La economía chilena se recuperó en 2021 tras la caída registrada en 2020. El desempleo también se acercó a los niveles prepandemia, pero la situación fiscal, a pesar de las cifras, se muestra debilitada. El escenario global, de la mano de la inflación producto de los estímulos entregados por los gobiernos, está al alza, agravada por la guerra en Ucrania y Rusia, que presiona el precio del petróleo y los granos. En el mundo, ya se empieza a hablar de una probable recesión, cuyas posibilidades van a en aumento, y las dudas sobre la capacidad de Chile para enfrentarla también.
Este miércoles se conoció el Índice de Precios al Consumidor de EEUU, que en junio trepó 1,3%, por sobre lo esperado, acumulando 9,1% en términos anuales, su mayor nivel desde diciembre de 1981. Ya con el alza de la inflación de EEUU en mayo los mercados entraron en pánico, llevando a las bolsas del país a entrar en mercado bajista (cuando cae más de 20% desde su último peak). Y si bien se recuperaron luego de que la Fed subiera en 0,75% su tasa de interés, la mayor subida desde 1994, la probabilidad de entrar en recesión a nivel mundial sigue creciendo.
Para Chile, la situación es más compleja que la vivida en 2009, cuando golpeó la crisis subprime, la última crisis internacional. El Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES), creado para enfrentar situaciones adversas, acumulaba US$20.210 millones, ahorro que le permitió al entonces ministro de Hacienda, Andrés Velasco, hacer retiros por US$9.277 millones. Para abril de este año, el fondo llega a US$ 7.750,99 millones, esto luego de que en 2020 y 2021 se retiraran US$10.286 millones para hacer frente a la pandemia global.
¿Cómo en 2008?
Para el economista Arturo Cifuentes, “Chile está mucho más complicado que en 2008″, entre ello, por el menor nivel de ahorro en los fondos soberanos, pero también porque “el rating crediticio está más bajo que en ese momento, y hoy tiene más deuda que hace una década, por lo que la capacidad de endeudarse existe pero será más onerosa. Y la otra variable es que Chile, para efectos prácticos, no tiene Constitución, alguien que quiera invertir en Chile no sabe a qué reglas del juego atenerse, los mercados financieros prefieren las malas noticias que la incertidumbre”.
A ello, Cifuentes agrega que es necesario considerar que el mercado de capitales se empequeñeció con el retiro de US$50 mil millones desde los fondos previsionales, y que “lo de las compañías de seguros, donde se permitió deshacer contratos de rentas vitalicias para sacar recursos, fue percibido en el exterior como algo muy negativo”.
El economista y académico de la Universidad de Los Andes, Carlos Budnevich, comenta que una diferencia fundamental es que mientras la crisis subprime fue una crisis financiera, la crisis económica internacional actual proviene de la necesidad de retirar estímulos monetarios y fiscales producto de la pandemia, a lo que se ha unido una serie de shocks por el lado de la oferta que han afectado la cadena de suministro global y la guerra en Ucrania que también ha golpeado con fuerza al alza el precio de la energía y de los alimentos.
Pero agrega que los inicios de ambas crisis tienen algunas coincidencias, aunque por motivos totalmente distintos: “El origen puede ser distinto, porque no estamos hablando de coronavirus ni de guerra en 2007-2008. Pero al mirar el inicio de los problemas económicos ocurridos a partir del segundo semestre de 2007 y a inicios de 2008, estos comienzan con aumentos desmesurados en el precio del petróleo, en el precio de los commodities, y en particular en el precio de los alimentos. Algo parecido ha ocurrido en la actual coyuntura, pero con la diferencia que el desborde inflacionario internacional actual ha sido mucho más significativo”, señala.
Por otra parte, señala que la situación financiera actual de Chile es más compleja en comparación a la situación existente en los inicios de la crisis subprime. “Por el lado de la vulnerabilidad de Chile, está clarísimo que en el ámbito del sector público tenemos peores indicadores, tenemos déficit fiscal que no teníamos antes, y hemos acumulado un nivel deuda pública bastante importante. En 2007 Chile cerró con un superávit fiscal en relación al PIB de 7,8% y un nivel de deuda pública en relación al PIB de 3,8%, mientras que en el 2021 Chile cerró con un déficit fiscal en relación al PIB de 7,5% y un nivel de deuda pública en relación al PIB de 36,3%. Análogamente, en 2007 Chile cerró con un superávit de cuenta corriente de la balanza de pagos en relación al PIB de 5,1% y un nivel de deuda externa en relación al PIB de 32,7%, mientras que en el año 2021 Chile cerró con un déficit de cuenta corriente en relación al PIB de 6,6% y un nivel de deuda externa respecto del PIB de 84,5%”.
Según el Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central del primer semestre del año, a marzo en 12 meses se han producido salidas de capitales que totalizan US$ 19.200 millones relativas a hogares y empresas, cifra que está muy encima de la registrada en años anteriores. Para marzo de 2021 llegaba a US$11 mil, y para de marzo de 2020 a US$8 mil millones. Adicionalmente, en el IEF se informó que continúa una alta actividad de apertura de cuentas en dólares, las que ya se ubican en US$12.600 millones de dólares por parte de hogares y empresas locales.
Más parecida a la de los 70
En esa línea el economista y exvicepresidente de BancoEstado, Pablo Correa, señala que de haber crisis este año, esta sería distinta a la de 2008, pues su origen fue financiero, y esta estará relacionada con la economía real, con una raíz inflacionaria que se parece más “a la crisis del petróleo en los años 70, donde se produjo un shock inflacionario a nivel global cuando los países árabes decidieron reducir la producción de petróleo y generó un recesión que partió en EEUU y se transmitió a Europa”.
En ese contexto, Correa señala que a diferencia de la crisis de 2008, donde veníamos “de años de bonanzas importante, hoy se gastó parte importante de los colchones soberanos. Desde el punto de vista fiscal, la discusión es más bien cómo se reduce la velocidad de incremento de la deuda, porque los fondos que quedan son bastante acotados, entonces el espacio fiscal que se podría llenar o palear a través del uso de estos fondos soberanos son bajísimos, y el resto tendría que aplicar deuda. Pero deuda en un ambiente totalmente distinto, no hay espacio para aumentar el gasto, se tendría que mantener y financiar con más deuda, y deuda externa”.
Entre 2007 y 2012 la nota de Chile en monda extranjera por parte de S&P era A+, pero hoy está en A, un escalón por debajo. En tanto, Fitch la tenía en A, ahora es A- , también un escalafón abajo.
Adicionalmente, en 2021 la deuda bruta llegó a 36,3% del PIB, en circunstancias que en 2008 era de 4,9% y en 2009 de 5,8%.
Guillermo Larraín, quien fue superintendente de Valores y Seguros entre 2007 y 2010, asegura que el shock es de una naturaleza muy distinta ahora que en esa época, porque en la subprime fue una crisis financiera mayor a nivel internacional. “En un sentido nos pilla un poco mejor, pero en varios otros más débil. Nos pilla un poco mejor porque hasta donde sabemos, no hay instituciones financieras con problemas. A mí me tocó intervenir dos corredores de bolsa y liquidarlas, que fueron las últimas dos liquidaciones de ese tipo que se han hecho en Chile, me tocó hacerlas durante esa crisis. Había un poco más de vulnerabilidad del sistema financiero antes que hoy. Da la impresión que hoy día no”, dice Larraín.
Pero la probabilidad de que haya una recesión no es algo cierto. Según Cifuentes, “es un riesgo bastante real, y hay personas que tratan de establecer un paralelo con lo que pasó en los años 70, eso es exagerado porque la Fed es mucho más independiente y tiene mejor entendimiento de las herramientas. En ese sentido el problema inflacionario es menor de lo que era en esa época”.P