Sigue creciendo la preocupación del mundo académico e intelectual por los potenciales impactos que un megaproyecto de Aes Andes podría ocasionar a la actividad del observatorio Paranal. Se trata del proyecto INNA, una multimillonaria iniciativa de que considera una inversión de US$10.000 millones, y que inició su tramitación ambiental el pasado 20 de diciembre.

Esta vez, fue un grupo de 39 premios nacionales el que se sumó a las críticas ante los riesgos que han sido advertidos por el Observatorio Europeo Austral (ESO), entidad multinacional que administra el Observatorio Paranal. El grupo estuvo liderado por el Premio Nacional de Ciencias Naturales 2022, Sergio Lavandero, pero lo integran además destacados miembros de las academias que reúne el Instituto de Chile (ver listado en el documento adjunto). Entre ellos se cuentan María Teresa Ruiz y José Maza, conocidos por su contribución en el campo de la astronomía.

La misiva de una carilla destaca que " Chile es reconocido internacionalmente por sus cielos excepcionalmente oscuros y transparentes, lo que ha posibilitado las condiciones para avances científicos extraordinarios”, entre ellos, el observatorio ubicado a 130 kilómetros al sur de Antofagasta, instrumentos que “permiten investigaciones que ayudan a comprender los comienzos de nuestro universo, su evolución, y la búsqueda de vida en planetas extrasolares”.

“Durante más de seis décadas, Chile y la comunidad internacional han invertido enormes recursos económicos y humanos para convertir a nuestro país en un líder en investigación astronómica. Este esfuerzo no solo ha generado conocimiento de vanguardia, sino que también ha impulsado un ecosistema científico de miles de personas en disciplinas fundamentales para el desarrollo nacional”, suma el documento.

En esa línea, expresan “nuestra gran preocupación” por los posibles impactos que INNA “podría tener sobre nuestros cielos prístinos y las instalaciones astronómicas de relevancia mundial que alberga nuestro país”.

Este mega proyecto persigue desarrollar un complejo industrial a pocos kilómetros del Observatorio Paranal provocando impactos irreversibles en sus instalaciones y en la calidad del cielo nocturno, incluyendo contaminación lumínica que afectará la sensibilidad de los telescopios; partículas en suspensión, provenientes de la construcción y operación, que degradarán la transparencia atmosférica y dañarán los instrumentos; y alteraciones atmosféricas causadas por la turbulencia de los aerogeneradores, comprometiendo la estabilidad del aire, esencial para observaciones de alta precisión. Estas nuevas condiciones suponen la clausura de la ventana única que tiene la humanidad desde Chile, y dejaría al país como un anfitrión poco confiable al no cumplir con sus tratados”, advierten.

En la carta, los firmantes afirman compartir “la relevancia de avanzar hacia energías renovables para enfrentar el cambio climático”, pero pide que ese proceso se realice “de manera armónica y sustentable, sin comprometer legados únicos como nuestros cielos prístinos”.

“El proyecto de AES tiene muchos lugares factibles para su desarrollo, en cambio, replicar las condiciones atmosféricas excepcionales de Paranal y reubicar los telescopios es imposible”, subrayan.

María Teresa Ruiz aseguró que “el sitio de Paranal es un sitio único a nivel mundial, es el único lugar donde pueden estar estos instrumentos maravillosos que se están construyendo y los que ya están para hacer la ciencia que se ha propuesto con ellos”, y planteó que, en contrapartida, “el complejo industrial que se está planeando realizar ahí no tiene esos requerimientos tan estrictos y podría moverse a otro lugar del país”.

Por su parte, Sergio Lavandero afirmó que “solicitamos una reunión urgente con el Presidente Boric para abordar la amenaza que representa el proyecto INNA para los cielos prístinos de Chile, esenciales para la investigación astronómica global. (....) Confiamos en que el Presidente escuche nuestras preocupaciones y actúe para salvaguardar nuestra ciencia y prestigio internacional”.

Respuesta de Aes Andes

Por su parte, desde Aes Andes replicaron señalando que “el proyecto estará ubicado en una zona priorizada por el Estado de Chile para el desarrollo de generación eléctrica, conforme a la Planificación Energética de Largo Plazo (PELP) y se alinea plenamente con la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde”.

Agregaron que “en su diseño incorpora los más altos estándares en materia lumínica, cumpliendo y superando las exigencias del Decreto N°01/2022 del Ministerio de Medio Ambiente, publicado en octubre de 2024. Este marco normativo busca prevenir la contaminación lumínica, protegiendo la calidad astronómica de los cielos nocturnos, la salud humana y la biodiversidad”.

“Tanto el VLT de Cerro Paranal como el ELT de Cerro Armazones, ubicados a 19,6 km y 29 km respectivamente, se encuentran fuera del área de impacto significativo del proyecto. Este límite ha sido definido conforme a las directrices establecidas en el documento técnico del SEA, “Criterios para determinar la susceptibilidad de afectar áreas astronómicas” (mayo 2024)”, aseguraron.

Según la empresa, “la evaluación del impacto lumínico se ha realizado considerando las ubicaciones específicas de los observatorios astronómicos cercanos. Los resultados confirman que el incremento máximo sobre el brillo natural del cielo será de apenas un 0,27% en Cerro Paranal y un 0,09% en Cerro Armazones, valores que se encuentran significativamente por debajo del límite establecido, asegurando así la protección de estas áreas astronómicas”.

Finalmente, afirmaron que confía “plenamente en la solidez del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental de Chile, que garantiza un análisis riguroso de todos los aspectos relevantes, permitiendo implementar las mejoras necesarias para asegurar una coexistencia sostenible entre el desarrollo del proyecto y la preservación del entorno”.

“Entendemos las inquietudes planteadas por ESO respecto al desarrollo de proyectos de energías renovables en la zona y valoramos profundamente la importancia de compatibilizar el proyecto con el entorno. En ese sentido, mantenemos nuestro compromiso de colaborar de manera abierta y constructiva con todas las partes interesadas durante el proceso de evaluación ambiental”, concluyeron