Un mejor 2024 es el que espera el gerente general de Concha y Toro, Eduardo Guilisasti, quien en la junta de accionistas de la compañía realizada este martes repasó lo ocurrido durante el ejercicio pasado y adelantó los desafíos de la industria.
En esa línea, indicó que el 2023 “fue un año bastante duro, probablemente el más duro que me ha tocado a mi como gerente general de la empresa. Afortunadamente las medidas se tomaron, fueron muy dolorosas, tuvimos que ajustar la empresa a una nueva realidad”.
No obstante, Guilisasti sostuvo que los efectos de los ajustes se empiezan a notar, y que de hecho ”ya se vieron en el cuarto trimestre, y esperamos que se vean en 2024. Una buena noticia: hoy la acción se está transando a $1.225, es el valor más alto del último año, estamos lejos aún del valor histórico que fue de $1.535, pero ya tenemos un alza de 18% en el año. Espero que eso (el ajuste) se vaya reflejando gradualmente en los resultados de la acción y por consiguiente en los dividendos, cada vez mayores”.
En su análisis del sector, precisó que “la industria del vino ha cambiado, y lo mismo ocurre en las demás categorías alcohólicas. Hay seis puntos bastante relevantes, que creo son un cambio estructural, y que se pueden enumerar en preferencias: productos con bajos contenidos alcohólicos; bajos en calorías; el cambio climático que no sólo afecta a las producciones sino también los consumos, la mayor temperatura favorece a las cepas blancas; creciente competencia con otras bebidas alcohólicas que se han introducida por empresa que no son propiamente del área del vino; y también vemos como una necesidad de innovación en productos nuevos y disruptivos. Hoy el consumidor es ávido de nuevas experiencias”.
Los cambios estructurales, señaló, fueron generalizados: las exportaciones de vino desde Chile cayeron 21%, “lo que significa retroceder 15 años”, contexto en el que Concha y Toro reportó una caída de 51% en sus ganancias, las que pasaron de US$99 millones en 2022 a US$49 millones en 2023.
“Nos enfrentamos a la mayor crisis que ha tenido la industria a nivel mundial”, recalcó Guilisasti, lo que se manifiesta en al caída de consumo de vino, y “arranque de viñedos en todos los países productores”, pues “hay una sensación generalizada de que hay mucha plantación respecto de lo que está siendo el consumo, y esto tendrá como consecuencia una consolidación de la industria, esperamos gradual; y una racionalización bastante fuerte, sino a nivel de empresas productoras, lo será a nivel de los distribuidores”.
Sin embargo, el gerente general indicó que tras la implementación de la medidas como búsquedas de eficiencia, poner la innovación como palanca de crecimiento y la reestructuración de las áreas comerciales, “esperamos para 2024 un crecimiento en valor de doble dígito. Es bastante ambicioso en el escenario en el que estamos. Segundo, aspirar a 2025 llegar a una participación (de mercado) de 60%, con un margen operacional de entre 15%-16%”.
Las razones para esa proyección, argumentó, están en las “fortalezas productivas que tiene la empresa, la eficiencia operacional muy notoria, en potenciar el modelo comercial, desarrollar nuevos productos y marcas, y la fortaleza de la distribución, pues casi un 81% está focalizada con oficinas propias”.