Fue el pasado 9 de junio cuando el Banco Central informó que iniciaría un programa de reposición y ampliación de reservas internacionales por US$10.000 millones “para fortalecer la posición de liquidez internacional del país”. Pero tras cuatro meses desde la puesta en marcha de las compras, la situación para el tipo de cambio parece haber cambiado, y los expertos llaman a la entidad comandada por Rosanna Costa a pausar las operaciones en el mercado para restar presión sobre el peso.
El tipo de cambio cerró este lunes en $946, un nuevo máximo anual, acumulando un alza de $95 en el año, siendo además su mayor nivel desde el 26 de octubre de 2022 . Y parte importante coincide con el período en el que se iniciaron las compras, aunque los expertos descartan achacarle toda la subida al programa.
El día del anuncio de las compras el tipo de cambio cerró en $789, lo que implica que desde entonces ha subido $157. “En lo que va del programa, ha comprado US$3.400 millones, en torno a un tercio del programa, le queda mucho para alcanzar los US$10.000 millones del objetivo”, señala Luis Felipe Alarcón, economista de EuroAmerica.
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Para septiembre de este año, las reservas internacionales del Banco Central llegaban a los US$41.402 millones y al 7 de octubre ya se empinaba hasta US$41.885 millones, el monto más alto desde agosto de 2022.
La cifra es además superior a los US$38.786 millones de noviembre de 2019, cuando decidió intervenir el mercado cambiario tras el estallido social con US$20.000 millones (U$10.000 millones de ventas spot). A dicha acción se sumó la de 2022, cuando en julio intervino y anunció un programa por US$25 mil millones (US$10.000 millones ventas spot), justo cuando el dólar tocó los $1.051.
El programa actual implica que el Banco Central realiza compras diarias en el mercado local por US$40 millones durante doce meses, y que los efectos monetarios serían “esterilizados a través de emisiones de PDBC coherentes con la orientación de la política monetaria”.
Sin embargo, las expectativas de que la Fed mantendrá las tasas más altas en EEUU por un mayor tiempo, y el incremento de la brecha de tasas entre dicho país y Chile, está presionando el tipo de cambio local a máximos del año.
Pausar las compras
En su reunión de septiembre la Reserva Federal conservó las tasas de interés en un rango entre 5,25% y 5,5%, pero su presidente, Jerome Powell, señaló que “mantendremos las tasas en niveles restrictivos hasta que estemos confiados en que la inflación se reduce hacia el 2%. La mayoría de las autoridades de la Fed cree que es más probable que sea apropiada otra alza de tasas”. Ello alerto a los mercados de que es posible de que las tasas se mantengan más altas por más tiempo.
En ese contexto, las compras del BC se han producido en un ambiente donde la divisa de EEUU se ha fortalecido a nivel global. Por ello, consultado sobre la necesidad de detener el programa para alivianar la carga sobre el peso, Alarcón sostiene que “sería lo más acertado. Lo que está haciendo (las compras) aparte de estresar el mercado, es validar los actuales precios, como si no tuviesen un impacto en la estabilidad de la moneda u otras variables. De hecho, el peso es de las monedas más depreciadas en los últimos 30 días y en lo que va de corrido de este año”.
Marco Correa, economista jefe de BICE Inversiones, coincide: “dada la rápida e importante depreciación que está mostrando el peso chileno, podría esperarse al menos una pausa en la acumulación de reservas, pues podría estar produciendo una presión adicional en la moneda, con sus posibles consecuencias para la inflación”.
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Por su parte, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, sostiene que si bien “el grueso en el alza en el tipo de cambio responde a factores externos”, las compras se han producido en una situación de “una liquidez más bien estrecha. Frente a ello, hace sentido que el Banco Central suspenda su programa de recomposición de reservas y lo reanude cuando las condiciones de mercado sean más propicias. Permitiría además un alivio en las presiones sobre el tipo de cambio”.
En esa línea, Alarcón señala que “hemos escuchado de varios bancos que se han ido quedando sin caja en dólares (probablemente por compras de AFPs), lo que se ha reflejado en las tasas en dólares on shore, que han ido escalando fuertemente en los últimos días”.
Con todo, las compras realizadas tienen un objetivo. “El BC se había fijado como objetivo en torno a 16% del PIB, similar a lo de países con nota crediticia equivalente a la de Chile”, comenta Lehmann.
Los US$41 mil millones actuales están en torno al 14% del PIB.