El banco BCI anunció un millonario aumento de capital para sustentar su crecimiento local e internacional y mantenerse por sobre los índices de capital requeridos por la normativa. La decisión, propuesta por el directorio, se votará en una junta extraordinaria de accionistas citada para el 21 de julio.
A través de un hecho esencial firmado por el gerente general del banco controlado por la familia Yarur, Eugenio von Chrismar, e informado tras el cierre de la Bolsa, la compañía indicó que decidió proponer a los accionistas un aumento de capital por $600 mil millones, unos US$ 750 millones, mediante la emisión de acciones de pago, nominativas, de una misma serie y sin valor nominal, al precio y demás condiciones que la junta determine.
“El aumento de capital busca, principalmente, sustentar las perspectivas de crecimiento de la entidad financiera a nivel local e internacional y mantener al banco por sobre los índices de capital requeridos por la normativa”, señaló la empresa en un comunicado.
En su memoria de 2022, BCI reportada un índice de adecuación de capital de 12,95%. En ese reporte, el banco expresaba que BCI mantenía “una holgura relevante respecto de los mínimos regulatorios establecidos para el capital. Previendo un escenario económico de mayor complejidad, el banco ha constituido provisiones adicionales por un total de alrededor de $250.000 millones en los dos últimos años, con lo cual alcanzó un total de más de $400.000 millones al cierre de 2022″, expresaba el banco. Solo en 2022 el banco constituyó $66.685 millones de provisiones adicionales.
El aumento de capital propuesto de $ 600.000 millones equivale a un 14% del capital social del banco, que asciende a $4.225.332 millones, según su información oficial.
Las autoridades han ido elevando las exigencias al sistema financiero durante este año.
Nuevos cargos para bancos
A fines de marzo, y luego del colapso de algunos bancos en EEUU y los problemas del Credit Suisse en Europa, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) publicó nuevos cargos exigidos para los bancos que están presentes a nivel local y que la autoridad ha definido como sistémicos. Si bien para la mayoría de los bancos la proporción de capital sobre los activos se mantuvo, en el caso de BCI hubo cambios.
El regulador mantuvo los cargos de capital básico adicional respecto de los activos ponderados por riesgo de 1% a Itaú Corpbanca; de 1,25% a Banco de Chile, Banco del Estado y Scotiabank Chile, respectivamente; y un cargo de 1,5% a Banco Santander-Chile.
Sin embargo, con respecto a BCI, la CMF indicó que “el requerimiento aumenta de 1,5% a 1,75%. Este nuevo resultado se debe principalmente al crecimiento en la participación del banco en los factores ‘tamaño’, ‘interconexión’ y ‘complejidad’”.
Este cargo adicional de un 0,25% adicional en relación a sus $ 48.592.636 millones en activos ponderados por riesgo equivalían a US$151 millones, según calcularon analistas en ese momento. Sin embargo, ese porcentaje, no se incorporará totalmente durante este ejercicio.
Decisión del BC
Poco después, el 23 de mayo, vino una nueva exigencia regulatoria: el Banco Central activó por primera vez el requerimiento de capital contracíclico (RCC). La decisión se tomó de forma unánime en el consejo del ente rector y obligaría a los bancos del país a constituir unos US$1.500 millones en capital adicional, según estimaba la industria.
La decisión del ente rector fue recibida con sorpresa por parte de la industria bancaria. “¿Qué está viendo el BC que el resto del mercado no ve?”, era la pregunta que se hacían los banqueros.
De inmediato se iniciaron los contactos internos, también con la ABIF y con el gobierno. La industria sabía que ese colchón de dinero implicaría unos US$1.500 millones adicionales para todos. La mayoría de los banqueros pensó que el regulador les exigiría que aumentaran, en esa magnitud, su capital vigente.
Después de mucha incertidumbre, la entidad liderada por Rosanna Costa, indicó que la banca no tenía necesariamente que levantar capital por US$1.500 millones y todo se podrá completar con las holguras que el sistema ya tiene.
Entre los seis bancos más grandes que operan en el sistema local, Banco de Chile es el que por lejos tiene las mayores holguras, ya que la regulación le exige un capital del 7,3% de los activos ponderados por riesgo, pero su índice estaba entonces en el 13,7% (diferencia de 6,4 puntos porcentuales), según cifras de la CMF. Le sigue Santander, que tiene holguras de 3,7 puntos; e Itaú, con 3,3. Más atrás se ubican Scotiabank (2,8 puntos), Bci (2,1) y BancoEstado (1,86).
Diferentes departamentos de estudios comenzaron a publicar entonces informes en los que esperaban que el impacto no fuese relevante en la banca, dadas las holguras de las entidades. En JP Morgan dijeron que “se espera que BCI sea el banco con mayores requerimientos, dado su mayor buffer al ser un banco nacional de importancia sistémica”.
El Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC) es un instrumento nuevo con el que cuenta el BC tras la aprobación de la Ley General de Bancos en 2019, y básicamente consiste en que el instituto emisor, si lo estima pertinente, puede pedirle a la banca que acumule un ‘colchón’ (buffer) de capital para que esté́ disponible frente a eventuales escenarios de estrés severos que puedan producirse en el futuro.