Tal como se había anticipado por diversos indicadores las consecuencias del estallido social golpearon a la economía en el cuarto trimestre y, de acuerdo a los datos oficiales dados a conocer este miércoles por el Banco Central, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo 2,1% en el cuarto trimestre de 2019 respecto a igual lapso del año anterior anotando su peor desempeño desde el periodo abril-junio de 2009..
Hasta el tercer trimestre la economía acumulaba un aumento de 2,2%, pero tras la caída de los últimos tres meses, la expansión del año en su conjunto se redujo a 1,1%, llevando también a la expansión anual a tener su menor aumento en 11 años.
Desde la perspectiva del origen, el crecimiento del PIB en el año 2019 se explicó por los resultados positivos de las actividades de construcción y los servicios financieros y empresariales. En contraste, compensaron parcialmente este resultado la menor producción de la minería y la actividad agropecuario silvícola, explicó el Banco Central.
“En el cuarto trimestre, los efectos de la crisis social se observaron principalmente en los servicios, siendo los personales –en particular, la educación– y el comercio los más afectados. Por otro lado, la construcción y los servicios financieros registraron alzas, compensando parcialmente lo anterior”, señaló el instituto emisor.
Por su parte, cifras ajustadas estacionalmente confirman la evolución de las actividades mencionadas anteriormente, con un crecimiento en los tres primeros trimestres del año y una caída en el cuarto trimestre, asociada a las disrupciones productivas, añadió.
Demanda
En el último trimestre del año, la demanda interna se contrajo 3,3% producto de una caída en el consumo, tanto de personas como de gobierno. En el primero, se observaron caídas en todos sus componentes, siendo los servicios los que más incidieron a la baja, en línea con menores servicios de educación privada, transporte y restaurantes y hoteles. En tanto, el consumo de gobierno cayó arrastrado por una menor prestación de servicios públicos de educación.
En términos desestacionalizados, la demanda interna creció en la primera mitad del año, mientras que en la segunda cayó. En el primer trimestre predominó la contribución del consumo mientras que en el segundo fue la inversión.
En efecto la Formación Bruta de Capital Fijo, que mide la inversión, subió 2,7% el cuarto trimestre y 4,2% en el conjunto del año.
Respecto del tercer trimestre, la mayor incidencia a la baja ocurrió en la variación de existencias. Finalmente, la disminución en el cuarto trimestre fue inducida por el consumo de hogares y gobierno.