Columna de Gonzalo Restini: “Breve historia del primer cuarto de siglo”
“No terminamos el cuarto de siglo con un “Long Boom”, sino con un “Long Doom”. El 2000 nos creíamos destinados al éxito. Jamás imaginamos que 25 años después vagaríamos a tientas tratando de reencontrar el rumbo. Menos aún que todo fuera por culpa nuestra”.
“Enfrentamos 25 años de prosperidad, libertad y mejoras medioambientales para el mundo entero. ¿Tiene usted algún problema con eso?”. The Long Boom, A History of The Future”, Wired Magazine, julio 1997
Así parte el siglo cuyo primer cuarto acaba de terminar. Rebosante de optimismo. El futuro es luminoso para el mundo y para Chile. Un viaje a la prosperidad en brazos de la tecnología. La fusión de AOL y Time Warner, en enero del 2000, marca el peak del Nasdaq. Los últimos y borrachos suspiros de los “Happy 90′s”. Pero todo lo bueno tiene que terminar. La burbuja explota en marzo del recién estrenado siglo. En pocos meses el Nasdaq se desploma de 5.048 a 1.114 puntos, al ritmo de la caída de las Torres Gemelas. El mundo se ensombrece. Parten las guerras “contra el terrorismo” en Irak y Afganistán. Ricardo Lagos asume justo en marzo de 2000. Lidera un gobierno realmente reformador, con modelos creativos en salud, infraestructura y mercado financiero. Sus últimos años son espectaculares: En su gobierno Chile crece 4,8% promedio anual, el mundo 3,4%. Tesla se funda en julio del 2003 en San Francisco. Zuckerberg crea Facebook 8 meses después en su dormitorio en Harvard. Bachelet 1 llega en lomos de un tanque. Hace un gobierno razonable. Profita del boom de los commodities, ahorra tanto que Chile se hace acreedor neto. Enfrenta la crisis del 2008 con maestría de la mano de Andrés Velasco. El mundo se cae a pedazos. Hank Paulson, secretario del Tesoro de EE.UU., pide de rodillas ayuda a Nancy Pelosi. Nosotros estamos tranquilos. Tenemos ahorros y un modelo sólido. En junio de 2007 Steve Jobs lanza el primer iphone. Mientras, China se transforma en el nuevo determinante de nuestra prosperidad. Pasa de ser 11% de la economía americana en 2000 a 40% en 2010. La historia de crecimiento más espectacular de la historia humana: 850 millones salen de la pobreza. Cerrando Bachelet 1, Chile crece 3,3% por año, el mundo 2,4%. Europa parece colapsar cuando llega Piñera con la promesa de excelencia y la recuperación del terremoto. Las expectativas empresariales están a tope. El IPSA supera los 5.000 puntos. Sacamos a los 33 y casi todos creemos que lo del “Chilean Way” es verdad. El país crece, la gente avanza, los sueldos mejoran. Se crean 1 millón de empleos. Pero el 2011 reaparecen nuestros actuales líderes, estrenados como “Pingüinos” el 2006. Como un mantra repiten que todo está mal, que nuestro éxito es un espejismo, que todo es, en realidad, injusto e impresentable. Piñera 1 crece 5,3% por año, el mundo 3,4%. La izquierda se compra la historia del malestar y ensaya el “Nuevo Modelo” con Bachelet 2. El primer año de ese gobierno es el más destructivo de la historia reciente. En pocos meses se despachan las Reformas Tributarias, Política y Educacional, que logran lo imposible. El país extravía su ruta al desarrollo, balcaniza la política y destruye el modelo educacional. Todo está anunciado. Prefirieren no escuchar. “El Cuento del Cuco”, dicen, un fantasma inventado para defender los intereses de la élite. Nunca más nos recuperamos. Es el primer gobierno que crece menos que el mundo: 1,9% anual vs. 3,3%. La magnitud de nuestro descalabro se resume en un número: si hubiésemos continuado creciendo al ritmo de los primeros 14 años, hoy seríamos una economía 35% más grande. Llega Trump y la Guerra Comercial. China parece imparable, igual que la inmigración. A pesar de las críticas, nuestra “isla de prosperidad” atrae a muchos más de los que podemos recibir. Piñera vuelve con la promesa de retomar el paso. No pasa mucho hasta que, avivado por la oposición con más mala leche de la historia de la democracia, todo salta por los aires. El infierno estalla. Las certezas se destrozan a punta de sangre, fuego y mentiras. La democracia pende de un hilo. Se salva por un virus que trae encierro y muerte. Los retiros prueban que los Fondos Previsionales en manos de los políticos son un arma de destrucción masiva. A la primera oportunidad causan un desastre bíblico. Boom, inflación, alza de tasas y erosión del sistema financiero. Un aporreado Piñera crece menos que el mundo: 1,97% vs 2,26% por año. Luego, miramos con asombro la mortal amenaza de la Convención y la refundación total. Cuando nadie lo espera, gana el Rechazo. Del alivio pasamos al estancamiento secular. Llega era del AI. Con China en problemas y Trump de vuelta con la pierna en alto. El Nasdaq está en 20.000 puntos. El Market Cap de los “Magnificent Seven” es 53 veces el PGB de Chile, que vuelve de piquero a Latinoamérica. Salvo chispazos en el mundo del emprendimiento, liderado por Cornershop, Buk y Notco y el tradicional empuje minero, nos hemos chamuscado a punta de malas políticas. Algunos, incapaces de reconocer sus errores, siguen clamando por más. Desintegración Tributaria y Sistema de Reparto... El último estertor de las ideas que nos han hecho fracasar y olvidarnos que hace poco fuimos el primer país de Latinoamérica en mirar el desarrollo directo a los ojos. No terminamos el cuarto de siglo con un “Long Boom”, sino con un “Long Doom”. El 2000 nos creíamos destinados al éxito. Jamás imaginamos que 25 años después vagaríamos a tientas tratando de reencontrar el rumbo. Menos aún que todo fuera por culpa nuestra.
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