Riesgos innecesarios motivados por la regulación e incentivos de la industria es lo que tiene al fondo más conservador de los multi fondos de pensiones con volatilidades que hoy destacan por su caída, según resaltó Fintual en un reciente estudio. La Administradora General de Fondos (AGF) observó el comportamiento del fondo E en base a su desacople histórico de “altos retornos y bajos riesgos”.
No te pierdas en Pulso
Ante este escenario, el estudio puso sus ojos ante la regulación que permite al fondo E tener “un porcentaje alto” de bonos locales de gobiernos, que tiene un mayor riesgo en función de que se a mayor plazo. A esto, la AGF sumó que, que las regulaciones sobre lo que pueden y no hacer las AFPs en materia de inversión, motivaron a las administradoras a aumentar su presencia en los bonos del gobierno de largo plazo.
“Un bono de largo plazo, si bien suele prometer un interés más alto, también es más sensible a las tasas de interés (mayor duración), haciéndolo más volátil y riesgoso” explicó Finutal.
De esta forma, el sondeo, realizado por José Manuel Peña, senior portfolio manager de Fintual, contextualiza que, “dado que la regulación incentiva a que el fondo E tenga muchos bonos de gobierno, pero sin limitar su duración o alguna otra métrica de riesgo, se creó el incentivo a que las diferentes administradoras tomaran cada vez más y más riesgo de duración en busca de comprar tasas de interés más altas y así buscar mayores ganancias de capital si estas bajan, o un mayor interés percibido”.
Un escenario que explican que se dio en base a que eran decisiones que se tomaban previo a la pandemia y estallido social, factores locales e internacionales que irrumpieron de forma violenta en el mercado: “Las tasas de interés de todo el mundo estaban estructuralmente más bajas, y por lo tanto, se solía tomar más riesgo en la compra de bonos de mayor duración, pero mejor tasa”.
“Al hacer el cálculo, vemos que hasta el 2017 la correlación era muy baja, incluso a veces negativa, indicando una baja exposición a bonos de largo plazo. Pero después, en un plazo de 3-4 años la correlación saltó a más del 40%, indicando un cambio fuerte hacia bonos de mayor duración, lamentablemente justo a tiempo para su mayor caída en las últimas décadas”, detalló.
“Los bonos de larga duración tuvieron una gran corrida desde el 2010 hasta el 2019, les fue muy bien de hecho, así que había un incentivo claro para que las AFPs fueran acumulando progresivamente más y más bonos de larga duración… Hasta que todo dejó de funcionar a fines del 2019, donde primero el estallido social y luego las políticas globales expansivas a causa de la pandemia trajeron de vuelta el fantasma de la inflación, y con él las mayores alzas de tasas de interés en Chile desde los años 90s”, agregó Fintual.
De esta forma, Fintual explica que la caída del fondo E por su participación en los bonos de largo plazo del gobierno era “algo bastante predecible, pero imparable al mismo tiempo, ya que las reglas del juego, esos cientos de restricciones que hablaba anteriormente, fomentan la toma de decisiones en términos relativos y cortoplacistas”.
Además, la AGF contextualiza que la búsqueda de mayor rentabilidad no solamente se mueve en base a las regulaciones, sino que también en base a la competencia de la industria: “Las AFPs cada mes publican sus posiciones. Con esto estiman su posición relativa al resto y ajustan sus inversiones para tener más de lo que creen que se puede rentar mejor o sencillamente para no desviarse tanto de las otras administradoras”.
“Es fácil entender que cuando todos ven alguna idea de inversión atractiva (como comprar bonos de larga duración) la exposición a ese activo suba mes a mes. Y mientras esta idea de inversión siga rindiendo bien, su exposición va a seguir subiendo, lo que se retroalimenta entre todas las AFPs”, añadió.
Un problema que el sondeo reitera que se da en un contexto donde se generan los incentivos para hacerlo: “Lamentablemente, este tipo de comportamiento—cuando la competencia relativa entre administradoras se suma a la falta de criterios razonables en las medidas de riesgo dentro de la regulación—ha llevado a problemas similares en los otros multifondos del sistema de pensiones”.
Sin embargo, el análisis también se contextualiza en que, si bien a los fondos de pensiones les ha ido mal durante el último tiempo, el fondo E era definido como un lugar de estabilidad respecto a la variación de los fondos ya que este es pensado para que estén personas jubiladas o pronto a hacerlo.
“El fondo E se ha vuelto mucho más riesgoso estos últimos años (...) esta ha saltado desde un conservador 2% de volatilidad anual por más de una década, a niveles por sobre el 8% desde el 2020, es decir, 4 veces más”, alertó Fintual en su reporte.
¿Qué hacer?
Tras el análisis, la conclusión a la que llegó Fintual fue que la regulación está obsoleta y citando al investigador Senior de Clapes UC, Arturo Cifuentes, proponen avanzar en “salir de la lógica actual de solamente imponer límites por clase de activos (que ya demostramos que dentro de la misma clase de activo el riesgo puede ser muy diferente”.