Por 93 votos a favor, 5 en contra y 47 abstenciones, la Cámara de Diputados aprobó y despachó al Senado el proyecto que prohíbe la instalación y funcionamiento de centrales de generación termoeléctrica a carbón.
La iniciativa plantea que la medida comience a regir a partir del 31 de diciembre del 2025 para las plantas que tengan menos de 30 años de antigüedad.
Según sostiene el texto legal, estas instalaciones no solo son protagonistas de la generación de gases de efecto invernadero, sino que también producen daños nocivos en la salud de las personas y externalidades negativas en los suelos y agua donde se encuentran ubicadas.
En Chile existen una veintena de centrales termoeléctricas a carbón en operación con una potencia instalada de 5.529 MW, ubicadas en Iquique, Mejillones, Tocopilla, Huasco, Puchuncaví, Curicó, Hualpén y Coronel.
En todas estas localidades se superan las normas de calidad del aire, por lo que han debido ser declaradas zonas saturadas de contaminantes atmosféricos y sometidas a planes de descontaminación.
Descarbonización
En el marco del debate el biministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, señaló en referencia a las centrales a carbón que “si de mí dependiera, las cerraría mañana”.
Pero afirmó que ello no es posible porque de cerrarlas antes de lo previsto, habría que reemplazarlas por generación a diesel que, además de ser igual o más contaminante, es mucho más costosa.
Asimismo, advirtió que en el país aún no existen sistemas de transmisión que permitan inyectar de forma eficiente la energía generada por fuentes renovables.
Frente a ello, señaló que el gobierno trabaja constantemente en la descarbonización de la matriz energética, adelantando los plazos que se habían propuesto, por lo que llamó a no aprobar “un proyecto que simplifica a nivel de lo absurdo un problema muy complejo”.
En este sentido recalcó se debe seguir avanzando en ir buscando los espacios para cerrar pronto las centrales a carbón.