“Hoy mis calcetines rayados ya no causan tanto furor como antes”, reconoce entre risas Sebastián Edwards, tras lucir esta semana la colorida prenda en el conversatorio que organizó Moneda Patria Investments, y que convocó a lo más granado del mundo financiero. Distendido, el economista de la UCLA recuerda también que fue el mismo tipo de calcetines verdes rayados que regaló hace siete años al expresidente Sebastián Piñera en su oficina, en medio de la carrera presidencial que llevaría al recientemente fallecido exmandatario a La Moneda por segunda vez.
Esta vez, Edwards persiste en su perfil políticamente incorrecto y entra de lleno a analizar lo que ha sido el tránsito del gobierno de Gabriel Boric y su propia evolución acerca de la economía y la política en las últimas décadas.
Optimista sobre el futuro de Chile, el economista no sólo sorprendió esta semana con su propuesta de separar a la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile y crear una Universidad Politécnica de Beauchef, sino también con identificar a la disponibilidad de agua y la mejora en la calidad de los puertos chilenos como los dos grandes desafíos de la economía chilena.
“Chile es un país muy resiliente. No estoy seguro de que muchos países hubieran resistido de la forma en que Chile resistió lo que pasó en el estallido social, más la pandemia, más todo eso”, dice en entrevista con Pulso.
El año 2000 usted se definía como “socialmente progresista, políticamente anti-militar, y fuertemente promercado”, en medio de las elecciones presidenciales en que se medían Ricardo Lagos y Joaquín Lavín. ¿Se sigue definiendo de la misma manera?
No. Ha pasado suficiente tiempo para que ya no sea anti-militar. El Ejército es distinto y el general Juan Emilio Cheyre pidió perdón. Ese aspecto ya no es parte de mí. A su vez, sigo siendo muy fuertemente promercado y progresista en la mayoría de las cosas, sobre todo las más emblemáticas.
¿Tal como entendemos el progresismo de la Concertación o el estilo actual del gobierno de Gabriel Boric?
Concertacionista, ciertamente. Un progresismo adulto, no juvenil. Estimo que muchos aspectos del progresismo del Frente Amplio son juveniles y, además, la posición política del Partido Comunista yo no la llamaría progresista; la llamaría nostálgica, pasada de moda, muy siglo XX. Yo separaría esas dos visiones.
¿Cómo ha cambiado el pensamiento de Sebastián Edwards en los últimos 25 años? ¿Cómo ha cambiado su visión sobre el capitalismo?
He tenido nietos desde entonces. Ahora estoy jubilado, aunque sigo trabajando; sigo siendo un académico full time. El paso del tiempo te hace más maduro y el desarrollo de ciertos acontecimientos, como los abusos en Chile, te hace también pensar que hay que poner ciertas cortapisas y ciertos resguardos al tema económico.
Sigo creyendo que el sistema de mercado es ciertamente el más apropiado y que hay que preocuparse que la competencia predomine. Eso significa tener una regulación inteligente, moderna y adecuada, y en Chile hay algunos aspectos en que eso ha funcionado muy bien. La CMF (Comisión para el Mercado Financiero) funciona muy bien, por ejemplo.
¿Hay alguien en Chile hoy que represente el progresismo como usted lo ve?
Como no vivo acá en Chile, puedo no conocer con exactitud los nombres, especialmente de la gente más joven. Pero creo que Ignacio Briones (exministro de Hacienda de Piñera II), en la parte económica, y Javiera Parada, en la parte cultural, son una buena muestra de un progresismo liberal moderno. Es una dupla interesante. La Javiera en lo valórico-cultural, en lo que tiene que ver con una postura de género, de diversidad, de inclusión; que es con mucho compromiso, pero sin tonterías, sin exagerar. Briones, a su vez, en temas de mercado, con mucho realismo y protección de la competencia. Ser procompetencia no es lo mismo que ser proempresa. (El exministro de Hacienda) Rodrigo Valdés es otro ejemplo.
Liberal en lo moral, en lo político y en lo económico. En Chile no es tan fácil encontrar ese perfil…
No hay mucho. Chile es un país que, en lo moral, es medio ‘cartucho’; en la generación de gente de más de 45 o 50 años todavía hay mucho ‘cartucho’. Pero creo que hay un cambio generacional evidente.
Resiliencia
¿Cómo avizora a Chile en las próximas décadas? En su reciente exposición en el seminario de Moneda se le percibió una visión más optimista que pesimista…
Sí, creo que podemos lograrlo. Chile es un país muy resiliente. No estoy seguro de que muchos países hubieran resistido de la forma en que el país resistió el estallido social y la pandemia. De todas formas, la reacción de los políticos de la centroizquierda fue vergonzosa. Se demoraron un montón en reaccionar frente a la violencia y nunca lo hicieron con la fuerza que debían haberlo hecho. Hoy la discusión no es cuándo va a capotar Chile, sino si irá a despegar de nuevo o no. Soy optimista y creo que se puede avanzar, pero para eso se requiere audacia y tener aspiraciones grandes; no conformarse con crecer. El Presidente Boric dijo muy orgulloso: ‘Vamos a crecer más que el promedio de los últimos ocho años’, pero el problema es que los últimos ocho años casi no crecimos. Hay que aspirar a algo grande.
Usted repitió con insistencia que lo que necesita la economía chilena para mejorar es agua y mejores puertos…
Eso es reconocer qué es Chile, qué somos como país. Somos un país con muchos recursos naturales, pero que necesita agua para que podamos llegar a aprovecharlos cabalmente, y somos un país que tiene que exportar esos recursos naturales y si no tenemos puertos de primer nivel… Hoy día Chile tiene dos puertos grandes. En el ranking del Banco Mundial, Valparaíso, está 189, y San Antonio, 253. No hay ninguna razón por la cual no podríamos estar entre los diez primeros. Además, la propuesta de negociación multinivel es como ir para atrás. Tengo optimismo, pero hay que empezar a meter estas ideas a fondo.
¿A quién escucha Boric?
El Presidente Boric priorizó el tema del crecimiento en su última cuenta pública. ¿Cómo interpreta esta señal del Mandatario? Algunos analistas lo atribuyen a un signo de madurez…
Sí. Siempre estoy preguntando con quién conversa Boric. Es esencial saber con quién conversan los jefes de Estado, con quién hace el pimponeo, y nadie me ha podido dar una respuesta clara. ¿Con quién hablaba Ricardo Lagos? Con Ernesto Ottone. ¿Con quién hablaba Sebastián Piñera? Con Cristián Larroulet. ¿Con quién hablaba Michelle Bachelet I? Con Andrés Velasco.
¿Con quién habla Boric? No sé cuál es su nombre, pero, aparentemente, es un adulto razonable y con sentido común, y eso se reflejó en las tres primeras partes del discurso de la cuenta pública. Se está moviendo en muchas cosas en la dirección correcta. Eso no significa que esté en contra de lo que se anunció después, que fue lo del aborto. Es porque solo escuché esas tres partes. De todas formas, como lo dije en la presentación del seminario de Moneda, es como los cangrejos: dos pasos para adelante y un paso para atrás. Esto de la negociación multinivel no es algo que debamos…
¿Cómo visualiza el segundo tiempo del gobierno? ¿Es sólo de administración?
Lo ideal, aunque no sé si se va a poder hacer, es aprobar la reforma de pensiones y que se haga algo en lo tributario.
¿Y de reformas políticas?
Me parece que es demasiado tímido lo político, pero quizás habría que entender que es un primer paso. El problema es que cuando se toman pasos, a veces se cierra un tema de conversación. Habría que hacer algo mucho más profundo en lo político.
¿Lo veo más optimista respecto a la reforma de pensiones?
Si tuviera que apostar, estimo que va a ser aprobada en 4 (puntos a capitalización individual) y 2 (puntos a solidaridad). En el Senado están alineadas las cosas. No sé si le ha estado prestando atención a la evolución que ha tenido el senador Iván Moreira, que pasó de tener un lenguaje muy combativo a tener un lenguaje muy acomodativo, muy de ‘conversemos’. Creo que Moreira está muy dispuesto a que algo suceda. Creo que Rodrigo Galilea (senador y presidente de RN) también. Estimo que va a haber una reforma de pensiones, que va a ser posiblemente 4-2 o 5-1.
¿Cuál cree que va a ser el gran legado de Boric durante su mandato?
Si todo terminara acá, la rebaja a 40 horas es importante.
El gobierno habla de estabilizar el país…
Eso de la estabilización del país es una tontería. ¿Bajo qué gobierno no hubiera sucedido eso?
¿Ve algún riesgo de populismo a futuro?
Ofertas populistas sí; estamos viendo las ofertas de los nuevos retiros desde los fondos de pensiones. Por el lado del populismo de derecha no lo veo; Evelyn Matthei es la definición de la antipopulista.