Salud es la reforma más urgente a abordar por el gobierno. Eso es lo que revela un sondeo realizado por Criteria, por encargo de Empresas Banmédica, sobre la “percepción del sistema de salud y expectativas de reforma”, donde el 83% de los mil encuestados por el estudio cuantitativo fueron afiliados de Fonasa y un 17% de isapres.
La opinión que tienen las personas sobre el sistema de salud en el país es crítica, teniendo una mejor evaluación el sector privado que el público. Así, cuando se le consulta a las personas por el sistema de salud en general, un 51% tiene una opinión negativa, un 35% neutra, y 13% positiva. Respecto de la salud pública, el 61% tiene una opinión negativa, 29% neutra y 10% positiva. Y sobre la salud privada un 44% tiene una opinión positiva, 37% neutra y 19% negativa.
Respecto de la importancia de aspectos a abordar en una reforma de salud, el prioritario para los encuestados es la atención oportuna, sin listas de espera, ya que un 63% lo menciona en los tres primeros lugares. Es más, un 29% lo pone en primer lugar. El segundo tema prioritario es el acceso equitativo a la salud, sin importar la capacidad de pago (43% lo pone en los tres primeros lugares y 19% en primer lugar). Luego se ubica la protección financiera en caso de enfermedades importantes (35% y 11%).
Y al consultar a las personas sobre sus preocupaciones frente a una eventual reforma a la salud, un 39% dice que le preocupa mucho “tener que pagar más, para tener un seguro complementario que me permita acceder a clínicas o centros privados ambulatorios de salud”, a un 25% le preocupa bastante, al 20% le preocupa un poco, y a un 16% no le preocupa.
Por otro lado, a un 38% le preocupa mucho “que no pueda elegir en qué centro de salud atenderme”, a un 27% le preocupa bastante, a un 19% le preocupa un poco, y a un 16% no le preocupa.
Cuando se consulta a las personas sobre qué debería hacer una reforma a la salud respecto de las isapres, un 68% dice que deberían ser reformadas, mejorando su regulación y funcionamiento. En tanto, un 25% cree que hay que eliminar las isapres, y que sólo exista un seguro público de salud. Y un 7% opta por mantener las isapres tal como están. Esto significa que un 75%, o tres de cada cuatro personas, quiere mantener a las isapres en el sistema de salud, pero la mayoría cree que eso debe ocurrir mejorando su funcionamiento.
Al desagregar esta respuesta según el tipo de usuario, el 79% de los afiliados a isapre cree que hay que reformarlas mejorando su regulación y funcionamiento. Y en el caso de los usuarios de Fonasa, el 66% opta por esta alternativa.
Si se mantuvieran las isapres, los cambios que las personas creen que serían los más importantes de hacer al sistema son: buscar mecanismos para que personas de bajos ingresos accedan a isapres, buscar mecanismos para eliminar las diferencias de precio basadas en la edad de los afiliados, y crear un plan estándar en coberturas de prestaciones, que sea ofrecido por todas las isapres.
Sobre la opinión que tienen las personas sobre el sistema de isapres y Fonasa, un 33% tiene una percepción positiva de Fonasa, un 45% tiene una opinión neutra, y un 22% negativa. En tanto, un 29% tiene una opinión positiva del sistema de isapre, un 49% una opinión neutra, y un 21% una opinión negativa.
El director y fundador de Criteria, Cristián Valdivieso, comenta que “lo más urgente pasó a ser la reforma a la salud. Probablemente porque los temas de pensiones en algo se aplacaron, no porque dejen de ser importantes, sino porque en algo se aplacaron por la Pensión Garantizada Universal, y salud pasa a ser el top 1 en términos de expectativa de reforma, y la expectativa claramente que aparece es que la salud es muy mal evaluada en Chile, particularmente mal evaluada por la mirada que la ciudadanía tiene respecto de la salud pública, de los hospitales”.
Valdivieso dice que “eso no tiene que ver con la infraestructura necesariamente, sino que tiene que ver fundamentalmente con tres temas”. Primero con las listas de espera. “La gente tiene la sensación de que los tiempos de espera son muy, muy largos, y claramente es distinto si tienes isapre o tienes Fonasa”, comenta.
El segundo punto es la calidad de la atención. “Incluso, dicen que el trato a veces es mejor en la salud privada, y todo eso arma una suerte de juicio genérico de que la salud es desigual. Pero es desigual porque la gente que se tiene que atender en el sector público recibe una salud que comparativamente con aquellos que pueden acceder a la privada, es muy mala. Entonces desde esa perspectiva, claramente la reforma de la salud tiene que apostar a nivelar para arriba, y el estándar que tiene la gente, o a lo que aspira, está súper vinculado a los prestadores privados, porque tiene que ver con los tiempos de atención, con la rapidez, con la calidad de la atención, incluso a veces hasta con el trato, pero también con ciertos temas de infraestructura, como calidad de los exámenes, o de las máquinas”.
Valdivieso también explica que “la mayoría de la población, y no solo los usuarios de isapre, no quiere terminar con las isapres, quiere que mejoren, pero no quieren perder posibilidades. La expectativa es nivelar para arriba y tener posibilidades de acceder a mejores condiciones, y la gente siente que las isapre hoy día tienen mucho que mejorar, pero entre terminar con ellas y quedarse sin posibilidades o obligados solo a cotizar en un seguro universal de salud, para la gente es más agobiante que tener la posibilidad elegir. Entonces ahí hay un tremendo desafío para la reforma, porque efectivamente la reforma eventualmente puede ser de alguna manera contracultural, porque la cultura de la gente es esa: quieren poder tener la libertad de elección”.