El ingeniero civil industrial Eduardo Bitran Colodro (65 años) sabe de muchas cosas. Hoy es un académico orientado a temas de innovación en la Universidad Adolfo Ibáñez, pero sus materias de estudio y de trabajo han sido muchas. Ha sido director de empresas - Enami, Transelec, Salcobrand- y ha dirigido organismos como el Consejo Nacional de Innovación y la Fundación Chile. Exmilitante PPD, fue gerente general de Corfo en la administración de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y ministro de Obras Públicas del primer gobierno de Michelle Bachelet. Doctorado en Economía en la Universidad de Boston, ha estudiado el sector pesquero, el mercado de capitales, el eléctrico, las concesiones, la minería.

Su último cargo público relevante terminó en 2018, con el segundo gobierno de Bachelet: dirigió por cuatro años la Corfo. Y por eso sabe bastante de litio. En ese cargo, Bitran renegoció los contratos con SQM y Albemarle por el arriendo del salar de Atacama. Criticada en su momento por algunos, esa renegociación está en la base de los ingresos extraordinarios del Fisco en 2022. Lo han reconocido autoridades y privados. La ministra de Minería habló esta semana de “los contratos de Bitran” para explicar por qué el Estado logró más de US$ 5.000 millones en un solo año: el boom del litio disparó los precios en 2022, algo que recogieron las renegociaciones de 2016 y 2017, que fijaron cánones de arriendo variables que subían en la medida que se disparaba el precio. Si el valor superaba los US$ 10 mil la tonelada de carbonato de litio, la regalía para Corfo saltaba al 40%. Y el año pasado SQM vendió a US$ 52 mil la tonelada en promedio. A cambio, aumentó las cuotas de producción de ambas empresas.

“Nosotros no fuimos pitonisos, no sabíamos que esto iba a ocurrir. Simplemente dijimos: en el escenario que esto ocurra, el Estado tiene que participar en forma significativa en la renta económica que se genera”, dice con pudor Bitran en la que, cree, será su última entrevista para hablar de litio. En mayo asumirá como uno de los nueve directores de Codelco, designado por Gabriel Boric, cargo al que postuló vía Alta Dirección Pública. Y Codelco tiene un proyecto de litio en el salar de Maricunga.

Desde los ochenta, cuenta, cuando participaba en el Centro de Estudios para el Desarrollo y estudió la industria pesquera, Bitran trabajó una línea que liga casi todo lo que ha hecho. “Ya desde entonces comienzo a trabajar un tema que no era fácil: en el ámbito de los recursos naturales, cuando un país tiene ventajas por condiciones naturales, la explotación de esa actividad genera rentas económicas, una ganancia sobre normal del capital, que se debe a las características del recurso natural. Y en la medida que el recurso es propiedad de todos, el Estado tiene el derecho a apropiar una alta proporción de la renta económica”, resume. Bitran desclasifica en esta entrevista asuntos desconocidos de la negociación del litio en 2018 y entrega su visión sobre el desarrollo de un recurso que explotan hoy solo dos empresas, SQM y Albemarle, y que tiene pendiente una definición de política nacional que el gobierno lleva un año trabajando.

En 2018 lo que estimaban como recaudación por los nuevos contratos hasta 2030 se cumplió ya en 2022. ¿Qué cambió?

Nosotros sí esperábamos que los precios subieran de US$ 10 mil la tonelada, por eso pusimos una tasa del 40% por sobre ese precio. Pero siendo muy franco, nosotros estimamos que llegaría, en sus mejores tiempos, a niveles de US$ 20 mil. Por una razón: los economistas hacemos el cálculo de cuál es el costo marginal de largo plazo de producción del productor marginal.

El productor marginal es el menos eficiente…

El menos eficiente. Y llegábamos a que un valor de US$ 18 mil, sería el costo del productor marginal. En el largo plazo, el precio debía tender a esos valores. Nosotros sí teníamos hipótesis que esto iba a recaudar mucho más. Pero nunca pensamos que en un año podía llegar SQM a tener un precio promedio de más de US$ 50 mil. Hay otros factores que explican el aumento de recaudación…

El aumento de la producción…

Sí, el aumento de producción, que pasa de 80 y tantas mil toneladas a 220 mil aproximadamente. Y eso tiene que ver con el aumento de la cuota básicamente y a que las compañías hicieron lo que era razonable hacer: invirtieron en más capacidad.

22/03/2023 FOTOGRAFIAS A EDUARDO BITRAN FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

La renta del litio para el Fisco superó a Codelco en 2022. ¿Es el nuevo sueldo de Chile?

Lo primero que hay que señalar es que el litio como recurso es abundante en el mundo y estamos viviendo una situación transitoria de exceso de demanda y de proyectos que toman más tiempo del estimado en producir, lo que ocurre es que el proceso de poner el recurso en producción, en forma sustentable, es complejo. Incluso Chile tiene dificultades en el tema de la sustentabilidad. Si uno quiere crecer significativamente, tiene que cambiar a tecnología de extracción directa. Lo que ocurrió es que Estados Unidos, Francia, Alemania, todos los países le pusieron una fecha de vencimiento a los autos de combustión interna y de repente, Occidente, las automotrices se dieron cuenta que el tema crítico era el acceso al litio. Eso generó un furor por comprar litio. Y se produce un desequilibrio, con exceso de demanda.

¿Y eso va a desaparecer?

No. El furor va a seguir. El crecimiento de la demanda es del orden del 30 al 40% ¡al año! Se duplica cada tres años, entonces la pregunta…

¿… es en qué momento la oferta se conecta con la demanda?

Ese es el tema. Todos los augurios de cuando entra en producción tal o cual proyecto se quedaron cortos y se demoraron bastante más. Pero hay un esfuerzo mundial por desarrollar litio. En Argentina, por ejemplo, sin necesariamente tener una consideración adecuada al tema del equilibrio ambiental de los salares, casi todo es con evaporación. Australia superó a Chile con un crecimiento muy grande…

¿Argentina es una amenaza real?

Argentina va a crecer y nos va a superar si nosotros no hacemos algo. Si nosotros no hacemos nada en el salar de Atacama, básicamente, con los plazos y las cuotas de producción que hay hoy día, vamos a llegar en el mejor de los casos a una producción de 300 mil toneladas al año hacia el 2026. Hoy día el mercado mundial está en 740 mil toneladas al año, en 2026 va a estar sobre 1,6 millones. Y Argentina nos va a pasar posiblemente dicho año. Pero para mí, el tema relevante no es si a Argentina le va bien y a nosotros mal…

El tema relevante es la posición de Chile. ¿El país perdió tiempo del 2018 a la fecha en desarrollar la industria del litio?

Felizmente, lo que hicimos el 2017 y el 2016 permitió crecer de 80 mil a más de 200 mil toneladas. Podríamos haber desarrollado otros recursos, Maricunga, los Siete Salares, Pedernales… Perdimos tiempo, primero, en el Instituto de Tecnologías Limpias. Corfo lo dejó listo el año 2017 con un presupuesto US$ 200 millones de dólares: uno de los principales focos de ese instituto era pilotear tecnologías de extracción directa que redujeran la extracción de agua. Y la siguiente administración lo que hizo fue arruinar el proceso.

Lo segundo es aumentar la producción. Las cuotas que fijamos en 2016 y 2017 estaban pensadas para llegar a 300 mil toneladas anuales. Hay compromisos de inversión que son consistentes con esa cuota y nosotros supusimos que sería materia de otro gobierno, dos o tres gobiernos después, resolver los temas que vienen en adelante. Hoy hay un límite a lo que pueden expandir las compañías, por las cuotas. Albemarle tiene un plazo de 20 años hasta el 2043, pero SQM tiene plazo hasta el 2030. Y eso es muy corto.

¿Qué debe hacer Chile para aumentar su producción?

Concentrarse en el salar de Atacama…

¿Por qué concentrarse en el salar de Atacama y no en los otros salares?

Hay que hacer las dos cosas, pero si uno tiene la hipótesis de que el desajuste de oferta y demanda va a durar cuatro, cinco años, y uno quiere beneficiarse de estas rentas extraordinarias, de las cuales ya le tomamos el gustito en 2022, las oportunidades más rápidas están en el salar de Atacama. Uno podría tomar las pozas que hay, incorporar tecnología de extracción directa y empezar a combinar ambas tecnologías. ¿Por qué no lo han hecho las empresas que están ahí? ¿No son grandes innovadores? ¿O son rentistas?

¿Será porque no tienen incentivos? ¿Porque se les acaba la cuota antes?

Efectivamente, hay un tema de cuota. Hay un riesgo político, tienen que negociar con el Estado. ¿Por qué el salar de Atacama? Porque si este windfold, esta subida de precios, es transitoria, es el único lugar donde podemos tener mayor aporte con mayor producción. En el largo plazo, 18 mil dólares que es lo que calculábamos de costo marginal, en los otros salares incluso con tecnologías de extracción directa probablemente seguiremos siendo productores de bajo costo y, por lo tanto, hay también rentas y oportunidades de generar una explotación sustentable.

¿Y en el salar de Atacama, que sugeriría? ¿Negociar aumentos de cuota?

Es un tema complejo. Políticamente complejo porque el “innombrable”, como me decía alguien en su momento, sigue ahí. Nosotros establecimos un cambio y forzamos terminar el pacto de accionistas con Kowa. Pero nadie sabe bien quién es Kowa. Yo no lo sé. Por lo tanto, es probable, que aunque (Julio) Ponce no puede participar en la administración, él sigue siendo el factótum ahí. Ese es el mismo escollo político que a mí me tocó enfrentar, muy complejo. Y como ahora voy a asumir una posición de director en Codelco, me voy a guardar mi opinión sobre qué hacer.

¿Usted sería partidario de subir la tasa del 40% para precios extraordinarios?

Hay varias maneras de poder participar en mayor medida de la renta, una es efectivamente hacer tramos superiores…

¿Se puede subir más?

Sí, claro, si tú lo pones sobre precio alto, ¿cuál es el problema? Eso va a gatillarse cuando haya una situación extraordinariamente positiva y van a ganar todos. Lo importante es hacer los cálculos de cuando sigue siendo atractivo para todos.

Usted planteó una opción de asociarse en la propiedad de algunas compañías en el salar de Atacama.

Si hay una decisión política de crear la empresa nacional del litio, una opción posible es que el Estado se asocie en el salar de Atacama con algunos los actores y que expanda con nuevas tecnologías la producción.

Políticamente es difícil negociar con SQM

Es complejo políticamente negociar con SQM, pero debe siempre priorizarse el interés general.

Albemarle ofreció asociarse en la propiedad en 2014. ¿Por qué no tomó esa opción?

En ese momento dijimos: ¿Cuál es la mejor manera de participar de las rentas? Pensábamos que con regalías adecuadas íbamos a poder participar de las rentas económicas. Y si sabíamos que políticamente participar accionariamente tenía que pasar por el Congreso y eso era una tarea muy compleja, porque la Corfo, por la ley del año 89, no puede participar accionariamente en empresas, entonces íbamos a abrir un debate político que nos iba a estancar esta discusión todo el período de gobierno. Rockwood lo ofreció, un 20% o 30%, el año 2014, pero por pragmatismo optamos por las regalías.

Usted llega a Codelco. ¿Codelco perdió el tiempo? ¿Subvaloró el negocio del litio?

Codelco está haciendo exploraciones, pero yo no me voy a referir a temas que haya hecho Codelco o no porque de alguna manera limitaría mi rol como director independiente. Doy esta entrevista antes de asumir porque aquí hay una historia y algunas lecciones que, de alguna manera, quiero transmitir. Y son dos grandes temas: la importancia que sigamos avanzando en mejorar la regulación de la vinculación entre negocios y política, ya que todavía hay temas pendientes. En segundo lugar, captar las rentas cuando los precios son muy altos es perfectamente factible y eso no inhibe para nada el desarrollo de negocios.

¿El litio va a reemplazar al cobre?

En el fortalecimiento de la acción climática, hay varios recursos que van a ser clave. La electrificación en el mundo va a pasar del 20% al 50% el año 2050, y ahí el rey es el cobre.

Me refiero a si el litio reemplazará al cobre como renta para el Estado chileno.

Yo no creo que en el largo plazo eso ocurra, pero el litio puede ser muy significativo. En las condiciones actuales, ¿cuánto de ese 2% el PIB del 2022 es de largo plazo? Depende de qué ocurra con la producción y el precio. Aquí hay rentas importantes y uno lo podría calcular: quizás alcancemos hasta un 1% del PIB con producciones superiores a 300 mil toneladas, pero va a depender del precio. Si usted duplica la producción, que lo podría hacer con una política donde participa el Estado y los privados, abordando los desafíos de sustentabilidad y de vinculación con las comunidades, usted podría llegar a que la minería del litio genere permanentemente más del 1% del PIB como recurso para el Estado. Y eso es muy significativo. Y eso puede llegar a ser tan significativo como la minería de cobre. No obstante, yo espero que, dado el avance de la electrificación en el mundo, el cobre tenga ese tipo de fenómeno de que los precios se disparen y las rentas empiecen a ser muy altas en algún momento, y en ese momento ojalá tengamos una mejor ley de regalía de cobre, de tal manera que el Estado chileno participe de la renta minera en forma significativa, sin inhibir la inversión.

¿Qué debe tener una política del litio?

Debería permitir el desarrollo de los salares en general, con CEOL (Contratos Especiales de Operación del Litio) bien pensados, con requisitos ambientales muy estrictos. Y con la posibilidad del Estado de asociarse con privados en forma directa en determinados desarrollos. Y también hay posibilidades de valor agregado. Acá no vamos a hacer baterías: daban como ejemplo lo que estaba haciendo Elon Musk en México. ¡Por favor! México vende 3 millones de autos, Musk se va a instalar al lado de donde está su fábrica, con un costo de transporte menor, y está aprovechando la mano de obra barata de México. Esa no es la situación de Chile, entonces pasarse películas en eso es absurdo, pero sí hay otros productos de valor agregado que podemos desarrollar.

¿Desarrollar cuatro o cinco salares más podrían equivaler al salar de Atacama?

No, lo dudo. Yo he visto los números. El salar de Atacama tiene 1.500 partes por millón. Maricunga tiene entre 700 y 1.000 y todas las otras tienen menos. El salar de Atacama es la joya de la corona. No somos un imperio ni un reinado, pero así le llamaba la gente del litio, la joya de la corona.