En pleno proceso de diseño de la estrategia para los próximos años se encuentran en BancoEstado. Con un foco en la digitalización y otro en las energías verdes, la entidad estatal buscará dar un impulso a la economía en aquellos aspectos que han considerado claves.
Con ganancias de $ 621 mil millones en los primeros nueve meses del 2022, un 138% más que las obtenidas en igual periodo del año pasado, BancoEstado también ha tenido la posibilidad de jugar un rol contracíclico para apuntalar la economía. El escenario general es negativo, pero su vicepresidente, el economista Daniel Hojman, quien también participó en la elaboración del programa de gobierno de Paula Narváez, señala que la recesión está en curso y la situación se mantendrá así por un par de trimestres, pero que no necesariamente empeorará.
En ese contexto, Hojman delinea los desafíos del banco y cuáles son sus capacidades para enfrentarlos: “Actualmente, el banco tiene como clientes al 80% de los chilenos adultos, y el 80% de las empresas, incluyendo las más pequeñas. Es un banco universal con enorme capilaridad. Parte de lo que está ocurriendo, de manera muy acelerada en el último tiempo, es la transformación digital; si hay industrias que están metidas en la mitad de la revolución, en el vórtice digital, es la financiera. Hoy día, el banco no es solamente una plataforma de servicios financieros, es una plataforma digital, entre el 40% y el 50% de las transacciones financieras de Chile se producen a través de redes del banco”.
¿Cuál es la estrategia del banco, considerando los problemas económicos actuales del país, y los propios desafíos de la industria en materia de riesgo e, incluso, para cumplir con Basilea III?
El banco tiene un plan de gestión de capital que se ha cumplido. También la economía está atravesando una importante turbulencia, y todavía se está estabilizando, pero este ha sido un año de utilidades excepcionales para los bancos. Y por lo mismo, cuando la presidenta del banco (Jéssica López) señala que es necesario sacrificar parte de las utilidades para traspasar los excedentes a la gente, es porque nosotros sentimos que es lo que corresponde.
Son tiempos difíciles, pero también son tiempos en donde hay oportunidades. Desde que entramos a la administración, hemos hecho un esfuerzo sumamente concertado por tener una política comercial contracíclica, y hemos tenido un primer hipotecazo con 12.000 viviendas asociadas y préstamos por UF 17 millones -ahora hay una segunda campaña por UF -. Y, además, se hizo un programa de tasa sumamente reducida, enfocado fundamentalmente en las pymes, donde proyectamos que iba a movilizar US$ 200 millones y terminó siendo de US$ 500 millones. Esos son un par de ejemplos de dos iniciativas del último semestre que muestran un esfuerzo concertado. Eso hace una diferencia.
¿En ese contexto, cómo están viendo lo que ocurre con el sector construcción?
Es un sector que está supercomplicado con la crisis, pero, además, es una crisis que se arrastra de la época de la pandemia. El banco, el Ministerio de Vivienda y el Ministerio de Hacienda han estado trabajando en soluciones orientadas a generar mayor liquidez en el mercado. Está, por ejemplo, la adecuación de los polinomios para actualizar los precios del último par de años. Y están las garantías que están diseñándose para permitir bajar los pies a un 10% en vez de un 20%. Son cosas que van bien diseñadas desde el Estado, pero el banco también está ayudando, como con el hipotecazo.
Tenemos una cantidad importante de inmobiliarias y constructoras como clientes, y hay empresas que en estos momentos, por ejemplo, tienen una restricción de caja, una restricción de liquidez y que les es difícil acceder a líneas de la banca. Pero pensado en un plazo un poco más amplio, son empresas que siguen siendo serias y nosotros nos preocupamos entonces de tener una comunicación importante para entender cuáles son los procesos que están viviendo, y así poder eventualmente apoyar en un momento en que acceder a liquidez es más complejo.
¿Están proveyendo liquidez a empresas que con otros bancos tienen las líneas cerradas?
Lo que estamos diciendo es que entendemos el momento crítico que estamos viviendo. Estamos impulsando parte de la demanda a partir de cosas como el hipotecazo y, por otro lado, estamos manteniendo una relación estrecha con nuestros clientes para tratar de apoyarlos en un período que entendemos que va a ser acotado, pero con una mirada de largo plazo.
¿Es el único sector que les preocupa, porque también está el problema con las isapres?
Yo diría que nosotros estamos siendo apoyadores, pero también cautelosos. Lo mismo con las isapres, no tenemos una exposición mayor que otros bancos, todo esencialmente a través de boletas de garantías, creo que tenemos el 12% del mercado. Y, por otro lado, de nuevo, depende mucho de cada isapre, y además que todavía no está cuantificado el impacto que pueda tener la resolución (de la Corte Suprema).
¿Le parece que los US$ 1.000 millones de impacto es una cifra exagerada?
No lo tengo tan claro y creo que nadie lo tiene claro, ni las isapres. Y tampoco la Superintendencia de Salud. Por eso hay que poner ojo, hay isapres que están muy sanas, y otras que tienen muchos activos, isapres que tienen espaldas internacionales y hay otras que no. Es bien heterogéneo. Finalmente, estamos haciendo una pega seria de mirar con cautela.
¿Entonces no tienen problemas con seguir renovando boletas de garantía? Entre los bancos privados, la postura es que si ninguno se baja, todos siguen.
Exactamente. Esa es la actitud. Es racional mantenerse cuando efectivamente el riesgo está distribuido. Estamos básicamente tratándolo como cualquier industria.
¿Cómo vislumbran el 2023?
El primer semestre va a ser lento, yo estoy de acuerdo con el ministro (Marcel) en que ya estamos en la parte más contractiva del ajuste. De hecho, la estabilización consideraba que iba, necesariamente, a ocurrir una contracción del consumo, y yo diría que de manera más o menos sorprendente ha sido un ajuste bastante suave y con mejores cifras de las que se pronosticaban. A nivel de la confianza de los empresarios, se ve un despegue hacia el segundo semestre del 2023.
¿Entonces, no viene nada peor que lo que ya observamos, ya estamos en esa parte baja?
Eso no se sabe nunca, pero probablemente eso sea cierto. Lo que pasa es que todavía nos queda un rato en esta parte, tal vez un par de trimestres.
La estrategia del banco
Ustedes estaban trabajando en los lineamientos estratégicos del banco. ¿Que han definido? ¿Cuáles son las definiciones estratégicas que tomaron?
La visión que tenemos hacia adelante es construir un ecosistema financiero que sirva para impulsar el desarrollo digital y verde de este país. Queremos hacer las innovaciones para resolver los objetivos (desafíos) del país. Esa es básicamente la frase que resume lo fundamental de este proyecto.
¿Pero cómo pretenden profundizar en digitalización si han sufrido varios incidentes operacionales?
En términos generales, el problema de la continuidad y de la seguridad son problemas de la industria, y una parte importante de ello tiene que ver con cosas que son incluso difíciles de explicar: parte de los problemas de continuidad se deben a que hay robo de fibras, a gente que está robando cables de cobre, eso no tiene que ver con este banco, tiene que ver con la industria.
¿En qué cosa práctica se traduce el lineamiento descrito anteriormente?
Se traduce en repensar la estrategia comercial, por un lado, pero también en poner énfasis en cierto tipo de proyectos y productos. Por dar un ejemplo, acabamos de financiar el primer ferrocarril que utiliza hidrógeno verde en Chile. Es un proyecto pequeño, pero el hidrógeno verde es uno de los sectores que se va a desarrollar con fuerza en las próximas décadas en Chile y el banco va a buscar ser un protagonista en la dimensión financiera. El banco también está participando de manera protagónica en el financiamiento de proyectos que involucren el cambio, o el paso a la electromovilidad del sistema de transporte en Chile. Hay que seguir avanzando en la reconversión energética tanto de las empresas como en los hogares, y en el tema del transporte sustentable. En el tema de la leña sustentable, por ejemplo, hay una serie de ámbitos en donde buscamos que el banco sea protagonista.
¿Qué significa cambiar la política comercial del banco?
La banca actual se va a ir desplazando cada vez más hacia lo digital. Al mismo tiempo, nosotros somos un banco universal, y vamos a tener siempre clientes que no necesariamente están arriba de la transformación digital. Y hay muchas diferencias generacionales, hay brechas en el uso de lo digital y nosotros vamos a tener siempre una gran cantidad de clientes de todo tipo. Y por lo tanto, el punto es que necesitamos tener productos, modelos de atención, formas de segmentar, que sean capaces de dar cuenta de toda esta heterogeneidad en el contexto de una transformación, de una revolución tecnológica. Por ejemplo, nosotros debemos tener una estrategia innovadora respecto tanto de los jóvenes como de los adultos mayores. Esa es una pista de por dónde estamos andando.
¿Qué más se puede hacer en empresas?
Hay un mundo por hacer. Por ejemplo, hay un montón de empresas que no forman parte de la economía digital de este país, hay empresas que, obviamente, como la mayor parte del país, no han hecho una reconversión energética. Entonces, nosotros sentimos que esta capilaridad del banco es una oportunidad tremenda, por un lado, pero, por otro lado, también tiene que ver con los objetivos del país.