Latam Airlines respiró con tranquilidad el día de las Fiestas Patrias. El 18 de septiembre, casi cuatro meses después de acogerse al Capítulo 11 de la Ley de quiebras de Estados Unidos, el juez James Garrity Jr., del tribunal de quiebras para el distrito sur de Nueva York, aprobó un programa financiero de US$2.450 millones que a la empresa le permitirá financiar sus operaciones durante el próximo año y medio e intentar salir, si la demanda se recupera, relativamente saneada de la crisis aeronáutica internacional que originó el Covid-19.

Este lunes 29 de septiembre, Latam y sus nuevos acreedores firmaron un contrato en inglés, sujeto a las leyes de Nueva York, denominado Super Priority Debtor in Possession (DIP) Term Loan Agreement. En ese texto, que fue informado por Latam esta semana a la Comisión para el Mercado Financiero, están contenidos los detalles del plan de rescate a la empresa. Como se definió, habrá dos tramos. El A, financiado por el grupo inversor Oaktree Capital Management, por US$1.300 millones. Y el C, por US$1.000 millones, el que se dividió en cuatro partes iguales de US$250 millones. Una para los Cueto y los Eblen; otra para Knighthead, los exrivales que tras su triunfo en los tribunales de Estados Unidos forzó su incorporación al negocio; y dos cuartas partes, por un total de US$500 millones, para Qatar Airways, accionista de Latam, que reservará la mitad para Delta, otro accionista de la aerolínea chileno-latinoamericana que se incorporará más adelante al programa.

Un primer giro por casi US$ 500 millones

-Aunque el contrato de crédito ya fue suscrito, el cierre del proceso de financiamiento se realizará en los próximos días. El denominado closing date ocurrirá cuando los dineros de los acreedores estén disponibles y ahí Latam podrá pedir desembolsos de dinero. El contrato establece que podrá hacer cinco giros, por montos mínimos de US$100 millones. Latam tiene aún una caja considerable, pero que se va agotando. Esta semana entregó su reporte al cierre de agosto: en efectivo mantenía US$930 millones. En total, US$178 millones menos que a fines de julio. Actualmente, la aerolínea mantiene cerca de US$700 millones en caja, pero en la medida que recupera sus vuelos debe solventar mayores gastos a proveedores que están presionando por sus pagos. En la firma ya tienen previsto un primer desembolso inmediato por unos US$500 millones, a mediados de mes. A partir de ese giro, Latam tendrá 18 meses para pagar todo lo que haya requerido de los US$2.450 millones disponibles. De cualquier forma, la firma pretende salir de la quiebra antes -entre 13 y 15 meses- y prepagar sus nuevas deudas.

Una tasa de hasta 27%

-El tramo A, cuyos prestamistas tienen garantías y se pagan primero, tendrá una tasa de interés que podría superar fácilmente el 10%. Todo dependerá de Latam, que al momento de hacer los giros deberá optar por fórmulas de pago. La tasa garantizada fluctuará entre 8,75% y 9,75%, más algunas comisiones.

El préstamo más rentable, pero con mayor riesgo, es el C. En total, el retorno bordea el 27%. Un premio atractivo, pero dos puntos menos que el reciente salvataje que también bajo la Ley de Quiebras de EE.UU., logró Avianca, dicen quienes conocen estas operaciones. Según el contrato, el retorno se descompone así: una tasa Libo ajustada más un margen de 15%; una comisión de disponibilidad de 0,5% anual; una comisión de cierre de 2%; una comisión de salida de 3% y una comisión adicional de 6%.

La opción de los minoritarios

Además de la familia Cueto y Eblen, accionistas de Latam, otros accionistas minoritarios podrán sumarse al tramo C del DIP de Latam, a quienes se les reservó un monto de US$150 millones, adicionales a los US$1.000 millones que comprometieron los Cueto, Qatar y Knighthead. La búsqueda de esos aportes la liderará Larrain Vial y para ello hay un plazo de 30 días desde el closing date. Así las cosas, recién en noviembre ese tramo incrementará sus fondos disponibles. El contrato suscrito este lunes establece que, si no se suman nuevos interesados, los aportantes originales deberán agregar ese monto. Con ello, si no se agregan prestamistas, los Cueto deberán agregar otros US$37,5 millones a los US$200 millones originales comprometidos. La misma cifra deberá agregar Knighthead. Qatar debería agregar otros US$75 millones a sus US$500 millones originales. Sin embargo, entre los socios existe confianza en que otros inversionistas chilenos se agregarán a este esquema, dada la atractiva tasa de retorno. No hay muchos candidatos grandes, dada la dispersión de la estructura de propiedad, pero los primeros sondeos capturan un alto interés, asegura una persona involucrada en las negociaciones.

Sin inversores chilenos

-"Los gringos nos dejaron sin nada", se queja con otras palabras un inversor chileno que participó en todo el proceso. Había dos alternativas. La primera era vía Oaktree, el grupo estadounidense que comprometió US$1.300 millones en el tramo A tras un proceso competitivo internacional. Ahí había, en un principio, gestores locales como Moneda, Consorcio y varios family office. Finalmente, Oaktree inscribió cerca de 10 vehículos de inversión, distintas sociedades domiciliadas en varias partes del mundo. Y en ninguna de ellas hasta ahora irían chilenos. Sin embargo, un cercano a las negociaciones afirma que se está realizando un esfuerzo adicional para abrir espacio a algunos inversores chilenos que acompañaron desde el comienzo a Latam en su camino en el chapter 11.

La segunda vía era Knighthead, que estructuró su primera ofensiva a través del gestor Jefferies. A ese grupo, que impugnó la propuesta original de los Cueto y compitió en el tramo C, se habían sumado acreedores chilenos como el grupo Penta, la compañía de seguros del Bice y la gestora Confuturo, entre otros. Sin embargo, igual que en el caso de Oaktree, la estadounidense Knighthead se reservó, junto a Jefferies, la totalidad de los US$250 millones comprometidos y excluyó a los chilenos. Knighthead inscribió 22 sociedades y aportes para esos dineros. Y según varias fuentes, ahí tampoco hay chilenos.