Para noviembre de este año se prepara la que podría ser la mayor subasta en la historia. Más de 500 años de historia contenidas en 150 pinturas considera la colección de Paul Allen, cofundador de Microsoft, quien murió en 2018, y cuya valorización alcanza los US$1.000 millones.
El monto estimado para la colección, que abarca obras desde Botticelli, Cézanne, Monet y Roy Lichtenstein, es muestra del tamaño que el mercado del arte ha alcanzado en los últimos años, y como a pesar de la pandemia ha sabido moverse, adoptar nuevos compradores y tecnologías.
Según el reporte The Art Market 2022, elaborado por Art Basel y UBS, las ventas totales a nivel global en este mercado llegaron a US$65,1 mil millones en 2021, lo que significó un alza de 29% respecto de 2020, volviendo con esto a los niveles registrados previo a la pandemia.
En el ejercicio pasado, fueron las subastas públicas las que mostraron un mayor avance, con ventas que treparon 47%, mientras que las privadas crecieron poco más de 33%.
En total, se realizaron 36,7 millones de transacciones, 17% por sobre 2020, donde EEUU, China y Reino Unido concentraron el 80% de la participación.
Pero a pesar de la recuperación, lo cierto es que no todos quienes invierten en arte logran altos retornos, y requiere de una especialización en particular que va más allá de los números.
Denise Ratinoff, head of regional offices de Christie’s para Chile, Peru y Ecuador, explica que las obras de artes pueden ser rentables pero no son acciones que rentan en corto plazo, esta es una inversión a mediano y largo plazo, y “hay que comprar porque la obra le habla y entender que se está adquiriendo”.
Según Ratinoff, para invertir en este mercado hay que asesorarse, leer y visitar exposiciones, y recalca que “a veces las personas compran por moda y su inversión no renta, hay que invertir en artistas cuyas carreras se sostengan solas por 10 o 15 años, que tengan exposiciones, se le editen libros, que tengan un registro histórico, reconocimiento nacional e internacional, y que hayan asistido a bienales y ferias”.
En esa línea, el economista chileno Arturo Cifuentes, quien ya ha publicado un paper sobre el mercado de los préstamos apalancados en obras, y espera publicar un libro donde profundiza en este tema el próximo año, apunta que el mercado del arte tiene una alta volatilidad, donde “puedes tener un retorno espectacular o espantoso dependiendo de lo que compras. Quienes participan en este mercado dicen que es bueno invertir en arte porque no está correlacionado con otros activos, no obstante es muy volatil. Cuadros de Basquiat se están viendo en US$100 millones, pero hace 20 años se vendían en US$30 mil. Pero si compraste una pintura de Renoir, hoy puedes estar perdiendo dinero. Y una cosa son los precios y otra es el retorno. Hay cuadros de Picasso que se venden en US$100 millones pero el retorno es malo”.
En esa línea, detalla que en términos de inversión, “si tienes US$100 millones, y quieres invertir entre US$2 y US$3 millones tiene sentido como diversificación, pero no todo diversifica, depende de qué estás comprando. Ahora también hay tendencias, hay algunas mujeres que se han valorizado mucho últimamente, como Joan Mitchel o la cubana Carmen Herrera. Hay que tener cuidado y todo depende de qué se compra”.
De hecho, durante el primer semestre de este año Christie’s reportó ventas globales por US$4,1 mil millones, 18% por sobre el mismo período del ejercicio previo, pero el 30% de los compradores fueron nuevos, y 34% corresponde a la generación millennial. Y ese dato demográfico también cambia las tendencias en las valorizaciones.
Según Ratinoff,los nuevos compradores buscan arte contemporáneo en desmedro de tendencias que en otras épocas reinaban, como fue el impresionismo en los años 80.
El reporte de Art Basel y UBS detalla que en 2021 el arte de posguerra y contemporáneo mantuvo su posición como el sector más grande del mercado de subastas con una participación del 55% del valor de las ventas de subastas de bellas artes a nivel mundial. Totalizaron ventas por US$6,7 mil millones, pero de dicho monto US$2,5 mil millones corresponde a obras creadas en los últimos 20 años.
Por contrapartida, las ventas de arte impresionistas o posimpresionista llegaron a US$1,8 mil millones, en tanto el segmento viejos maestros llegó a US$917 millones.
El mercado local y el digital
No existen cifras claras, pero el mercado local del arte se sostiene. Adquirir una obra de calidad es posible desde los $300 mil, en particular a través de galerías. Las casas de subastas, por su parte, son el mercado secundario de esta cadena.
Sin embargo, Cifuentes explica que “el mercado chileno del arte es un desastre por varios motivos Uno es la informalidad, gente que compra sin boleta y que después quiere vender pero no cuenta con los papeles en orden. Muchas veces también lo artistas venden de esa forma y luego no logran formar un historial del precio de sus obras. Y a diferencia de EEUU, no se puede pedir un préstamo contra esa pintura - ese mercado en EEUU alcanza los US$20 mil millones- para hacer liquidez en parte también por un tema de papeles”.
Según Ratinoff, también existe otro problema, pero relacionado a regulaciones que han impedido incrementar el patrimonio cultural en suelo chileno: “Los coleccionistas chilenos, que los hay pero por confidencialidad no puedo revelar nombres ni números, tienen parte importante de sus adquisiciones fuera del país, y están al mismo nivel que los coleccionistas internacionales. Pero las obras no las traen porque al internarlas se paga un alto impuesto, y es difícil también exportarlas”.
A nivel de actividad, la head of regional officces de Christie’s para Chile, Peru y Ecuador cuenta que en periodos regulares, previos a la pandemia, realizaba una subasta de arte en el país cada dos meses y 4 internacionales al año, pero ahora se han expandido también los remates en línea.
En 2021, las ventas en línea crecieron 7% hasta los US$13,3 mil millones a nivel global. Y a esta nueva tendencia se suman las ventas a través de NFT, cuyo valor en las plataformas Ethereum, Flow y Ronin llegó a US$11,1 mil millones, y las ventas alcanzaron US$2,6 mil millones. los NFT son token de obras digitales que pueden ser tranzadas pero no tienen forma tangible, como puede ser una fotografía digital, un video o una canción.
Para octubre, Christie’s prepara la venta de 1.500 piezas pertenecientes a la colección de Ann y Gordon Getty, entre las que se encuentran piezas de Monet y Degas, cuyos ingresos serán destinados a la Fundación para las Artes de Ann y Gordon Getty.