Si bien la recta final del actual proceso constitucional está lejos del dramático y apasionado escenario que rodeó la propuesta de Carta Magna del año pasado, las definiciones que tienen que tomar los distintos sectores políticos y económicos de centroizquierda frente al nuevo texto está marcada por la incomodidad y la búsqueda de un relato apropiado.
En una semana clave por la aprobación final de la propuesta constitucional por parte del pleno del órgano redactor, distintos partidos políticos del centro y la izquierda tomaron posición frente a texto. Mientras Amarillos y Demócratas anunciaron su voto ‘A favor’, el partido Socialista, el PPD y el Frente Amplio optaron por la opción ‘En contra’. A su vez, la Democracia Cristiana, partido que evidenció las mayores fracturas de sus militantes a la hora de aprobar o rechazar el texto constitucional del año pasado, se ha declarado en reflexión.
Pero esta indefinición que han transmitido los militantes de la falange se ha extendido también a muchos de los emblemáticos economistas de centroizquierda, quienes el año pasado se dividieron en torno a aprobar o rechazar la propuesta de una polarizada Convención Constituyente.
Este año la decisión de los economistas es radicalmente menos tensionante que la del año pasado, pero involucra una serie de elementos políticos y de contenido que dificultan una postura espontánea y lógica frente al referéndum del 17 de diciembre.
El oficialismo ha manifestado adicionalmente que en caso de ser rechazado el proyecto, no insistirá con un tercer proceso constitucional en este gobierno. “Acá no hubo una propuesta ni de cerca de ser de consenso, finalmente se impuso la mayoría circunstancial que hubo en el Consejo, tal como la vez anterior se impuso esa mayoría circunstancial”, reflexionó el Presidente Boric esta semana al deslizar sus críticas al texto donde se hizo sentir la amplia mayoría opositora.
Silencio e incomodidad
En los círculos de economistas de centroizquierda confidencian en privado su incomodidad con un texto exento de acuerdos transversales y donde el Partido Republicano impuso sus términos, aunque valoran las señales de gobernabilidad y mejora en el sistema político de la propuesta.
“La propuesta genera una buena gobernanza, pero también tiene cosas malas y muchas restricciones. Las mejoras políticas son importantes. Sin embargo, no me queda claro cuál de las dos opciones para el plebiscito es mejor para la estabilidad del país. Los economistas de centroizquierda están enredados con esta decisión”, reconoce una exautoridad económica del segundo gobierno de Michelle Bachelet.
El director del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la UC, David Bravo, añade otro elemento que complica la decisión de varios economistas que han sido cercanos a los gobiernos de la exConcertación y la Nueva Mayoría. “La decisión de este año no es tan dramática, perfectamente entiendo que alguien pueda votar a favor o votar en contra. Sin embargo, el factor Kast y los gustos que se dieron los republicanos en el proceso pueden influir en la decisión de algunos”, afirma Bravo, quien afirma que aún no ha tomado una decisión para el plebiscito de diciembre.
El economista cree que se perdió la oportunidad de haber hecho un texto más consensuado y valora la decisión del oficialismo de no persistir en un nuevo proceso constituyente en la eventualidad de que se rechace la propuesta. “Eso genera menos incertidumbre”, complementa Bravo.
El ex subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, tampoco ha tomado una decisión sobre el nuevo texto constitucional. “Aún no he decidido mi opción para el plebiscito constitucional de diciembre. Estoy en proceso de reflexión y de análisis sobre los contenidos de la propuesta. En principio hay temas relacionados al sistema político y de estructura del Estado que me parecen destacables, y otros en los que tengo muchas dudas. En lo económico, hay varios temas que no me gustan como el de las contribuciones y las restricciones que se establecen en los temas previsional y de salud”, afirma el también académico de la Universidad de Chile, quien cree que cualquier resultado en el plebiscito no va a cambiar sustancialmente el rumbo económico y político en el corto y mediano plazo.
Otros economistas de centro y cercanos al gobierno también reconocen no tener definido su voto para diciembre. Mientras el expresidente del Banco Central, José De Gregorio, declara que su opción aún no está decidida, el expresidente del directorio de Codelco, Oscar Landerretche, afirma que aún no está “disponible para manifestar una opción”.
El exministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, a su vez, entró de lleno esta semana en el análisis de la nueva propuesta. “Yo no soy nada de extrema izquierda, y nosotros creemos que esta es una Constitución de extrema derecha”, calificó el economista en radio Cooperativa.
Sin embargo, Eyzaguirre reconoció que la propuesta constitucional “tiene cosas buenas” en materia de sistema político. “El costo de eso es tener un marco constitucional y que es un programa de derecha, es un texto que proscribe las políticas públicas y sociales en las que yo creo”, reflexionó el exministro de Hacienda de Michelle Bachelet y Ricardo Lagos.
Con todo, esta semana el denominado Foro para el Desarrollo Justo y Sostenible, que reúne a diversos expertos como el expresidente del Banco Central, Roberto Zahler, y los economistas Ricardo Ffrench Davis, Luis Eduardo Escobar y Osvaldo Rosales, entre otros, emitió una declaración donde llama a rechazar la propuesta constitucional.
“El nuevo texto no ha surgido de un acuerdo transversal y no cumple con unir al país. Es un texto sectario y aún más conservador que el vigente, en su afán de limitar la capacidad del Estado para abordar los graves desafíos sociales, recuperar la capacidad de crecimiento, enfrentar la crisis climática y abordar la transición energética”, sostiene la declaración.
Uno de los coordinadores del organismo, cercano al oficialismo, Eugenio Rivera, explica que la declaración surgió de un proceso de reflexión que viene desde hace tres semanas.
“Votar ‘En contra’ nos deja en un terreno conocido. Muchos de nosotros tenemos diferencias con la actual Constitución, pero hemos aprendido a movernos en el marco que entrega”, reconoce Rivera, quien evita detallar si cada uno de los integrantes del Foro suscribe en su totalidad la declaración de la institución.
“Esta declaración cuenta con el apoyo total del Foro, pero las definiciones personales las debe dar cada uno de los integrantes”, precisa Rivera.
Tanto Roberto Zahler como Ricardo Ffrench Davis y el exvicepresidente del Banco Central, Manuel Marfán, no respondieron las consultas de Pulso al respecto. A su vez, el exministro de Hacienda, Andrés Velasco, se excusó de explicar su posición frente al plebiscito.
¿Acuerdo político?
Sin embargo, otro ingrediente que mantiene en indefinición a muchos economistas de centroizquierda es el relato que adoptarán de ahora en adelante los partidos oficialistas para convencer a los votantes de rechazar el nuevo texto constituyente. Muchos esperan que los partidos de gobierno tomen el compromiso previo de cerrar el proceso constituyente y hacer un conjunto de reformas acotadas a la actual Constitución, especialmente en materia de gobernabilidad y sistema político.
“Si ese compromiso se asumiera, los partidos de izquierda tendrían muchas más posibilidades de que ganara el rechazo, porque la gente está cansada del proceso constituyente. Si le ofrecen que esto va a terminar en un esfuerzo por asamblea constituyente, creo que va a ganar el apruebo. Y capaz que hasta yo termine votando por el apruebo si ese es el horizonte que la izquierda pone”, reconoció a El Mostrador el abogado constitucionalista y exsubsecretario del Interior del gobierno de Ricardo Lagos, Jorge Correa Sutil.
Guillermo Larraín, otro emblemático economista de centroizquierda, va profundiza el análisis. “La pregunta es si es posible hacer un compromiso político tanto de la izquierda como de la derecha que sea creíble. El compromiso político que pediría a la centroizquierda es comprometerse a hacer la reforma al régimen político como lo tenía el Comité de Expertos en el tiempo más rápido posible. Si ese compromiso se cumple, lo que habría que hacer es votar ‘En contra’”, afirma el exsuperintendente de Pensiones y actual académico de la Universidad de Chile, quien reconoce que es un acuerdo complejo de llevar adelante ya que los partidos deberían aprobar normas que les afectan su propia existencia.
“Me veo, eventualmente, aprobando (la propuesta constitucional)en el caso que la centroizquierda no sea capaz de ponerse de acuerdo en un compromiso de cambio al régimen político, pero con la conciencia de que estamos ‘comprando’ una Constitución que no es buena, que tiene fallas, que va a generar mucho conflicto y que da un pie atrás en temas como el aborto en tres causales”, reflexiona Larraín.
El economista añade que hoy el “dilema” para muchos de sus pares es optar entre el nuevo texto y mantener la Constitución de 1980, ambas de corte “conservador”. Sin embargo, reconoce que la nueva propuesta mejora la gobernabilidad.
“El año pasado lo que estaba en juego era una Constitución muy radical, con temas nuevos para Chile, contra una Constitución conservadora. Hoy estamos frente a dos constituciones conservadoras, que son primas hermanas”, compara el economista, quien revela que aún no ha tomado una decisión para el referéndum.
Con todo, Andrea Repetto, economista UC y cercana al actual gobierno, reconoció recientemente en Duna que cualquier opción que triunfe en diciembre dejará “incómodo” a un grupo relevante de la población. “Lo que ha sucedido en esta nueva etapa de intento de reforma constitucional es que nuevamente no llegamos a acuerdo y mi perspectiva es que este es un tema va a seguir abierto. No importa cuál de las alternativas gane, el ‘A favor o el ‘En contra’, porque hay alguien, un grupo, que va a quedar incómodo igual (...) Hay un centro que está incómodo”, concluye la economista.