Más de 6,7 millones de afiliados son los que tienen las Cajas de Compensación y Asignación Familiar (CCAF), y al menos el el 85% de ellos afirma que su pertenencia mejora su bienestar y la protección frente a contingencias o riesgos sociales.
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Así lo señala el estudio “Medición del impacto de las Cajas de Compensación en Chile”, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que fue encargado por el gremio en el marco de los 70 años que cumple el sistema 2023.
El estudio detalla que en 2021, el promedio mensual de empresas afiliadas al sistema de cajas llegó a 84.254, en tanto los trabajadores alcanzaron los 5.333.097, y a 1.424.382 los pensionados. Para dicho ejercicio, la industria pagó en promedio 735.296 asignaciones familiares, lo que equivale a un 62,9% del total de asignaciones mensuales pagadas entre otras instituciones, seguidas por el IPS que se encarga de las asignaciones de trabajadores independientes, con un 20%.
En tanto, las cajas pagaron 143.126 subsidios por incapacidad laboral, equivalente al 63,3% El resto fue entregado por Isapres (19,9%) y por la Subsecretaría de Salud Pública (5,4%).
Junto con detallar los beneficios entregados por el sistema, el BID realizó una encuesta en la que llegó a una serie de conclusiones respecto del alcance de los beneficios entregados por las cajas. Así, se indicó que la satisfacción de los afiliados que utilizan los beneficios o servicios - entre los que se encuentran centros vacacionales, créditos sociales, licencias médicas y descuentos en farmacias-, llegó al 78%.
Tomás Campero, presidente de Cajas de Chile, señala que “más allá de los buenos resultados e impacto social positivo de las cajas (a la luz del informe del BID), siempre hay nuevos desafíos. Por ejemplo, lograr mayor cobertura de nuestras prestaciones sociales en la población. Hoy las cajas benefician a cerca de 1 millón de chilenos con inclusión financiera, a través de créditos sociales y otros servicios financieros, y probablemente podríamos beneficiar al doble si contáramos con los recursos y facilidades con que cuentan otros actores del mercado, como los bancos, que tienen acceso a los servicios del Banco Central, lo que les permite tener mayores garantías y acceso a más y mejores fuentes de financiamiento”.
Y agrega que “creemos podemos hacer un aporte en volver a la cultura del ahorro en Chile”, considerando que “parlamentarios de distintas bancadas están preocupados por el tema y han presentado iniciativas que van en esta línea. Esperamos que alguna de esas iniciativas se concreten, en beneficios de los chilenos que hoy no cuentan con alternativas de ahorro simples y atractivas”.
Crédito social
Un aspecto clave del estudio se refiere a los créditos sociales que las cajas de compensación pueden entregar a sus afiliados. Al respecto, el BID indica que un 22% de los afiliados tiene un crédito social, siendo los pensionados el mayor porcentaje. “Esto se podría explicar por la dificultad que enfrentan los pensionados para acceder a créditos en otras instituciones. Además, es posible observar que un 10% de los créditos sociales nuevos fueron otorgados a pensionados y un 48% a mujeres”, indica el informe del BID.
En esa línea, el 46% de los trabajadores y 61% de los pensionados señalan que el crédito social es su única fuente de financiamiento.
Los indicadores también muestran que existe un “sobreendeudamiento reducido”, ya que solo un 7% de los afiliados presenta una morosidad mayor a tres meses. El porcentaje para los afiliados trabajadores es de un 10%, mientras que para los afiliados pensionados es de 3%.
“Esta diferencia se podría explicar por el hecho de que si bien las cuotas del crédito son descontadas por planilla, el cobro a los afiliados trabajadores se dificulta cuando estos pierden o dejan el empleo o cuando se cambian a un nuevo empleo sin CCAF o con otra Caja”, dice el informe.
En cuanto al porcentaje promedio del sueldo o pensión destinado a pagar la cuota del crédito, se observa que este porcentaje es de un 13% para los afiliados trabajadores y de un 10% para los afiliados pensionados.
Gasto en salud
Por otra parte, el informe recoge que el 81% de los afiliados afirma sentirse satisfecho con los bonos y reembolsos por tratamientos de salud y oftalmología y convenios de descuento en atención dental, y 80% satisfacción de los afiliados con los descuentos en farmacias.
Los bonos por salud, oftalmología y atención dental representan un ahorro anual de $95 mil por trabajador. En el caso de los pensionados, disminuye a $26 mil.
En relación a la “reducción del gasto por uso de descuentos en farmacia”, el BID señala que, el monto reducido promedio per cápita por utilizar los convenios en farmacias, es mayor para afiliados pensionados ($17.263) que para trabajadores ($9.075). Sin embargo, en términos de uso, el porcentaje de afiliados que utiliza los descuentos en farmacias es mayor en los trabajadores (32%) que en los pensionados (17%).
Sólo un 17% utiliza estos convenios, según el estudio, y ello se explicaría por el acceso a los medicamentos entregados en el sector público.
En tanto, el BID explica que la estrategia que han seguido las cajas al contar con convenios que permiten obtener descuentos o precios reducidos en bienes y servicios relacionados con salud, atención dental, medicamentos, recreación y actividades deportivas, sin necesidad de aumentar las transferencias directas o desembolsos, se traduce en un aporte monetario total a los hogares de $81 mil millones, de este monto, $76 mil millones corresponden al ámbito de salud.