Como un año record en licitaciones podría terminar este 2021. Y es que según datos del Ministerio de Obras Públicas, las cinco obras puestas en licitación superan el promedio entregado en los últimas años.
Así, en lo que va del ejercicio se han puesto obras por US$1.973 millones, cifra que es el monto mayor desde que se iniciaron las concesiones en chile. Hasta ahora el monto mayor era de 1996, y fue por US$1.878 millones
Según el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, “Chile estaba haciendo llamados a licitación en la última década, antes del ingreso de este gobierno, del orden de 800 millones de dólares anuales. El plan de gobierno del Presidente Piñera llama a aumentar ese monto al orden de 3 mil millones de dólares promedio anual, lo cual requiere realizar los proyectos, preparar los antecedentes, realizar las ingenierías, los diseños de las obras para poder hacerlos”.
De hecho, para fin de año la cartera espera alcanzar más de US$4.000 millones en licitaciones, con lo cual más que se duplicará el máximo histórico y sería más de 4 veces el promedio anual de 2010-2018.
Así, el promedio de 2010-18 fue de US$828 millones, mientras que el promedio para el período 2019-22 sería de US$3.047 millones
Moreno cuenta que “en todos los procesos que se han hecho desde que se inició este gobierno no ha habido nunca un caso en el cual un llamado a licitación no tenga una adjudicación”, y explica que “entre enero y hoy ya hemos adjudicado proyectos por US$ 1.750 millones, que se encuentran o adjudicados o en proceso de redacción del decreto de adjudicación (tramo Talca-Chillán de la Ruta 5, los aeropuertos de la Red Austral, el aeropuerto de La Serena, los hospitales de Maule, los de Biobío y el hospital Buin- Paine)”.
Respecto de los efectos de la pandamia, el titular de la cartera señala que generó varios efectos, el primero de ellos es que las propias empresas postulantes a las licitaciones pidieron más tiempo, ya que tenían problemas de movilidad para poder realizar sus estudios, traer sus técnicos y movilizarlos dentro del país.
“También producto de lo sucedido, particularmente en los proyectos de carreteras y aeropuertos, fue necesario modificar las bases de licitación para cambiar el modelo de negocios que tenían las licitaciones: desde un modelo de plazo fijo a un modelo de valor presente de los ingresos. Es decir, ahora no se postula a un plazo que es fijo desde el principio, sino que las empresas postulan a un monto a recibir y el plazo se va moviendo dependiendo de si tienen mayor o menor demanda, y con eso los riesgos de la demanda son muchísimo menores para los concesionarios y se ajusta a la realidad distinta que está viviendo el país y el mundo. Eso hizo que los llamados a licitación del año pasado fueran inferiores”, dice Moreno.