Cual dogma de fe, el republicano repite como un mantra la palabra libertad. El derecho a elegir se empina como la base del pensamiento liberal a través del cual el joven partido de derecha, que irrumpió con una fuerza inédita en las elecciones de consejeros constitucionales, ordena toda su doctrina económica.

Republicanos, fundado en 2019 por el excandidato presidencial José Antonio Kast, no sólo logró el 35% de los votos y 23 consejeros constitucionales, con lo cual podrá manejar sin grandes contrapesos el diseño de la nueva Constitución, sino que también se instaló como una fuerza política relevante para las próximas elecciones y promete una mayor influencia en el debate sobre el rumbo económico de Chile.

Si bien en el seno del partido tienen un diagnóstico compartido con otras colectividades políticas sobre el estancamiento de la economía chilena en los últimos 10 años (baja inversión, ahorro y productividad), el mundo republicano discrepa sobre la solución al pobre dinamismo y propone una “mínima y eficiente” presencia del Estado en las actividades cotidianas de las personas y empresas. De esta forma, la doctrina liberal republicana rompe con la corriente socialdemócrata, abrazada hoy por partidos de centro-izquierda y por el propio gobierno de Boric, donde el estado de bienestar y la mayor presencia de lo público en la economía son claves.

Sin embargo, la doctrina republicana también intenta diferenciarse de los actuales liderazgos populistas de derecha latinoamericana y mundial, especialmente en la forma en que el Estado debe participar en la economía y los grados de responsabilidad fiscal que aplican en sus gobiernos. “Si bien los republicanos son muy conservadores en lo moral, en lo económico son muy liberales. Tienen su base en el liberalismo clásico anglosajón, donde priman los bajos impuestos, menores regulaciones en la economía y apertura al exterior”, explica un influyente asesor del movimiento.

“Es fundamental (para republicanos) promover el crecimiento económico sostenible que permita que los chilenos puedan producir más, tener más y mejores oportunidades laborales, mejoras salariales, además de acceder a bienes y servicios en condiciones más ventajosas”, complementa el director ejecutivo de Ideas Republicanas, Cristian Valenzuela, quien destaca el financiamiento “responsable” de las urgencias sociales.

1. Libertad, libertad

La gran crítica que ha surgido desde el corazón republicano es que la tendencia socialdemócrata y de mayor intervención del Estado en la actividad económica ha permeado incluso a sectores de centro-derecha. Dado su doctrina liberal a ultranza, han sido el único partido que ha desechado en bloque los retiros desde las AFP, el proyecto que rebaja la jornada laboral a 40 horas y al que sube el salario mínimo y han anunciado su rechazo al aumento al royalty a la minería, por sus impactos en la economía, las pymes y el crecimiento.

“Están dispuestos a pagar costos políticos de corto plazo por mantener sus ideas y por eso se opusieron a los retiros desde los fondos de pensiones y a las 40 horas, lo que la derecha tradicional no hizo. Son consecuentes”, afirma un asesor de la colectividad.

En sus principios económicos, añade la misma fuente, prima por sobre todo la libertad del individuo para elegir. “Para ellos es clave elegir donde estudiar, donde trabajar, donde atenderse; que el Estado sólo intervenga en aquellos problemas que los privados no puedan resolver, el principio clásico de subsidiariedad”, afirma el mismo asesor.

Estos principios, a juicio del diputado republicano Agustín Romero, deben quedar plasmados en la redacción de la nueva Constitución y donde el partido tendrá una influencia decisiva. “Todos los republicanos compartimos la necesidad de consagrar con fuerza el actual orden público económico que hay en la Constitución de 1980. Estamos convencidos que el rol subsidiario les ha permitido a las personas desarrollarse en libertad”, enfatiza el diputado.

Cristián Valenzuela, de Ideas Republicanas, dice que la actual Constitución viabilizó el desarrollo del país en las décadas pasadas y, como contracara, que el debilitamiento institucional ocurrido ha sido relevante en la pérdida de la capacidad de crecer.

“Sin seguridad ni Estado de derecho no hay crecimiento ni confianza para invertir y progresar (...) Los consejeros constitucionales deben tener en consideración la capacidad de recuperar con urgencia el Estado de derecho en todo el territorio; la certidumbre jurídica para emprender e invertir”, agrega Valenzuela, quien es partidario de incluir en la Carta Magna el fomento a la competitividad tributaria e irretroactividad de los impuestos, para generar certezas y promover la inversión.

21 Noviembre 2021 En el Comando de Presidente Errazuriz el candidato Presidencial del Frente Social Cristiano Jose Antonio kast celebra su triunfo y paso a la 2da vuelta de las Elecciones 2021

2. Ni Trump ni Milei

En el seno de la colectividad de derecha enfatizan una y otra vez que están lejos de la “caricatura” que los compara con el polémico y singular expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. Incluso, aseguran ser diferentes a los movimientos de derecha latinoamericanos que lideran el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el diputado argentino “libertario” Javier Milei.

“(Republicanos) es una derecha que es principalmente institucional y democrática. No es una derecha libertaria como lo que estamos viendo en Argentina (con Javier Milei), es más conservadora y que tiene un camino propio en cierto sentido”, sostuvo a Emol Leonidas Montes, director del CEP.

Mientras Donald Trump se caracterizó por su tendencia a aplicar medidas proteccionistas en la economía, el “libertario” transandino Javier Milei se declara un “anarcocapitalista” y no sólo es partidario de eliminar el Banco Central, sino también de hacer una privatización casi total de la economía.

“Muy lejos (estamos de esos idearios). Estamos mucho más cerca del ideario económico que tuvo nuestro propio país, que nos permitió crecer aceleradamente durante los 90 y 2000, y que por culpa de una serie de reformas de corte socialista terminó asfixiando dicha capacidad de crecer. Por lo mismo, estamos en las antípodas de ideas proteccionistas que benefician solo a unos pocos ‘privilegiados’, pero que castigan a una gran mayoría impidiéndoles acceder a bienes y servicios de mejor calidad y a precios más convenientes”, explica Cristian Valenzuela.

“Contrario a las caricaturas que muchas veces nos hacen, sí reconocemos un importante rol en la economía por parte del Estado, pero no asfixiando a los privados ni creando empresas de incierta rentabilidad, pero de seguro alto costo fiscal, como está en el ideario de la izquierda”, agrega Valenzuela.

El senador republicano José Manuel Rojo Edwards es más enfático y dice que la colectividad no tiene nada de proteccionista y asegura que tiene diferencias respecto de otras derechas de la región. “Es un error hacer una comparación de Republicanos con los referentes de derecha latinos. Somos una combinación de distintas tradiciones, conservadoras, liberales. Muchos se podrían catalogar de nacionalistas o patriotas, pero eso no significa que la actividad económica deba ser controlada por el Estado”, concluye Edwards.

3. Pragmatismo y sostenibilidad fiscal

En el círculo estrecho de republicanos confiesan que el pragmatismo y la estrategia de largo plazo dominan su actuar en momentos de definiciones clave, pese que han concordado, por ejemplo, no transar en sus convicciones a la hora de votar proyectos de ley.

Una fuente cercana al núcleo íntimo de José Antonio Kast, recuerda que el excandidato presidencial confió el rediseño de su programa económico de gobierno para segunda vuelta en un grupo de economistas integrado por Cecilia Cifuentes, José Luis Daza, Sebastián Claro, Patricio Rojas, quienes se sumaron al ejecutivo de empresas Eduardo Guerrero, quien lideró el equipo de primera vuelta. Uno de los principales cambios apuntó a fortalecer la responsabilidad fiscal y descartar en el corto plazo una baja de impuestos, dado su efectos en la sostenibilidad de los recursos fiscales, como se había prometido en un comienzo.

En primera vuelta, el plan presentado por Eduardo Guerrero incluía reducir a cero los impuestos a todas las pymes y bajar del 27% al 17% el tributo a las empresas, además bajar el IVA de 19% a 17%. Esa reforma quitaba US$ 8.500 millones en recaudación fiscal anual, pero sus creadores estimaban que el crecimiento agregaba US$ 13 mil millones al cuarto año. Aquellas propuestas eran consistentes con el ideario tradicional liberal. “Sin embargo, no era factible llevarlo a cabo en ese momento. Kast fue muy pragmático y aceptó los cambios propuestos a su programa pese a sus convicciones ideológicas”, recuerda una fuente cercana al excandidato.

Muchos rememoran también la señal que entregó Kast en ese momento al integrar a José Luis Daza, un reconocido economista de la Universidad de Georgetown que se declara ateo y contrario a las definiciones valóricas del partido. “Son mucho más prácticos y estratégicos de lo que la gente cree”, describe un asesor de entonces.

Si bien hoy no existe un grupo asesor económico formal, los republicanos confidencian que mantienen contactos con economistas en Chile y el extranjero. Uno de ellos es el propio Daza. El otro es Eduardo Guerrero, socio del inversionista Raimundo Valenzuela. Ambos mantienen contacto estrecho. “Existe un equipo de destacados profesionales con experiencia en diferentes aspectos de la economía que son consultados cuando se les requiere por las distintas instancias republicanas y que participan en la discusión y generación de propuestas y respuestas públicas a los problemas más urgentes”, añade, a su vez, Cristián Valenzuela.

4. “Tigres” asiáticos

Más allá de las coincidencias específicas con algunos movimientos de derecha latinoamericanos y europeos, el ideario republicano apunta sus miradas más bien al Sudeste Asiático y a un modelo marcado por la transparencia de los mercados, la competencia, y la menor regulación al emprendimiento.

“Los grandes referentes son aquellos países que lograron un crecimiento consistente por muchos años, como los denominados ‘tigres asiáticos’ Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur, con su apertura al comercio y a las inversiones, promoviendo y facilitando el desarrollo de nuevas empresas e industrias, sobre la base de una educación de calidad fundada en la disciplina”, afirma Valenzuela, quien menciona también a Estonia como un referente, dado su competitivo sistema tributario y modernización del Estado.

Mientras el senador Edwards sostiene que el foco del mundo republicano está en apoyar a las pymes más que “a las grandes empresas oligopólicas”, el diputado y miembro de la Comisión de Hacienda, Agustín Romero, afirma que el modelo capitalista local debe funcionar de forma transparente y sin distorsiones. “Queremos corregir los comportamientos monopólicos y de colusión, un capitalismo que funcione con libertad y transparencia”, concluye el diputado republicano.