Blanco y Negro en guerra con Umbro y cierra las puertas a refuerzos y DT
La calculadora en la concesionaria de Colo Colo es la siguiente: según Harold Mayne-Nicholls, vicepresidente de Blanco y Negro, antes del Covid proyectaban que los ingresos por recaudación de entradas sería del orden del 28% del presupuesto anual total. La base de partidos a disputar de local en 2020 era de 24 y sólo alcanzaron a jugar cuatro. En el club se sitúan en el escenario más negativo, que es que por el resto del año se jueguen todos los partidos sin público, por lo que la merma que significaría esto en el presupuesto de ingresos anuales sería del 23,3%, aproximadamente.
En derechos televisivos, Mayne-Nicholls confía en que no habrá problemas para seguir percibiendo ese flujo desde CDF, quienes han cumplido. Explica que la mayoría de los compromisos financieros del club provienen de pagos que hay que hacerles a los jugadores por sus derechos de transferencias e imagen -los que están siendo renegociados para ser pagados durante el próximo año- y pagos a los clubes por compras de jugadores, lo que también están dejando para 2021.
Con los socios comerciales, el expresidente de la ANFP asegura que no han tenido problemas de pagos, excepto con la marca que viste al equipo: Umbro. “Nos mandaron una carta indicando que no seguirían con nosotros a partir del 31 de diciembre de este año, siendo que el vínculo está estipulado hasta 2023, y que no nos dan garantías que nos pagarán lo que nos deben, por lo que el asunto ahora se llevará en tribunales”, asegura. El monto adeudado por la marca es mayor a US$ 1 millón.
El vicepresidente albo confirma que la medida de acogerse a la Ley de Protección del Empleo para que el plantel tenga que subsistir con el seguro de cesantía le permitió al club “respirar un poco más”.
Un asunto que causó escozor por estos días en el plantel, que ya está de vuelta en las prácticas y dejaron atrás los meses cobrando su seguro de cesantía, fue el bono superior a $ 500 millones que acordó la dirigencia con seis jugadores.
Así explica esta medida Mayne-Nicholls. “Todos los jugadores tienen su salario, pero algunos jugadores son dueños de su pase o derecho de transferencia, que se lo arriendan o venden al club, y por otra parte, son dueños de su imagen, que se la entregan al club para que pueda obtener recursos. Los salarios del plantel fueron todos por igual al seguro de cesantía, pero el grupo de los que tiene derechos de pase e imagen tienen que recibir el pago de ello, porque esa parte no puede ser sujeta al seguro de cesantía”.
Así las cosas, Colo Colo pretende pasar el chaparrón vía ahorro de sueldos, sin contratar a jugadores, manteniendo al técnico nacional Gualberto Jara, y apretándose el cinturón.
Azul Azul pide préstamo Covid, aplaza compromisos y calcula merma de ingresos sobre el 20%
En la concesionaria de fútbol de la Universidad de Chile, Azul Azul, han acelerado su política de reducción de costos que se inició antes de la llegada del Covid-19, cosa que fue patente cuando les pidieron a los jugadores que llevaran su propio champú.
Así, en el contexto de la pandemia, han tenido que ajustar presupuestos. El gerente general de la institución, Ignacio Asenjo, explica que estas disminuciones salariales han sido por tramos, “incidiendo de una manera mayor en los sueldos más altos del club, dado que los sueldos más bajos no se modificaron”.
Al respecto, fuentes del equipo puntualizan que las rebajas -que permitieron no desvincular funcionarios- se aplicaron a todos quienes ganaban más de cinco millones de pesos brutos, tanto directivos, como jugadores. El recorte se inició en la liquidación de sueldos de mayo y se hizo extensivo por cuatro meses, con un tope del 30% de reducción mensual, que, a su vez, no signifique una baja salarial de más de un 10% anual.
En la concesionaria explican que los derechos de televisión, hasta el día de hoy, se han mantenido según los contratos vigentes, sin embargo, comentan que han tenido algunas disminuciones y/o aplazamientos de pago de algunos sponsors, y una disminución prácticamente total en los ingresos por borderó y abonos.
“Nuestros ingresos, en términos porcentuales, desde marzo a la fecha, han disminuido más de un 20%. En cifras proyectamos que para este 2020 tendremos una disminución total de cerca de $4 mil millones, lo que equivale a más de un 20% de nuestro presupuesto anual”, revela el gerente general.
Ante este forado de ingresos proyectado, la U descarta la opción de efectuar un aumento de capital por parte de sus accionistas, por lo que develan que han tenido que recurrir a un crédito bancario Covid, aunque no revelan su monto. De todos modos, puntualizan que “la principal fuente para solventar nuestros gastos ha sido el ajuste general operativo que hemos realizado y el aplazamiento de algunos compromisos de pago para el 2021, que teníamos pactados para este segundo semestre”.
Según los estados financieros del club, para este segundo semestre tenían comprometidos pagos por créditos con el Banco Santander por $ 1.563 millones.
El incierto panorama de abonos en Cruzados
Para paliar las esquirlas económicas del frenazo en la actividad futbolística a raíz del coronavirus, Cruzados intentó llegar a algún acuerdo con el plantel para poder rebajarles el sueldo en función de los resultados financieros finales que fuera a obtener el club a final de año, pero las tratativas no prosperaron.
Ambas partes estaban dispuestas a la reducción, pero finalmente no se llegó a buen puerto por diferencias sobre el monto a descontar, dado que el plantel de la UC pedía una posterior devolución de los montos descontados a todo evento en un plazo a definir.
Cruzados no ha revelado el detalle de las medidas que está acometiendo para combatir el impacto económico de la crisis, y ante las consultas de este artículo prefirieron declinar su participación, en vista a la próxima entrega de sus resultados trimestrales y aludiendo a que entregar información ahora sobre negociaciones de pagos con socios comerciales podría complicar las tratativas en curso.
Por lo pronto, el presidente del club, Juan Tagle, indicó esta semana a Radio Futuro que a nivel de ANFP están negociando con el Canal del Fútbol por los ingresos a los clubes a raíz de los menores partidos que se transmitieron en 2019, producto del estallido social y de los que no se han podido emitir este año debido a la situación de la pandemia. En cuanto a decisiones de fortalecer el plantel en esta época, Tagle dijo que “no tenemos intenciones de buscar refuerzos en este período, a menos que perdiéramos una pieza importante”.
De todos modos, voces conocedoras del equipo precordillerano indican que “están enfrentando problemas con algunos auspiciadores y de no volver el fútbol en el corto plazo, se verán en serios problemas financieros para pagarle al plantel y llegar a fin de año”.
Un problema no menor para Cruzados es la situación de venta de alrededor de 9.300 abonos para este año, lo que equivale a casi la totalidad del aforo de su estadio. Esos ingresos los dotó de caja, pero ahora tienen que llegar a acuerdos con sus hinchas para devoluciones.
Una opción que planteó el club es que los abonados podrán pedir un reembolso proporcional a los partidos que se jueguen sin público (cada partido es un 4,7% del abono total) o bien, entregarles a esos hinchas un crédito para comprar en la tienda oficial del club. También les ofrecieron a los hinchas renunciar a ese reembolso para ayudar al club.
“Los dirigentes entienden que será difícil que se juegue con público hasta que no haya vacuna. Entienden que muchos hinchas pedirán reembolsos, por lo que prevén que la venta de abonos para 2021 será incierta”, indica una fuente cercana a la cúpula de la concesionaria. Por lo anterior, agrega que el club está trabajando en un plan para tratar de ofrecer un incentivo a los hinchas y tener algún descuento para el próximo año, como ya lo hicieron este 2020, cuando aplicaron un precio un 20% más bajo.
El variopinto escenario que atraviesan los otros clubes
La realidad de los clubes del fútbol chileno es muy disímil, aunque todos presentan problemáticas comunes en esta crisis: bajas en ingresos por borderó y por sponsors. Las medidas para enfrentar esto varían caso a caso.
En Unión Española la situación, dicen, es crítica. “Cuando se paró el torneo se acabó el flujo de los sponsors ciento por ciento”, dice Luis Baquedano, su gerente general. La merma en los ingresos del equipo hispano es el orden de 65%. Su gran problema radica en que la Universidad SEK, su principal auspiciador, avisó que no pagará hasta que se reanude el fútbol. Y solo ese ingreso equivale a un 60% del financiamiento del club. Los rojos se acogieron a la Ley de Protección de Empleo y redujeron en 50% la renta, que se restituirá a jugadores, cuerpo técnico y administrativos.
En Deportes Iquique no hubo despidos, pero el Fútbol Joven se congeló y esperan cortar la dotación de funcionarios si es que no hay un pronto retorno de la categoría. En el norte decidieron no contratar nuevos jugadores. “Para 2021 tenemos contemplado que van a bajar mucho los auspicios, marketing, recaudación y venta de camisetas”, indican desde el club, que ya está buscando compensar a sus abonados o devolverles su dinero.
Curicó Unido sufre con los sponsors, aunque también con las cuotas sociales y los ingresos por entradas. El equipo del Maule adoptó medidas paliativas, como retenciones salariales al plantel profesional por los meses de junio, julio y agosto, que serán reintegradas. Esa reducción le representa a Curicó un alivio del 25% de sus costos. El fútbol Joven y Femenino fue acogido a la Ley de Protección de Empleo. “La idea es no imponer un criterio absoluto y ver de manera más personalizada que los socios puedan poco a poco ir poniéndose al día”, dicen desde el club sobre las cuotas de sus abonados.
Distinto ocurre, por ejemplo, con Universidad de Concepción, que dice no haber tenido merma con sus sponsors, los que incluso han ayudado con cajas de mercadería. Sí compensarán a sus abonados, al igual que Everton de Viña del Mar.