El viernes 31 de enero culminó la primera de las cinco etapas que en total considera la consulta indígena que se desarrolla con las comunidades del salar de Atacama, en el marco de la alianza Codelco-SQM. Tras cuatro reuniones, incluyendo un primer intento fallido, Corfo consiguió poner de acuerdo a las comunidades que participan del proceso sobre la manera que se desarrollarán las siguientes fases, y que consideran primero la etapa de información, seguida de la deliberación interna, el diálogo y finalmente la sistematización de los acuerdos a que lleguen las partes.

El cumplimiento de la consulta es parte de las condiciones para que se materialice la asociación entre la minera estatal y la privada, que permitirá a ambas explotar en forma conjunta el mayor yacimiento de litio del mundo hasta el 2060.

El cierre de la etapa de planificación permitió así aprobar la metodología que se utilizará para desarrollar el resto del proceso.

Sin embargo, el camino inicial de la consulta, programada originalmente para el 28 de mayo de 2024, sufrió un duro y largo traspié. En esa fecha, se tenía prevista la primera reunión de la etapa, de acuerdo con la convocatoria oficialmente efectuada por Corfo. Pero ese mismo día, de común acuerdo entre los miembros de las organizaciones indígenas y Corfo, el puntapié inicial de la consulta fue suspendido “por no darse las condiciones necesarias para llevarla a cabo y que permitieran una adecuada participación en el proceso”, consigna Corfo.

Para retomarlo, pasaron 161 días. La primera ronda se desarrolló entre el 5 y 6 de noviembre; la segunda, entre el 12 y 15 del mismo mes; la tercera, el 25 de enero, y la cuarta y final, el viernes 31 de enero.

En tanto, la primera reunión de la etapa de entrega de información se realizará el martes 11 de marzo de 2025, a las 9:30 horas, en lugar aún por confirmar.

Desde las empresas, reticentes a hablar en público sobre el desarrollo de la consulta, transmiten que, en su visión, “se está llevando un proceso de diálogo participativo con las comunidades locales, y que se observa una buena disposición de las partes”.

Máximo Pacheco, presidente del directorio de Codelco, abordó los avances del proceso de manera sucinta, en su participación de la segunda sesión -realizada el 22 de enero- de la comisión investigadora de la Cámara de Diputados, sobre el acuerdo con SQM. “En paralelo, está en desarrollo un proceso de principal importancia: la consulta indígena de los contratos con Corfo, que contempla materias como la transparencia en trabajo ambiental, gobernanza y distribución de beneficios en favor de las comunidades”, dijo sobre los pasos que se siguen dando para la materialización del acuerdo.

“La consulta indígena para la explotación del litio en el salar de Atacama es un proceso desarrollado por Corfo. Codelco, en conjunto con SQM, ha venido realizando un proceso de diálogo voluntario y anticipado con las distintas comunidades indígenas del salar como parte del acuerdo entre ambas compañías y del compromiso en materia de sustentabilidad del proyecto conjunto”, dijeron a Pulso desde Codelco.

Prudencia en las comunidades

Entre las comunidades, por su parte, hubo mayor prudencia a la hora de calificar el cierre de la primera etapa. Fuentes de Socaire -la comunidad más cercana al área de operaciones del salar- dijeron a Pulso que “aún no es posible pronunciarse sobre la metodología, pues no se tiene el acta, la que entendemos no debe contemplar la votación como forma para tomar acuerdos”.

Las mismas fuentes afirman, eso sí, que “es esencial que Corfo asuma un mayor liderazgo para que este proceso y los contratos consultados reconozcan la realidad territorial de las comunidades aledañas, en las que se ejecuta el proyecto actualmente, y donde se quiere seguir explotando litio por los siguientes 35 años”.

Actores indígenas más rígidos advierten que no darán tregua en la defensa del territorio.

Otros actores indígenas y conocedores del proceso destacan como uno de los principales logros conseguidos durante la primera etapa las comunidades el que se duplicaron los montos de recursos que Corfo entregará a cada comunidad -no solo Consejo de Pueblos Atacameños (CPA)- para que cuenten con asesorías expertas durante el proceso.

En tanto, el CPA dejó plasmada sus aprensiones sobre el proceso. Lo hizo en un documento oficial. “No deja de ser llamativo que este viernes 31 de enero, en la sede de la comunidad de Cúcuter, haya terminado la primera fase de la Consulta Indígena Corfo, con las definiciones metodológicas que ya permiten a partir de marzo iniciar un proceso que será seguramente muy duro e intenso, porque lo que se juega tanto en esta Consulta Indígena, como en la que se realice en el contexto del futuro Estudio de Impacto Ambiental, es el potencial destino del salar de Atacama en los próximos 35 años”, dice la editorial del boletín mensual de la entidad, que agrupa a 18 comunidades del pueblo lickanantay.

Según plantearon, en medio de las dificultades para alcanzar acuerdos entre comunidades, que “tienen dirigentes que piensan y que defienden con intensidad los intereses y puntos de vista de sus comunidades”, igualmente valoraron “que con todas las dificultades que pone la institucionalidad del Estado de Chile, buscando incluso a veces formas de dividirnos, hoy estamos en condiciones de iniciar un proceso de información donde no como un solo pueblo que tiene misión de cuidar la vida del salar y de toda la cuenca”.