Una nota de alerta sobre cómo el cambio climático impone nuevas urgencias al desarrollo de infraestructura, especialmente en el sector hidráulico del país, puso este martes el director ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), Carlos Cruz.
En el marco de un webinar realizado por la centro de estudios y análisis para la formulación de políticas públicas, dedicado específicamente a analizar los proyectos de desalación que están contemplados en la Cartera de Concesiones 2022-2026 del Ministerio de Obras Públicas (MOP), el exministro advirtió que “si no le damos el sentido de urgencia ahora pensamos que podemos llegar tarde, como muchas veces nos ha pasado en el país que llegamos tarde con nuestras propuestas de infraestructura”.
Si bien para Cruz, en sus cálculos “si partimos con esto ahora, debiéramos estar a fines de esta década o a principios de la próxima ya contando con el soporte de recursos hídricos adicionales”, en estos momentos es importante “plantearse por lo menos dudas respecto a cuáles son las distintas modalidades que el sistema de concesiones ofrece para llevar adelante esta iniciativa”.
En la visión del ingeniero comercial, es importante dar esta discusión ahora “básicamente porque el cambio climático y el cambio de la pluviometría en el país”, obligan a asumir “el desafío en el cambio de disponibilidad de recursos hídricos como algo estructural”.
“Nos parece que asumir que Chile está enfrentado a un cambio radical en cuanto su disponibilidad de agua, es algo fundamental para enfrentar el futuro”, remarcó Cruz.
Cabe recordar que la cartera de concesiones del MOP contempla dos desaladoras como parte del plan que aporta en la seguridad hídrica del país. La primera de ella está contemplada que inicie su proceso de licitación en 2025, y estará ubicada en la región de Coquimbo. La segunda se emplazará en Rancagua y comenzaría su licitación en 2026.
Para Cruz, la relevancia de acelerar el ritmo de construcciones de desaladoras pasa también por mantener en buen pie las actividades económicas que sostienen la producción a nivel nacional.
“La transición a un nuevo modelo de desarrollo va a demorar un tiempo, y en ese sentido, los principales gatillos de crecimiento van a seguir siendo las actividades económicas que nos han caracterizado durante los últimos períodos, y esas actividades son intensivas en el consumo de agua, por lo tanto, si queremos seguir creciendo como país, vamos a tener que ser capaces de satisfacer las demandas de agua que implican”, enfatizó el ex secretario de Estado.
En relación al modelo de concesiones planteado para desarrollar estas iniciativas, el consejero del CPI afirmó que si bien “tal vez no la única, pero es una buena fórmula puesto que ha mostrado una capacidad de resolver problemas de infraestructura y de servicios en otras ocasiones, y en ese sentido, pensamos que usar ese marco teórico, legal y conceptual para efectos de poder invitar al sector privado ser parte de este tremendo esfuerzo que como país debemos realizar, es una buena decisión que habrá que evaluarla en su mérito”.
De todas formas, Cruz dejó planteada la posibilidad de explorar otros mecanismos que permitan avanzar de manera más acelerada en la construcción de las desaladoras. “Habrá que ver si hay alternativas mejores para cumplir con el objetivo planteado y además con el sentido de urgencia que queremos darle, pero sí creemos que es importante poder visualizarla como una alternativa a ser explorada que permita hacernos cargo en esta etapa del desafío que tenemos por delante”, señaló.