Pocas economías en el mundo han experimentado un crecimiento tan espectacular como el de China en las últimas cuatro décadas, concretamente desde la aplicación de la política de reforma y apertura de Deng.

En todo este periodo China creció de manera tan vertiginosa que se convirtió en la segunda mayor economía del mundo y muy probablemente será el número uno en un par de años más.

Santiago inició relaciones diplomáticas con Pekín en 1970 y ese vínculo llegó a su máxima expresión en 2006 cuando entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio. A partir de ese momento, todo cambió para Chile ya que China se convertiría en el mayor socio comercial del país.

Todo el power chileno

El último hito en esa estrecha relación económica es la noticia que se conoció esta mañana: la venta de la chilena CGE a State Grid por US$ 3.000 millones, la mayor operación en al menos un año en nuestro país.

Y no se trata de una mera compraventa porque el negocio convertirá al grupo chino en el controlador de más de la mitad del mercado de distribución eléctrica en Chile. Cabe recordar que la misma State Grid le ganó el año pasado la pulseada a Enel y se quedó con Chilquinta, en una operación que superó los US$ 2.000 millones.

El apetito chino por energía no se resume únicamente en esos acuerdos. Otra megaoperación fue la protagonizada por la china Southern Power Grid, que en 2018 adquirió el 27% de Transelec, la mayor operadora de redes de alta tensión en el país, por US$1.300 millones. El vendedor fue fondo canadiense Brookfield.

Inversiones

En su proceso de extraordinario desarrollo, China multiplicó exponencialmente la demanda por recursos naturales, obligando al gigante asiático a invertir enormes sumas de dinero fuera de sus fronteras a través de empresas estatales y privadas para asegurar el suministro de productos, proceso que paralelamente les sirvió para ampliar su ámbito de influencia.

Este es un tema que genera algunas suspicacias y que ha sido mirada con recelo por EE.UU., país con el que precisamente se enfrenta en una agria guerra comercial.

Pero las inversiones chinas en Chile parece que no saben ni de conflicto comercial, ni estallido social ni menos de crisis económica derivada del coronavirus.

En 2019, cunando entró en vigencia el Protocolo de Modernización del TLC con China, hubo otro hito en la relación sino-chilena porque ese país lideró por primera vez inversión extranjera directa en el país. De acuerdo a InvestChile, la IED totalizó US$ 18.448 millones el año pasado, un alza considerable de 31% frente al año anterior. Y en el desglose de esa suma destaca precisamente la IED de China que llegó a US$ 4.852 millones, un furioso crecimiento de 167% en doce meses.

“China se instaló en 2019 como la principal fuente de inversión extranjera en la cartera de InvestChile, lo que responde a un intenso trabajo de promoción y acompañamiento por parte de la agencia”, señaló en esa oportunidad el director de InvestChile, Cristián Rodríguez.

Hambre de más Chile

Al margen de la energía y el cobre (China es el mayor consumidor de cobre del mundo y en 2006 Minmetals firmó un controvertido acuerdo con Codelco para el suministro del metal rojo, que culmina el próximo año) la potencia asiática ha puesto sus ojos en la industria salmonera.

En 2018, la china Joyvio ingresó al negocio de los salmones en Chile con la compra de Australis Seafoods, compañía ligada al empresario local Isidoro Quiroga, por US$850 millones.

Y la mayor de las operaciones del último tiempo se concretó ese mismo ejercicio, cuando la china Tianqi compró el 24% de SQM US$ 4.070 millones (2018). Ello en medio del boom por el litio, un insumo clave para la fabricación de vehículos eléctricos. En este punto hay que señalar que Chile opera la mayor flota de buses de transporte público eléctricos de Sudamérica, máquinas que precisamente son de origen chino.

Pero hay más. En el último tiempo se conoció el establecimiento de China Construction Bank (2015) por un valor estimado de US$200 millones, así como la Constitución de la sucursal del Bank of China (2017). Ambos son monstruos financieros.

A esto se suma el arribo de Mobike, Didi y el anuncio de Huawei de instalar un data center cuya inversión se calculó en US$ 100 millones, además de su participación en el proyecto de Fibra Óptica Austral.

Con el anuncio de un acuerdo por CGE, las inversiones chinas en Chile se calculan en torno a los US$ 13.000 millones solamente en los últimos seis años.

Relación diplomática

El año pasado, cabe hay que recordar, el presidente Sebastián Piñera realizó una visita de Estado a China, en donde se reunió con su par Xi Jinping. En esa oportunidad ambos mandatarios firmaron una carta o una ruta de navegación para las relaciones entre China y Chile durante los próximos años, la cual contenía 14 acuerdos en materias como transporte, telecomunicaciones, energía, ciencia, tecnología e innovación.

Y este año, cuando China atravesaba lo peor del coronavirus, el presidente Xi llamó por teléfono a Sebastián Piñera, oportunidad en la que enfatizó que Santiago y Pekín son socios estratégicos integrales entre sí.

“Este año marca el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y Chile. Debemos aprovechar esto como una oportunidad para mantener el impulso de comunicación estrecha de alto nivel, organizar las actividades de celebración del 50 aniversario de las relaciones diplomáticas y promover la construcción conjunta de la Franja y la Ruta con alta calidad para expandir la cooperación en las áreas como el comercio, la inversión, la innovación tecnológica, y la construcción de infraestructura”, dijo el gobierno chino en esa oportunidad.

A logo of China's vaccine specialist CanSino Biologics Inc is pictured on the company's headquarters in Tianjin, following an outbreak of the coronavirus disease (COVID-19), China August 17, 2020. REUTERS/Thomas Peter

Y en materia de coronavirus también hay alianzas relevantes. A mediados de junio, la UC firmó un acuerdo con la empresa biofarmacéutica china Sinovac Biotech Limitada, que permitirá a Chile participar en los análisis de efectividad de la vacuna contra el covid-19, lo que facilitaría el acceso de nuestro país a la vacuna. Acuerdo al que se suma el firmado por CanSino con la Universidad de la Frontera.

Chile-China, una relación comercial y amistad que, pese a las suspicacias por la crecente influencia, está en pleno auge.