Automores Gildemeister anunció que completó con éxito su reestructuración financiera y anunció el nombramiento de nuevos miembros del directorio de la nueva casa matriz. Desde la empresa indicaron que este proceso les permitirá el desarrollo y crecimiento a largo plazo.
El proceso de reestructuración de la compañía partió en abril de este año, luego de activar el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos bajo la modalidad de pre-packaged, con un acuerdo previo de los acreedores principales. Así, la compañía indicó en un comunicado que esto les permitió reducir la deuda y los dejó con una estructura de capital sostenible.
“El proceso de reestructuración, que comenzó en abril del 2021, redujo la deuda de Automotores Gildemeister en más de US $ 200 millones y dejó a la Compañía con una estructura de capital sostenible para futuras inversiones y crecimiento. El proceso de reorganización de las obligaciones de deuda de la Compañía fue expedito; se realizó bajo las leyes de reestructuración de los Estados Unidos y fue respaldado por prácticamente todos los tenedores de deuda de la empresa y sus proveedores clave. Los inversores institucionales, que cuentan con la capacidad de comprometerse con inversiones a largo plazo, serán propietarios de la mayor parte de la nueva empresa matriz de Automotores Gildemeister. Durante la reestructuración, la compañía continuó con sus operaciones comerciales sin interrupciones”, dijo la empresa.
Asimismo se anunció a nuevos miembros del directorio de la compañía: José Valls, ex presidente y CEO de Nissan North América y de Nissan Latin America; Gonzalo Somoza, ex CEO de Falabella Retail Latam, y Darío Amenábar, ex CFO de Farmacias Ahumada (Wallgreens Boots Alliance), Enjoy y Cencosud Chile.
“Me gustaría dar la bienvenida a nuestros nuevos directores y agradecer a todos aquellos que trabajaron incansablemente para lograr este positivo resultado”, afirmó Ricardo Lessmann, presidente del directorio en un comunicado.
Cabe destacar que en abril de este año la empresa tenía deudas por US$566 millones, y presentó un plan para que los acreedores conviertan gran parte de las deudas en acciones y tomen el control de la compañía que representa a Hyundai en Chile y Perú.
Los problemas para la empresa eso sí, se remontan a 2014, cuando el sector automotriz comenzó a desacelerarse y en los años siguientes la caída solo se fue profundizando. Desde ese entonces despidió a más de la mitad de su personal, cerró dependencias, externalizó áreas y realizó reestructuraciones financieras para poder seguir operando.