Una estabilización de la situación financiera agregada de empresas y hogares es lo que observó el Banco Central en su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del segundo semestre, aunque advirtió sobre la lenta recuperación del sector construcción e inmobiliario, así como de un incremento en el nivel de impago en el segmento consumo en los sectores de menores ingresos.
Según el organismo, para el segundo trimestre del año el endeudamiento de las empresas no bancarias disminuyó respecto del cierre de 2022, alcanzando un 109% del PIB, cifra menor al 117% del PIB reportada en el IEF anterior, lo que “se explica principalmente por una caída de las obligaciones asociadas a IED (inversión extranjera directa), bonos externos y banca local”.
Junto con ello, el BC sostuvo que los indicadores financieros de las empresas que reportan sus balances a la CMF se mantienen estables desde el IEF anterior: “La rentabilidad sobre activos se situó en 8,6% al segundo trimestre, influenciada principalmente por ganancias puntuales de empresas del sector transporte y telecomunicaciones. El nivel de endeudamiento y la cobertura de intereses se mantenían relativamente estables alcanzando 0,8 y 3,3 veces, respectivamente”.
Respecto del número de empresas en impago, “éstas se ubican en torno a 10%, valor cercano al promedio de la última década. Por su parte, el índice de cuota impaga se ha mantenido en 1,8% de las colocaciones desde abril hasta septiembre de 2023″.
No obstante, el Emisor destacó “el aumento sostenido en el incumplimiento de aquellas empresas que accedieron a créditos Fogape, que reprogramaron sus créditos o que pertenecen a los sectores comercio, construcción, inmobiliario, manufactura y servicios financieros. Desde mediados de 2021, se observa un alza importante en aquellos tramos de atraso previos al incumplimiento, es decir menores a noventa días, concentrada principalmente en los sectores inmobiliario y construcción”.
El sector construcción e inmobiliario, de hecho, es de preocupación para la entidad. Sobre la industria, detalló que “desde el Informe anterior, las ventas de viviendas mostraron una leve recuperación”, considerando que en el segundo trimestre de 2023 se registró un alza de 33% en las unidades vendidas en comparación a igual trimestre del año anterior. Sin embargo, la cifra “representa una caída de 14% en comparación al promedio de ventas entre 2011 y 2019″.
En esa línea, el BC dijo que “en los últimos dos años, la industria enfrentó alzas de costos, una demanda debilitada y condiciones de financiamiento restrictivas, lo que derivó en caída de precios y aumento de las existencias. El impago bancario de las inmobiliarias ha registrado un alza desde mediados de 2022″.
“El prolongamiento o profundización del negativo panorama actual del sector podría traer consecuencias al resto de la economía debido a las múltiples interconexiones y canales de propagación existentes. En particular, el reciente aumento de las tasas de largo plazo en países desarrollados y su efecto sobre las tasas largas locales, podría debilitar la reciente recuperación de la demanda por viviendas”, dijo el IEF.
Otro sector que despertó las alertas fue el de las Isapres. Al respecto, el BC indicó que “la exposición directa del sector financiero es acotada y el deterioro en la situación de este sector ha llevado a las instituciones bancarias a incorporar un mayor riesgo dentro de su gestión de cartera. Como se ha mencionado en informes anteriores, este caso realza la importancia de una correcta evaluación del riesgo de la cartera por parte de los bancos, con la finalidad de constituir oportunamente las provisiones necesarias y suficientes para cubrir las pérdidas, acorde a la normativa vigente emitida por la CMF”, detalló el ente rector.
Más ahorro en hogares
En paralelo con las empresas, el Banco Central vio una estabilización en el consumo de los hogares y un repunte en el ahorro.
“En el segundo trimestre de este año, el ingreso disponible bruto de los hogares aumentó 16,5% anual. Esto junto a la menor expansión del consumo, determinaron que la tasa de ahorro del sector aumentara a 2,9% del PIB en junio de este año, lo que se compara con -0,7% del PIB registrado en el Informe anterior”, detalló la entidad.
Sin embargo, dijo el BC, aún no se observa una recuperación en la riqueza financiera neta de los hogares, la cual alcanzó 116% del PIB, cifra inferior al 120% del PIB reportado en el Informe anterior y al valor en torno a 140% del PIB registrado previo a la pandemia.
Por otra parte, destacó que “los niveles de endeudamiento y carga financiera de los hogares no mostraron grandes variaciones, mientras que el impago en consumo se mantiene en su nivel prepandemia”.
No obstante, detalló que en los hogares de mayores ingresos, el endeudamiento hipotecario presentó un leve aumento en relación con el Informe anterior, mientras que “el resto de los hogares mostró un endeudamiento en valores similares a los observados al inicio de la pandemia, y compuesto principalmente por deudas de consumo”.
“En relación con el servicio de la deuda, se observa una estabilización en los hogares de mayores ingresos y un leve aumento en el resto de los hogares explicado por la mayor carga hipotecaria. Si bien el impago total está estabilizado, se han dado aumentos en las operaciones de consumo, especialmente en los quintiles de menores ingresos. Esta alza respondería a una normalización del indicador, luego de niveles históricamente bajos”, agregó.
Respecto de los créditos de consumo, el emisor señaló que se está atenuando la caída, aunque el descenso a septiembre es 1,4% real anual, “explicado por una menor caída en los créditos en cuotas y un crecimiento casi nulo en rotativos”. En tanto, las tasas de los créditos de consumo en cuotas en distintos plazos han mostrado una caída que, si bien está en línea con los cambios esperados en la TPM, “los spreads de estos créditos siguen altos en perspectiva histórica, en particular en el segmento de deudores de menores ingresos y en los créditos de mayor plazo”.