyecto en dos partes y en esta parte, que aunque todavía no hemos visto los detalles de cuáles son las medidas, uno podría pensar que es más factible que se avance, tanto porque son menos complejas, y segundo porque no estamos hablando de alza de impuestos, sino que estamos hablando de que se pague lo que se tiene que pagar. (...) Creo que es más fácil de argumentar que es importante pasar esa medida. Si recauda lo que se plantea que recauda, en buena hora, pero no sé si va a llegar a recaudar ese punto y medio que plantea el proyecto.
¿No cree que las medidas antievasión y elusión puedan alcanzar para recaudar el 1,5% del PIB?
-No hemos visto todas las medidas, así que no sabría decir, pero si son las mismas que estaban en el proyecto anterior, es más difícil. Yo creo que era un poco optimista la recaudación que se planteaba, pero que aumentan la recaudación, sí lo hacen. ¿En cuánto? Habrá que ver. Igual… 1,5 puntos del PIB es un número bien grande.
¿Es realista mantener una meta de recaudación de US$8 mil millones o 2,7% del PIB, similar a la del proyecto rechazado?
-Hay que tener harto ojo en esto, porque 1,2 puntos del PIB provienen del impuesto a la renta, más los dividendos de eficiencia y crecimiento esperados. En esta parte, diría que lo menor, por lejos, vendría del impuesto a la renta. El otro 1,5 es de evasión y elusión. Si bien este es el mismo número de la reforma anterior, a mí siempre me ha parecido muy optimista, pero al menos son coherentes con lo que decían antes.
Con respecto a los cambios al sistema a la renta, el Ejecutivo informó que en esta iniciativa estarán presentes temas como el régimen de impuesto a la renta, impuestos personales, reducción de exenciones y la incorporación de normas OCDE sobre tributación mínima a nivel global de empresas multinacionales. ¿Qué le parecen este conjunto de medidas?
-Es bien difícil hablar sobre ideas tan generales. Hay que ver cómo esto se baja. Ahora, son cambios que son más difíciles de hacer, tanto porque requieren capacidad técnica para hacerlo, por un lado, y también, como son aumentos de impuestos, van a requerir más capital político, en una situación donde el gobierno tiene un capital político bastante más bajo. Por eso creo que lo que ha hecho el gobierno es más sabio en ese punto, avanzar en temas que son, creo yo, fundamentales, no solamente para el recaudar más, sino que para mejorar la eficiencia de la economía, y segundo, aumentaría la credibilidad sobre el buen funcionamiento del Estado.
El ministro Marcel también descartó que el proyecto vaya a incluir alza de impuestos a las empresas, el impuesto a los altos patrimonios y a las utilidades reinvertidas, ¿esa decisión ayudaría a construir acuerdos?
-Sí, claramente eso ayuda a encontrar acuerdos, pero lo que yo más veo que ayuda a que parte de esta agenda avance, es haber separado los temas y haber partido con evasión y elusión. Eso es lo que más hace viable hoy día avanzar. Si hubiéramos entrado con un proyecto general, con todo, inclusive sin el tema del impuesto al patrimonio o el impuesto a las utilidades retenidas, hubiese sido mucho más difícil que avanzara. Recordemos que estamos en una situación compleja, tanto de capital político, pero también en términos de crecimiento de la economía. Hemos visto un dato económico en que la economía está avanzando en forma más débil de lo que se esperaba, seguimos dentro de los rangos, pero son rangos que no son mediocres, sino que malos directamente. No crecer nada, claro que es mucho mejor que lo que en un momento pensamos que íbamos a decrecer 1,5%, qué duda cabe. Pero no crecer nada significa que en términos per cápita somos más pobres, y claramente eso no es una buena noticia para el país.