El estilo del nuevo presidente ejecutivo de Codelco
Rubén Alvarado llega a Codelco generando expectativas muy altas. Quienes lo conocen y han trabajado con él señalan que si bien la tarea es titánica, sabrá llevarla a cabo. Dicen que de crisis sabe, también de desafíos y grandes proyectos y que tiene la habilidad suficiente para navegar en un mundo tan expuesto política y ambientalmente como el de la minera.
El próximo viernes aterrizará en Codelco Rubén Alvarado (64 años). Este ingeniero civil químico y MBA de la Universidad de Chile y MBA de la Universidad de Tulane, Nueva Orleans, volverá así a su alma mater, la empresa en la que inició su carrera profesional, y en la cual hoy existen altas expectativas respecto de lo que pueda hacer como presidente ejecutivo, un cargo en el que reemplazará a André Sougarret y para el que fue escogido por unanimidad del directorio de la minera estatal.
Cercanos y amigos del ejecutivo señalan que para todos fue una sorpresa la decisión de embarcarse en el tremendo desafío que es liderar a Codelco, empresa que hoy vive uno de los peores momentos de su historia, con una caída en la producción, la más baja de los últimos 25 años, con un aumento de sus costos y una caída de sus excedentes en el primer semestre de 86,1%, y del Ebitda de 53,3%.
Fue sorpresivo porque aseguran que el ejecutivo estaba contento con esta nueva faceta de director ejecutivo de la Fundación Cristo Vive y apoyando a otras fundaciones y ONG. “Pero a Codelco no le puedes decir que no”, señalan.
El alma mater que forjó su estilo
Rubén Alvarado inició su carrera en Codelco, en la División El Teniente. Allí estuvo 20 años. Partió como ingeniero de fundición y llegó a ser gerente de la Fundición Caletones (1994 a 2000) y luego gerente general de la División (entre 2000 y 2004).
Quienes trabajaron con él señalan que fue ahí donde se empaparía de una serie de aprendizajes que fueron esculpiendo su personalidad y su estilo de liderazgo.
“Él fue un adelantado. El año 1998 los temas ambientales no eran de preocupación de mucha gente y él, siendo el gerente de Caletones, fue quien lideró el plan de descontaminación de la fundición. Fue clave en las decisiones de grandes inversiones que se tuvieron que hacer en la planta de limpieza de gases, el transporte, la logística. Si lo miras con la perspectiva del tiempo, él se hizo cargo en 1998 de los temas que hoy día se están haciendo cargo otros. En ese tiempo también partimos con el tema de las comunidades, que en esa época no era tan relevante, y Rubén tuvo mucho liderazgo en eso también”, señala Rodrigo Rivas, quien trabajó con él en la División El Teniente, primero como pares, en el equipo de primera línea, cuando é era gerente de comunicaciones y Alvarado, gerente de la Fundición Caletones. Tras unos años se convertiría en su jefe, cuando asumió la gerencia general de la División, en 2000.
El plan de descontaminación de la fundición Caletones fue el primero en cumplir a cabalidad con las normas de la Ley de Bases del Medio Ambiente, lo que elevó en el país los porcentajes de captura de emisiones en estas instalaciones. Aún en su cargo en la Fundición, Alvarado lideró una reorganización de Caletones, migrando desde una orientación funcional productiva a una de procesos de negocios, con un incremento de 40% de la productividad. En este período también destaca la implementación de proyectos de desarrollo de carrera para los trabajadores, con participación activa de los dirigentes sindicales, con los cuales tenía una buena relación.
El presidente de Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), Amador Pantoja, comenta que el sábado pasado ya conversaron como una hora por teléfono y que acordaron reunirse la primera o segunda semana de septiembre. “En Codelco tenemos buenos recuerdos de él. Cuando él asumió como gerente general en la División El Teniente mantuvimos un marco de relación de puertas abiertas, de buen relacionamiento y buenos acuerdos. Tenemos confianza en que continuaremos con los mismos lineamientos, ya lo conversamos”.
Rivas asegura que Rubén Alvarado siempre tuvo muy buena relación con sus pares, “era un excelente colega. Era un superlíder en la fundición y el paso natural era que pasara a ser gerente general. En ese cargo le tocó también asumir el rol de representación de la empresa, con autoridades, parlamentarios. Se movía en ese mundo sin dificultades”.
Como gerente general de la División El Teniente fue responsable de la construcción y puesta en marcha del Plan de Desarrollo Teniente (PDT), un conjunto de proyectos mineros, tecnológicos y de gestión que revirtieron la baja de productividad prevista por el agotamiento de algunos sectores del yacimiento, expandieron la capacidad de producción y maximizaron los excedentes divisionales.
Un ejecutivo de Codelco que trabajó con él en esa época recuerda que, estando a cargo de ese proyecto estructural, demostró dos cosas que han caracterizado su forma de trabajo: ir al detalle sin quedarse pegado en ello y ser “bueno para la pega”.
Rodrigo Rivas agrega que Alvarado demostró en ese proyecto emblemático que tenía un talento especial para el negocio: la gestión de las personas. “Es una persona que sabe mucho, que es estudioso, y se mete en los temas a fondo, pero al mismo tiempo, también delega y esa es una gran virtud. Si lo miras en perspectiva, el plan de desarrollo de El Teniente fue una de las herencias de Rubén: en los últimos 10 años fue el sostén de Codelco. También fue el primero de estos grandes proyectos estructurales para aumentar la producción en 500 mil toneladas. Cuando vino la baja de Chuqui, de Radomiro Tomic, Teniente fue la que llevó el peso de los resultados de Codelco varios años. Y esa fue una herencia directa de Rubén cuando era gerente general. Partió con Fernando Riveri, pero el que inició la construcción de todo fue Rubén”.
De esa época -agrega un ejecutivo de la minera- Alvarado entendió que la formación de equipos para la sucesión era relevante. “Eso lo implementó Riveri, que fue el gran gurú de todo ese equipo de ejecutivos que pasaron por la división en esos años. El se encargó de preparar a su sucesor natural, que era Patricio Guajardo y éste a Rubén y él a Ricardo Álvarez”. Esta experiencia la replicó luego Alvarado en Metro, donde generó un equipo de ejecutivos con roles claros y donde se fue buscando y formando a su sucesor natural. De hecho, cuando dejó en 2022 la empresa, quien le sucedió fue Felipe Bravo, que siempre fue identificado como su sucesor.
Alvarado dejó El Teniente en 2004. El proyecto fue exitoso en su implementación, pero el atraso de algunos meses en su puesta en marcha y un alza de los costos de un dígito, llevaron a que el directorio de ese entonces mostrara su descontento. El 7 de enero de 2004, Alvarado presentó su renuncia. Al informar su decisión, señaló: “Tengo la íntima satisfacción de haber cumplido y de haber colaborado en la noble tarea de hacer crecer a esta empresa y, a través de ello, al país. Tengo la certeza de que el Proyecto Común de Empresa permitirá duplicar el valor de Codelco, incrementar su aporte al Estado y seguir mejorando la calidad de vida de sus trabajadores. Un Codelco estatal es el mejor negocio para Chile. El potencial humano, técnico y de gestión es enorme, por lo que no dudo que se lograrán las metas que nos hemos fijado en beneficio de todos los chilenos”.
Preparado para las crisis
Tras Codelco, Rubén Alvarado estuvo en Techint en Argentina, Latam Airlines, Alsacia & Express y la Empresa Portuaria de San Antonio. En 2014 llegó a Metro. Un ejecutivo que trabajó con él apunta que todo el mundo se acuerda de Alvarado por el estallido social de 2019, pero recuerda que llegó a la compañía cinco años antes, cuando había un problema importante de mantenimiento que ocasionó fallas de servicio que terminaron con la salida del entonces presidente de la empresa. “Entró a resolver esos problemas”, rememora. Ahí mostró su sello por los detalles, agrega este exejecutivo: “Armó un equipo bien diverso, gente joven, con más experiencia, trajo a algunas personas de afuera, un poco de todo para sacar adelante lo que en ese momento eran los problemas del 2014. Mezcló lo mejor de Metro con lo que se podía tomar también de otras industrias. Rubén es un líder bien hábil y muy cercano a los equipos”.
Otro de los ejecutivos que compartió con él en Metro destaca que tiene una característica: es muy detallista, pero sin caer en el micro management. “Él introdujo una cultura muy fuerte de meterse mucho en los detalles, de que cada uno de los que estábamos ahí nos metiéramos en nuestros procesos, de buscar la excelencia, de tratar de sacar lo mejor de las personas. Esta cultura de la mejora son cambios de largo aliento, pero los cambios que introdujo Rubén fueron notorios en el corto plazo. Empezamos a ver un cambio de estilo que va conduciendo que, en el tiempo, el equipo vaya construyendo resultados”.
Este cambio palpable en la cultura de Metro y los resultados, llevaron a que, con el cambio de gobierno, de Bachelet II a Piñera II, lo mantuvieran en el cargo.
Louis de Grange, presidente del Metro en el segundo gobierno de Sebastián Piñera, señala que sin duda él quebró una tendencia de cambios de los gerentes generales de Metro cada vez que había un cambio de gobierno. “Rubén fue la excepción. La verdad es que es un tremendo profesional, por lo tanto, no había ninguna razón para no darle continuidad. Había hecho una extraordinaria labor y el nuevo directorio, que era predominantemente técnico, se dio cuenta de inmediato y le dio el respaldo y la confianza. Rubén demostró con creces sus competencias y por eso ahora lo eligieron presidente ejecutivo de Codelco, por sus capacidades”.
La vicepresidenta de Metro en ese período, Nicole Keller, agrega que le tocó verlo liderar equipos en momentos complejos en Metro, de estallido y de pandemia. “Es una persona con mente clara, estratégica, con foco en el negocio, pero siempre preocupado de sus equipos y de los trabajadores y de su seguridad. Mantiene la calma en situaciones complejas y busca diferentes opiniones antes de decidir. Sabe gestionar para concretar proyectos complejos, como lo fue en su momento la reconstrucción”.
Si bien la reconstrucción tras el estallido social de 2019 es un hito que marcó su gestión en Metro, porque se hizo en tiempo récord, también se destaca que durante su gestión sacó adelante dos proyectos, las líneas 3 y 6, una de las razones por las cuales lo eligió el directorio de Codelco, empresa que está embarcada en grandes proyectos estructurales. “Le tocó finalizar ese trazado, que hasta ese momento era el proyecto de expansión más grande en la historia de Metro. Se hicieron dos líneas con un año de diferencia, se construyeron en forma paralela. También le tocó comenzar el proceso de expansión, que es el más grande de la historia de Metro, que es la construcción de 3 líneas en forma simultánea (7, 8 y 9) y de dos extensiones de las líneas 3 y 2 que se van a inaugurar en unos meses más”, explica un ejecutivo de Metro.
“También puso en marcha la ley de accesibilidad universal, se logró colocar dos bonos con tasas récord por la buena reputación que tiene Metro a nivel internacional, son varias cosas que también son importantes donde uno también vio la capacidad de gestión de Rubén”, agrega De Grange, hoy director de la Facultad dela Escuela de Ingeniería Industrial de la UDP.
Habilidad política
Si bien a Rubén Alvarado se le desconoce militancia, quienes han trabajado con él señalan que tiene una habilidad innata para saber moverse en este mundo. De Grange destaca que Alvarado combina talentos que es difícil reunir simultáneamente en un solo ejecutivo. “Primero, capacidad técnica y comprensión de los problemas; involucrarse en los detalles y salir rápidamente; tiene muy buenas relaciones interpersonales y, una cuarta cualidad, que en los tiempos de hoy es muy valiosa, es que tiene sensibilidad política. A mí, como presidente, me ayudó mucho también. Él tiene una sensibilidad política muy desarrollada, esa capacidad de percibir lo que pasa en el ambiente, estar bien ubicado, tener una mirada 360 grados. Esas cualidades créeme que no conozco a otras personas que las tenga. Eso es lo que lo hace tan especial”, agrega De Grange.
Eso lo dejó de manifiesto en el estallido. Comenta un ejecutivo de Metro que Alvarado estuvo todos los días en el centro de control, en el Comité de Crisis y que el domingo 20 de octubre de 2019 fue a la estación San Pablo, junto a Louis de Grange, a agradecer a los vecinos que espontáneamente se reunieron para limpiar la estación incendiada. “Cuando se restableció el servicio desde estación Puente Alto, hizo ese primer viaje junto a la conductora del tren”, recuerda.
A juicio de varios de los entrevistados, estas capacidades le permitirán navegar bien en Codelco. “Es difícil encontrar a alguien mejor que Rubén para este cargo. La elección que hizo no sólo el directorio de Codelco, sino también el gobierno, fue una decisión muy acertada”, indica De Grange.
En Codelco, tendrá que hacer dupla con Máximo Pacheco, un ejecutivo de personalidad fuerte, para lo cual Alvarado está preparado, dicen sus cercanos. “Está acostumbrado a tener jefes de personalidad fuerte y complejos, él se ajusta a la estrategia comunicacional, y no tiene un afán de figuración, lo suyo es hacer la pega”, afirman.
El 1 de septiembre, Rubén Alvarado se pondrá otro casco, uno con placa de cobre que dirá presidente ejecutivo. A partir de ese día, los ojos estarán puestos en lo que haga, en los anuncios primero, después en los resultados. Ejecutivos de Codelco señalan que su tarea es titánica y de largo aliento, lo cual no conversa con los tiempos políticos. De hecho, es usual que ante un cambio de gobierno y el seguro cambio de presidente de directorio, también lo haga su presidente ejecutivo.
Ante ello, señalan que si no logra doblar la mano a la costumbre y tiene que dejar Codelco, dejará sentado los cimientos para los cambios futuros.
Lo concreto hasta hoy es que las expectativas están altas, dentro y fuera de la principal minera de cobre del mundo.
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