A las 8.30 de este viernes, Carlos Díaz, vicepresidente ejecutivo de Litio de SQM, llamó al presidente del Sindicato SQM Salar, Helmo Leiva, para informarle oficialmente de la suscripción del acuerdo entre la compañía y Codelco para desarrollar conjuntamente el negocio de explotación del salar de Atacama, antes de que la noticia apareciera en los medios de prensa.
“Fue un llamado súper grato. Es una muestra del respeto y la empatía de don Carlos con los sindicatos, porque las organizaciones así se sienten valoradas, y demuestra la buena relación entre ambas partes, independiente de las diferencias que podamos tener”, comenta Leiva.
Es difícil encontrar a alguien en SQM que hable mal o al menos detecte una falencia en quien va a asumir, de seguro, el principal cargo ejecutivo de la alianza por el litio entre la corporación estatal y la minera no metálica, pues los contratos señalan que serán los directores de SQM quienes designarán al gerente general y los de Codelco, al de finanzas.
Carlos César Díaz Ortiz (52) es un hombre transversalmente apreciado en la empresa, por lo que confían a ciegas en su futuro desempeño.
En la alta dirección de SQM, sólo su jefe lleva más años que él en la empresa. El gerente general, Ricardo Ramos, entró en 1989. Y Díaz lo hizo en 2006, inmediatamente después de salir de la Universidad Católica como ingeniero civil industrial con mención mecánica.
Conoce a SQM por dentro más que la mayoría. Porque además de llevar casi 30 años en la empresa, ha cruzado por casi todas las áreas. Llegó como ingeniero de planificación y seis años después asumió como subgerente de finanzas de las oficinas comerciales, cuando Ramos ya era gerente de finanzas de toda la compañía. En 2006, asumió la gerencia de logística, donde estuvo seis años. Entremedio, estudió un MBA en la misma UC.
Su página de LinkedIn sólo incorpora su historia a partir de 2012, cuando asumió como vicepresidente de Operaciones de Nitratos y Yodo, donde también estuvo un poco más de seis años, para luego pasar al mismo cargo, pero en el negocio de Litio y Potasio, que a esas alturas ya se encaminaba a ser “el” negocio de SQM. En 2021 pasó a ser vicepresidente ejecutivo de la división de litio, puesto en el que lleva dos años y medio.
“Cuando llegué al directorio, él fue quien me hizo la inducción al negocio del litio. Aprendí mucho”, cuenta Gina Ocqueteau, quien pasó a integrar en abril de 2022 la mesa directiva de SQM.
Venir desde abajo
Un hombre eminentemente meritocrático lo califican quienes le han seguido su carrera. Orgullosamente maipucino, vivió su infancia y adolescencia en un barrio típicamente de clase media de esfuerzo de esa comuna, en Primera Transversal y Uno Norte. “Jugaba pichangas, pero era bien limitado”, admite él mismo.
La educación primaria la siguió en escuelas de Maipú, pero egresó de educación media del Liceo Francés, un colegio subvencionado que cerró en 2011 y que se ubicaba en la calle Vergara de Santiago Centro, en pleno barrio universitario.
Mateo del curso, ponderó un alto puntaje en la todavía Prueba de Aptitud Académica para entrar a Ingeniería Civil, pero ya no en el mismo barrio de su colegio, donde están la Universidad de Chile, la UDP o Andrés Bello, sino que en el campus San Joaquín de la Universidad Católica.
El único lugar donde ha trabajado en su vida es en SQM y ha hecho una carrera ascendente.
“Sin duda que el hecho de ser un hombre de méritos, que ha venido desde abajo, le jugará a favor en el nuevo cargo que asuma”, afirma otro director de SQM que pidió no ser identificado.
Separado, con dos hijos, es colocolino acérrimo y practica pádel.
Al entrar a calificarlo, resaltan principalmente su calidad humana y su horizontalidad en el trato, tanto con directores como con operarios.
“Muy sencillo, muy inteligente, muy práctico. Le gustan las relaciones más horizontales que verticales. Cero divo, es muy sencillo”, comenta una ejecutiva con la que ha tenido que trabajar mucho en los últimos dos años.
Un director que lo ha conocido trabajando tanto en el negocio de nitratos como en el de litio, arma un listado de virtudes y dice que no ve “ninguna” falencia o debilidad que pudiese complicarlo en su nueva responsabilidad. “Carlos tiene estas virtudes: pragmático, de terreno, cercano, creativo, experto en los procesos, enfocado en sostenibilidad”, enumera.
“Es un tremendo líder. Todos lo quieren y lo admiran. Inteligente, innovador, de excelentes relaciones humanas, tremendo profesional, reflexivo, inclusivo, progre”, dice la directora Ocqueteau. “Progre”, aclara, no en términos políticos, sino que en el sentido de que “siempre valora el atreverse a avanzar”.
Dada su extensa historia en la firma, Díaz conoce bien a Julio Ponce, el controvertido expresidente y principal accionista de la compañía (indirectamente a través de las sociedades en cascada que controla). Y Ponce a él también. De hecho, un alto directivo reconoce que Ponce le reconoce abiertamente sus méritos, pero que Díaz es “claramente más de confianza de Ricardo Ramos”, aunque, aclara, “superindependiente profesionalmente, no es ‘suche’ para nada, tiene harta personalidad y opinión”.
Al ser consultado por el peor momento de su empresa, cuando estuvo en el foco de atención por los pagos ilegales a campañas políticas, se mantuvo distante de la polémica: “En ese periodo, yo estaba bien alejado de ese tema, trabajaba principalmente en el norte, en María Elena”, confiesa Díaz en algunas preguntas que aceptó responder.
Una de las características, eso sí, que deberá mejorar es su feeling con los medios de comunicación. Su futuro cargo en esta inédita alianza Codelco-SQM demandará una alta exposición mediática, incluso política, pues los ojos de todo el país estarán encima de su desempeño. Y no le gusta e incluso evita la figuración pública.
De hecho, al analizar las redes, sólo es posible encontrarle dos entrevistas: una que concedió en enero de 2022 al medio regional Calama Noticias para hablar sobre el mercado del litio, y otra en junio de 2023 para una edición especial de El Mercurio sobre el Festival de Innovación y Futuro para el desarrollo del emprendimiento que organizó la UC. En ellas planteó los objetivos corporativos de la compañía en términos de producción, desarrollo, sustentabilidad e innovación, pero dio pocas señales de su propia personalidad.
El salto productivo
El mismo Díaz admite que de su tiempo más de la mitad la pasa en terreno. “Siempre he sido más de terreno que es lo que más me gusta. Por ejemplo, ahora también me toca viajar harto afuera a Asia a visitar clientes y cerrar negocios. Soy más bien un perfil operacional de producción y ventas”, reconoce en una acotada conversación por escrito.
Esta inclinación por el terreno hasta ahora al menos lo ha sabido suplir con su equipo, que muy probablemente lo acompañe en la nueva empresa. Entre ellos, algunos directores destacan a Felipe Smith, vicepresidente comercial senior de Litio y Yodo, y Gilbert Maldonado, jefe de Control de Inventarios y Recursos de SQM Salar.
A la división de litio llegó como reemplazo de Juan Carlos Barrera, otro histórico de la compañía, en la vicepresidencia de Operaciones.
“Desde que él tomó la vicepresidencia, ha habido cambios significativos para destacar. Es una persona más empática, más cercana a los trabajadores. Hay una relación de comunicación mutua tremendamente importante”, dice el dirigente Helmo Leiva del sindicato que congrega a 1.800 trabajadores de SQM Salar.
Su paso por el negocio de litio ha sido sin duda su catapulta, debido principalmente a los logros productivos que alcanzó, más todavía cuando la pandemia del Covid golpeaba las operaciones mineras, con alzas de costos y complicaciones laborales, y que supo coincidir con la escalada del precio del llamado oro blanco, que llegó a sus máximos históricos hace un par de años, lo que permitió a la compañía llegar a valores bursátiles récord y a entregarle al Estado ingentes recursos.
“Lideró el crecimiento productivo del litio del 2019 a 2023, cuando casi se triplicó la producción. Pudimos vender lo que vendimos en gran parte por lo que hizo Carlos”, comenta una gerenta de SQM.
En 2019, cuando Díaz llegó a dirigir las operaciones de este negocio, SQM produjo 62.300 toneladas de carbonato de litio. Durante la pandemia casi duplicó esa cifra hasta 108.400 toneladas en 2021 y el año pasado llegó a las 165.500 toneladas.
El mismo Díaz, eso sí, ha destacado el trabajo que la división de litio ha hecho en este último periodo, poniendo el acento en sustentabilidad, un foco que no es pose, según quienes lo conocen e incluso según los sindicatos. “Se hace fundamental que nuestros productos cumplan con altos estándares de sustentabilidad, porque el mercado y los clientes te lo exigen. No sólo queremos transformarnos en líderes en producción de litio de alta calidad a bajo costo, sino también sumar estándares de sustentabilidad. Y ahí tenemos compromisos claros, como que esperamos reducir a la mitad la extracción de salmuera al año 2030 en forma gradual”, explicaba Díaz en 2022 a Calama Noticias. Pero un año después fue más ambicioso en términos ambientales: “Tenemos metas bien ambiciosas. Por ejemplo: ser carbono neutrales en producción de litio hacia 2030 y disminuir nuestro consumo de agua. Hoy somos el productor de litio con la menor huella de carbono y también con muy bajo consumo de agua. Queremos ir disminuyéndolo”.
Y como impulsor de los “temas nuevos” en la minería, Díaz también es reconocido por poner encima de la mesa las discusiones sobre inclusión, sobre todo de la mujer, y las consecuencias positivas, pero también negativas, que ha traído consigo en el sector. Las relevó en el acto del pasado 1° de Mayo: “Nunca -dice el dirigente del sindicato SQM Salar- había habido acá un discurso para el Día del Trabajador en que se mencionara la inclusión de la mujer y las problemáticas de acoso. Esta vez él sí lo hizo”.