En medio del agresivo proceso de ajuste en la tasa de interés para contener la alta inflación, el consejo del Banco Central consideró la opción de aplicar un ajuste aún mayor en su última reunión de política monetaria realizada el 7 de junio, en la que finalmente optó por elevar la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 75 puntos dejándola en 9% su mayor nivel en la era nominal, es decir, desde 2001.
“El Consejo recordó que el proceso de normalización monetaria se había iniciado hace casi un año, con lo que ya se había efectuado una buena parte del ajuste que se estimaba necesario para resolver los desequilibrios macroeconómicos”, mostraron las actas del encuentro dadas a conocer este jueves por el instituto emisor.
En concordancia, añaden que el consejo “estimó que, dados los antecedentes contenidos en el Informe de Política Monetaria (Ipom) de junio, la TPM ya se ubicaba cerca de su nivel terminal en este ciclo y consideró relevantes dos opciones: aumentar la TPM en 75 puntos base ; aumentar la TPM en 100 puntos base”.
Sin embargo, todos los consejeros concordaron en que, dado que la TPM se acercaba a su nivel de llegada, las consideraciones tácticas tomaban mayor protagonismo a la hora de evaluar las opciones de política monetaria.
Expectativas del mercado
En este escenario, hubo acuerdo en que la opción de 75 puntos base lograba un buen balance entre distintas consideraciones. Por una parte, era coherente con la trayectoria que se juzgaba necesaria para la convergencia de la inflación en el escenario central del Ipom y, al mismo tiempo, dejaba espacio para alzas adicionales de menor magnitud que pudieran ser calibradas con la información de los próximos meses.
Por otra parte, era una opción ampliamente esperada por el mercado, cuyas expectativas de tasas eran muy cercanas a la parte central del corredor de la TPM del Ipom de junio.
En cuanto a la opción de 100 puntos base, las minutas mostraron que “si bien se podría justificar como una señal de mayor preocupación ante los escenarios de riesgo que se enfrentaban, tenía como contrapartida que daba menor flexibilidad futura”.
En particular, porque para hacerla coherente con la idea que la TPM se acercaba a un nivel terminal, sería necesario acompañarla de un sesgo claramente neutral, lo que se estimaba no era posible de hacer aún, agrega el documento.
El alza de junio se ubicó por dejado de los 150 puntos base de enero y de marzo, y de los 125 puntos base de mayo.