Baja consumo de ron en una década y se dispara el whisky
Entre 2008 y 2018, categorías de licores que antes estaban fuera del radar, se volvieron protagonistas; mientras que los tragos tradicionales perdieron terreno en medio de un consumidor más informado y exigente.
Ha sido una década vertiginosa para la industria de licores nacional. Lejos quedó la oferta que se reducía sólo a un par de tragos de carácter local, para dar paso a un amplio abanico de alternativas, tras los paladares chilenos.
El acceso a productos premium, la arremetida de marcas internacionales y la priorización del valor en desmedro de la cantidad, cambió el panorama del sector, con los consiguientes ganadores y perdedores. Y las cifras así lo revelan.
En 2008, el vino, el pisco, el ron y la cerveza constituían prácticamente la totalidad del consumo de alcoholes a nivel local. Así al menos lo muestra el Informe 2018 de Volumen Doméstico de Chile, elaborado por la firma inglesa IWRS, la principal fuente de datos y análisis del mercado de bebidas alcohólicas.
En esa época, el chileno compraba 29,2 millones de cajas de vino de 9 litros; 3 millones de pisco, y 2,1 millones de ron, además de 6,2 millones de hectolitros de cerveza.
Pero diez años después la realidad es otra. Si bien, los dos primeros se han mantenido estables -tras una fuerte baja y posterior repunte del pisco-, el ron ha perdido terreno a pasos agigantados.
Su consumo ha caído a menos de la mitad en una década. Los datos de IWRS hablan de que este 2018, su ingesta llegará sólo a las 910 mil cajas de 9 litros, es decir, a una cifra cercana a los 8 millones de litros en total, desde un peak de 19,7 millones en 2008.
Todas las marcas de mayor venta en Chile muestran caídas (ver infografía). Con ello, el ron se corona como la única categoría que cae en estos diez años; terreno que ha sido ocupado por tragos impensados hace un tiempo atrás.
El caso más emblemático es el de los aperitivos. El pisco sour y la vaina dieron paso a marcas importadas que hoy son parte de los eventos de los chilenos.
De esta manera, si en 2008 el mercado de los llamados 'aperitivos amargos y espirituosos' ascendía a 28.250 cajas, este año llegaron a 144.000, un 409% de crecimiento, un alza de más de cinco veces. Y el ejemplo más característico ha sido el Aperol.
La marca aterrizó en el país en 2013 de la mano de viña Santa Rita. Si ese año, vendió 600 cajas de 9 litros, en 2017 -el dato más actual consignado- ascendió a 42.500 cajas, el aperitivo más comercializado en Chile, con una tasa de crecimiento anual (CAGR) de 190%, muestra el reporte.
Si bien, IWRS señala que la marca podría haber llegado a su techo, el buen debut de Ramazzotti Rosato -importado por Pernod Ricard- indicaría que aún existe un margen de crecimiento. De hecho, si en 2016, se vendieron 250 cajas de Ramazzotti, un año después el dato llegó a 3.400 cajas, alza de 1.260% en 365 días.
La mayor conciencia respecto a la salud y la creciente participación de las mujeres en el el mercado de bebidas alcohólicas -señala el informe- ha redundado en el aumento de categorías con un menor contenido alcohólico, lo que no sólo ha beneficiado al mundo de los cócteles, sino también al mercado de los espumantes, indica.
Y así ha quedado justamente de manifiesto. En una década, la ingesta de este último se ha elevado 107,9%, desde 560.750 cajas de 9 litros, a 1,1 millones. Los productos locales llevan la delantera. Aportan el 90% del total con Valdivieso y Undurraga a la cabeza.
Categorías menos tradicionales han reportado incrementos similares. Por ejemplo, el consumo de gin se ha prácticamente duplicado en diez años, hasta los 38.750 cajas. Esto de la mano de las marcas Beefeater, Bombay Sapphire y Tanqueray, las más vendidas del país.
El whisky ha seguido el mismo camino. Su ingesta se ha disparado 166% desde 2008. Y si bien el vodka también ha experimentado un desempeño positivo en diez años -con un avance de 68%-, entre 2018 y 2017 se ve una contracción de 7,8%.
El estudio revela que al menos en los segmentos de alto valor, los consumidores se están trasladando hacia el whisky.
Importadas ganan terreno
Un alza de 44,4% ha registrado la venta de cerveza en la última década. Los chilenos han pasado de comprar 6,2 millones de hectolitros (62 millones de litros) a 8,9 millones.
Y si bien las marcas locales lideran por lejos, las importadas han ido ganando terreno. De hecho, mientras la ingesta de banderas nacionales ha crecido 22,3% en diez años, las extranjeras han subido 522%, alcanzando los 1,7 millones de hectolitros.
Hoy, la relación es 19,1% internacionales, 80,9% locales; hace diez años era de 4,4% versus 95,6%.
"El consumo local de cerveza industrial se vio afectado por la caída de las ventas de supermercados, la fuerza de la cerveza importada y artesanal, y un aumento en el consumo de cervezas sin alcohol" y de baja graduación, dice el informe.
Así, Corona apareció como la marca extranjera más comercializada en 2017, con 580.000 hectolitros; le sigue Budweiser y Bear, con 130.000 hectolitros cada una. En cuarto lugar, aparece Sol con 115.000 hectolitros. Eso, sin desmedro, de que Cristal y Escudo siguen siendo las cervezas más vendidas en el país.
Avanzan los vinos desde el exterior
Son menos del 1% del total, una porción pequeña del total de vino que se comercializa en Chile, pero que, sin embargo, es creciente. Mientras la venta de vino nacional ha subido apenas 0,9% en una década, los mostos provenientes del exterior, se han disparado 91%, hasta las 55.500 cajas. ¿El origen principal? Argentina, con el 67% del total.
Y las operaciones de viñas chilenas en ese mercado destacan. Si bien, Zuccardi lidera entre las marcas trasandinas más comercializadas en el país; le sigue, Kaikén de Montes, con 2.500 cajas, y en tercer y cuarto lugar aparece Santa Rita, con Doña Paula y Los Cardos con 2.000 y 1.500 cajas de 9 litros, respectivamente. Más abajo figura Concha y Toro, con Trivento.
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