La economía chilena se había acostumbrado en los últimos meses a las positivas noticias que entregaba el cobre. Las alzas del precio eran incesantes en medio de las expectativas sobre la recuperación mundial, la demanda china y los bajos inventarios.
El punto más alto de ese rally se registró el 10 de mayo pasado cuando la libra trepó a US$ 4,86 y los expertos debatían si había o no un superciclo.
Sin embargo, desde ese punto, el precio del metal rojo entró en una especie de periodo de estabilización y, luego, en una espiral bajista en la que acumula una caída de 10,46%.
Y esa tendencia se confirma hoy ya que la materia prima experimentó un potente retroceso de 3,51%, lo que supone la mayor caída diaria desde el 4 de marzo pasado. Con este resultado, el cobre se ubicó en los US$ 4,3329 en la Bolsa de Metales de Londres, lo que a su vez representa su cota más baja desde el 23 de abril (US$ 4,24).
La liquidación comenzó en las operaciones de la madrugada, cuando los operadores chinos regresaron de un fin de semana largo. El declive en los precios del cobre por debajo del promedio móvil de 50 días alrededor de US$ 9.781 aceleró la venta masiva.
Cambios en China
“El catalizador principal dela baja es la intención de la Comisión de Administración y Supervisión de Activos del Estado del Consejo de Estado de China (SASAC) de investigar las posiciones en derivados en el extranjero de las empresas estatales de China, lo que provocó el cierre de exposiciones sin cobertura”, explica Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining.
Según detalla, la SASAC es “una agencia especial del Consejo de Estado de la República Popular China que tiene la responsabilidad de supervisar, en nombre del Estado, a las empresas donde el Gobierno de China tiene participación accionaria”.
Esto va en línea la determinación de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC), que la semana pasada renovó su compromiso de intensificar el monitoreo de los precios de las materias primas y fortalecer la supervisión de los mercados al contado y de futuros.
Todo lo anterior “profundizó los reportes de la semana pasada, según los cuales la Oficina de Reserva Estratégica de China informó que tenía la intención de vender una parte de sus existencias de aluminio, cobre y zinc”, asegura Guajardo.
Su opinión es compartida por Williams Adams, director de investigación de metales básicos y de baterías en Fastmarkets, quien señaló a WSJ que “el mayor viento en contra es que China habla de frenar la inflación y acabar con el acaparamiento de metales y la especulación”, agregando que “eso, obviamente, será un factor significativo para eliminar parte del dinero caliente que ha entrado en el mercado del cobre”.
En ese marco, el metal rojo no fue el único que padeció una mala jornada. El níquel cayó 4,4% a US$ 17,655 la tonelada, mientras que el aluminio disminuyó un 1,2% a US$ 2,460 la tonelada y el zinc cayó un 1,2% a US$ 2,459 la tonelada.
Perspectivas
Con todo, hay que señalar que el precio promedio del metal rojo en el año se ubica por encima de la barrera de los US$ 4 por libra, una cifra inédita, marco en el que todavía hay quienes se permiten ser optimistas sobre sus perspectivas.
“La siguiente etapa del repunte será liderada por el mercado físico alrededor del tercer trimestre, cuando toda la cadena de suministro haya agotado sus existencias”, dijo el estratega de commdities de Citi, Oliver Nugent.
En el marco del Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central corrigió al alza su cálculo para el crecimiento del PIB de Chile este año. La entidad dirigida por Mario Marcel corrigió esta y muchas otras variables económicas, entre ellas una muy relevante para el país: el precio del cobre.
Si en marzo la proyección para el precio promedio del año llegaba a US$ 3,95 por libra, en el IPoM de junio ese cálculo subió hasta a US$ 4,25. Se trata de un valor inédito para el principal producto del país.