El lunes último, Francisco Ruiz-Tagle llegó a terreno en una de las zonas donde se ha desatado la ola de incendios que tiene al país viviendo su peor temporada en esta materia desde 2017. Había estado monitoreando a distancia la situación desde que se produjeron los mayores siniestros el jueves antepasado, y a comienzos de esta semana se instaló allá. El gerente general de CMPC trasladó su central de operaciones desde Santiago Centro a las oficinas que la compañía posee en Los Ángeles, Región de Biobío. Desde ahí ha visitado las bases de incendios de la firma en lugares como Nacimiento, Santa Juana y Collipulli, además de sobrevolar el área.

Hasta el viernes se habían quemado del orden de 370.000 hectáreas en las regiones de Biobío, Ñuble y La Araucanía, y habían fallecido 24 personas. “Estas son las dos temporadas más graves que he visto en la historia”, ratifica el ejecutivo. La primera fue en 2017, cuando se quemaron más de 570.000 hectáreas.

Desde ese año, CMPC ha duplicado los recursos destinados al combate y a la prevención. Pasó de invertir unos US$ 18 millones a US$ 35 millones anuales. Ruiz-Tagle enumera: tienen prácticamente 1.400 brigadistas combatiendo los incendios; 22 aeronaves, de las cuales tres helicópteros -SuperPuma y Kamov- son de gran tamaño, siendo capaces de trasladar entre 3.500 y 5.000 litros de agua por cada lanzamiento. Y sigue: cuentan con más de 1.000 helipistas -para aterrizaje y despegue de helicópteros-, 32 pistas de aterrizaje, sobre 440 fuentes de agua, 180 brigadas de combate terrestre, 12 brigadas cisternas (que van con un camión con agua), y más de 80 máquinas haciendo cortafuegos, los que suman más de 7.000 kilómetros.

“Si me preguntas si es suficiente, creo que en una situación como esta nada es suficiente”, señala. Dice que han combatido 640 incendios en la actual temporada. El año pasado fueron 400. “Hay prácticamente un 60% más. Y la severidad del clima también ha sido peor. Hemos tenido períodos largos de temperaturas muy altas, vientos, baja humedad. La condición ha sido muy compleja”, sostiene. Hasta el martes, la firma tenía 10.000 hectáreas afectadas.

La compañía constituyó un comité de crisis que funciona tres veces al día. En él participan los líderes forestales; el gerente del incendio; el de celulosa, los gerentes de las fábricas, de comunidades, de personal, etc. “Tenemos una coordinación superintegral”, afirma Ruiz-Tagle. Y agrega: “Yo no me moveré de acá hasta que pase el riesgo. Se necesita estar presente”.

Sobre el eventual carácter más inflamable de los monocultivos versus el bosque nativo y que, una vez más, ha generado cuestionamientos contra la industria forestal en este episodio, Ruiz Table es enfático: “Eso es mitología”.

¿Qué pasó este año que estamos en esta situación?

-Tuvimos un invierno y primavera lluviosa, lo que hace que en los campos haya más carga de fuego cuando se seca; también influye la meteorología, estamos con temperatura muy altas por períodos prolongados y vientos sobre los 30 kilómetros por hora por muchos días. Ahora, nos preparamos muy bien durante los últimos años, tenemos muchos recursos desplegados, pero si no se evita la negligencia y, sobre todo, la delincuencia e intencionalidad, esto no para.

Hay que entender que las altas temperaturas, fuertes vientos, la baja humedad no causan incendios, sino que favorecen la propagación cuando ocurren, pero esto se enciende en algún punto. Aquí se ha visto negligencia, pero también mucha intencionalidad.

¿Cuánto estiman que es intencional?

-No es tan fácil decirlo en términos de porcentaje, pero es muy alto. En Chile no existen los incendios espontáneos, son todos provocados por el hombre.

A modo de ejemplo, tenemos un incendio que se llama Santa Ana, que es el más grande en la zona de Nacimiento, que llega casi a la comuna de Coronel. Durante dos días construimos líneas de contención, todos los equipos desplegados, y comienza a prenderse a las espaldas de nuestras brigadas.

El lunes, en Mulchén al sur, en el sector de Niza en la comuna de Collipulli, había 20 focos simultáneos en un campo, en línea, en el momento de mayor viento hacia la tarde.

Ayer (martes), a las 5 de la tarde, brigadistas que trabajaban en la protección de casas en Collipulli, identificaron a un hombre prendiendo fuego simultáneo, él fue denunciado y hoy está detenido por carabineros acá en la comuna.

Entonces, todas estas cosas son finalmente la causa de estos tremendos incendios. Hemos realizado esta temporada 130 denuncias. Y en verdad la situación es extremadamente delicada.

¿Quiénes están detrás de la intencionalidad?

-Nos gustaría tener mejor información y más claridad, tenemos filmaciones de camionetas adentro con gente incendiando; motos de personas que entran y prenden en varios lados, y son denunciados, la justicia está en ese tema.

¿Pero alguna idea preliminar de si algo de esto está vinculado al conflicto mapuche, al robo de madera, al narcotráfico?

-Es una zona que ha estado afectada por, fundamentalmente, robo de madera de forma muy importante; sabido es que ha habido narcotraficantes, creo que todo eso de alguna manera influye, pero no puedo decir que esto es solamente una u otra. Aquí claramente hay intencionalidad, hay organizaciones que han actuado, pero que no podría clasificar. Hay delincuentes, criminales en la zona, que la justicia tiene que hacerse cargo.

Me parece muy importante la actuación de la justicia en forma oportuna; también el copamiento de parte de las policías, las fuerzas militares, sobre todo en las zonas de más riesgo. Nosotros como compañía también estamos haciendo rondas, mucha gente está recorriendo para evitar que esto continúe.

Pero las plantaciones de monocultivos de las forestales también han vuelto a ser sindicadas por algunos actores como responsables...

-Me parece que poner en el centro al monocultivo, que son las plantaciones, es desviarse del foco. Hay muchos países que son forestales donde esto no se ve. Estuve en agosto en Suecia, un país que tiene el 80% de su superficie con árboles, el porcentaje industrializado de eso es sobre el 70%. Y no ocurren estas situaciones.

Tratar de transmitir que el monocultivo es responsable de esto, francamente es una mala comprensión, es no entender que aquí lo que enciende el fuego es el ser humano y no son los bosques.

Y la otra cosa que es importante entender, es que en el caso nuestro, de la totalidad de los incendios que combatimos, sobre el 50% son incendios que se originan en terrenos de terceros, no en los bosques. Acá se ponen recursos relevantes, y la mitad se trabaja fuera del contorno de CMPC.

Pero eso también es porque existe claridad de que mientras antes se ataca el fuego, tiene menos probabilidades de que llegue a sus terrenos, ¿no?

-Absolutamente, pero también quiero reforzar la idea de que nosotros estamos desplegados en varias comunas, o sea en más de 120, 130.

La compañía tiene un objetivo de sostenibilidad muy fuerte. CMPC pone el foco absolutamente en proteger a las personas, a los poblados, a las ciudades, antes que ir a atacar un incendio en un bosque. Además, muchos hablan de incendios forestales, y ahí hay otra distorsión, porque son más bien incendios rurales. La última cifra que tengo es que se han quemado unas 260.000 ha (al miércoles); de eso plantaciones forestales es del orden de un 55%. Uno escucha muchas veces que el bosque nativo no se quema y probablemente en torno al 20% es bosque nativo, además hay matorral nativo, y si uno suma todo eso esta en un 25%, y agrícola probablemente va a ser un 20% o más.

Esta es una industria que tiene muchas bondades y que se la demoniza muchas veces por falta de información y creo que ahí hay noticias que salen que no son correctas y que están distorsionando muchas veces la realidad.

Yo he tenido reuniones en estos días con alcaldes en muchas comunas, con autoridades del gobierno. Y bueno, muchos alcaldes de las comunas donde participamos aprecian realmente la actividad forestal y entienden perfectamente el tema de la intencionalidad. En comunas como Lumaco, Nacimiento, Santa Juana…

No obstante, la alcaldesa de Santa Juana fue una de las que apuntó al monocultivo. Usted plantea que no es eso, ¿pero es más inflamable que el bosque nativo?

-Eso es mitología, es evidente que un eucalipto y un pino en un incendio se inflaman, pero si lo comparas con otros cultivos o plantas nativas, hay evidencia de que no se inflaman más rápido de lo que puede ser un matorral nativo, como el maqui u otra especie nativa.

A mí me duelen mucho todas estas noticias falsas.

El viernes, Boric señaló que se debía tener una discusión respecto a las forestales, una regulación distinta. ¿Qué le parece que el Presidente ponga el foco en la industria?

-Estamos muy disponibles a participar de todas las conversaciones siempre es y será muy necesario tenerlas. Por cierto es importante revisar prácticas y mejorarlas a partir de estas experiencias. Eso sí, pienso que lo más relevante es basarse en información 100% confiable y no basada en la desinformación. Hemos visto muchas fake news estos días.

La industria forestal es una industria de futuro y tenemos que cuidarla en nuestro país. Acá en Chile solemos poner de ejemplo a los países escandinavos, Suecia, Noruega o Finlandia, pues bien, en esos países la industria forestal es un pilar. Allá es totalmente impensado que alguien cuestione su existencia.

En Chile, la industria forestal está sometida a las más exigentes certificaciones internacionales, que son las mismas de los países nórdicos que admiramos y por cierto que las cumplimos. CMPC el 2022 para el Dow Jones Sustainability Index, fue la segunda empresa forestal más sustentable del mundo. Usted comprenderá que una institución así de seria hace sus evaluaciones de forma totalmente profesional y rigurosa.

Hablaba de noticias falsas. ¿A qué atribuye que aparezca esa información?

-Creo que ahí hay un tema probablemente nuestro que históricamente no hemos sido capaces a veces de transmitir qué es esta industria, qué significa, la importancia que tiene para el desarrollo de las comunidades donde participamos. También es muy cierto que nosotros nos desarrollamos en comunas, regiones, donde hay pobreza, y falta mucho desarrollo por delante, y creo que también ahí hay muchas oportunidades de mejora; también decir que hay algunas personas que creo que son enemigos de la plantación forestal.

¿Quiénes?

-Es que se escuchan muchas fake news, uno ve redes sociales, más que identificar a uno u otro, uno escucha cosas que en verdad duelen. Son también difíciles de identificar, porque no necesariamente dan la cara en redes, pero se refieren a temas que no corresponden.

Todavía veo gente que habla del DL701 para las grandes forestales, y no existen subsidios del Estado a grandes forestales desde antes del año 2000.

Hoy día sale que las empresas se incendian porque cobran seguros. En la compañía tenemos seguros, pero mínimos.

¿Por qué no se puede asegurar todo?

-Tenemos seguros marginales que nos cubren muy poquito, y los deducibles son muy grandes, o sea para que nos cubra un seguro forestal tendrían que quemarse magnitudes enormes. Mucho más que las 10.000 hectáreas que se nos han afectado; son seguros catastróficos. Y la cantidad que te cubre es baja.

A la industria forestal no le conviene ningún incendio, lo que le conviene es procesar sus productos y agregarle valor a lo que tiene plantado.

Y aquí la mayor afectada no va a ser la gran empresa, aquí hay muchos aserraderos pequeños y medianos que dependen de las plantaciones de pino, que producen productos de madera. Y muchos de ellos se van a ver profundamente afectados por falta de materia prima. Cuando se habla de incendios, a la cabeza se vienen las grandes empresas, pero hay muchísimos propietarios pequeños, medianos, cientos de aserraderos, que se van a ver afectados.

¿Debiéramos tener déficit de madera este año?

-La madera para muchos usos se puede hacer poco. No cabe duda que esta magnitud de plantaciones afectadas va a generar escasez, eso va a ocurrir en las regiones del Biobío, de La Araucanía. Hay mucha gente que depende de la madera, eso hay que entenderlo, el daño de esto es muy grande.

El gobierno decretó finalmente que se restringirá la compra de combustible en bidones. La Corma lo había pedido la semana pasada. ¿Fue tarde?

-No me corresponde evaluar la gestión o despliegue del gobierno, aunque sí considero muy relevante que rápidamente se haya decretado estado de excepción constitucional en las regiones más afectadas, porque eso sin duda es una ayuda para intentar frenar la intencionalidad. Lo mismo ocurre con el toque de queda. Mientras más se restrinja la circulación de personas durante la noche, más probable debería ser detectar a los delincuentes que están generando incendios intencionales y multifoco.

¿Hay espacio para sumar más recursos?

-Venimos hace años, desde 2017, preparándonos para una temporada dura. No nos sorprendieron, sabíamos que la temporada venía compleja. Se han hecho todos los esfuerzos para meter todos los recursos disponibles en equipamientos, conexiones con el exterior, está todo arriba de la mesa, para qué decir las personas, toda la gente que está trabajando en terreno. Siempre se puede poner más, pero los recursos no se hacen suficientes con esta situación si sobre todo te están incendiando en la espalda de vuelta. Hay que reforzar mucho el tema de la protección y la seguridad. Hay que copar muy bien la zona.

¿En qué etapa de la crisis estamos? ¿Está controlada?

-No, la situación general es que hay un incendio muy importante que parte a tres kilómetros de Angol y llega casi a Coronel, o sea son como 100 kilómetros, un incendio de 100 mil hectáreas, enorme. Hay muchos focos delicados al sur de Mulchén, Collipulli, y diversos incendios en otros sectores. Hay uno al sur de Laja que no hemos podido controlar. Y la razón es porque son muy grandes. Y porque las condiciones de temperatura y viento son muy importantes. No es que esté avanzando todo como desbocado, son como incendios instalados que no los puedes apagar.

¿Si se logra contener la intencionalidad, esto termina?

-Contener los incendios intencionales aporta a que la situación no se agrande. Ahora, apagar lo que hoy está encendido no es simple, requiere trabajo y que las condiciones climáticas ayuden.

CMPC aseguró tener afectadas 10.000 hectáreas. ¿Hay estimaciones del efecto económico de eso?

-Es difícil, porque esto se evalúa en terreno. Hoy solo son estimaciones. Es muy difícil aventurar números.