El coronavirus y las medidas restrictivas para evitar su propagación generaron una de las peores crisis económicas de las que Chile tenga recuerdo, con un fuerte impacto en el empleo y los ingresos.
En ese contexto, y justo cuando se tramita un segundo retiro de fondos de las AFP, precisamente para enfrentar los coletazos económicos de la pandemia, el tercer Barómetro del Trabajo reveló nuevos datos sobre la percepción de la gente sobre el mercado laboral.
De acuerdo al estudio bimensual de opinión pública de la Fundación Fiel (CUT) y llevada a cabo por MORI Chile, los chilenos creen que el promedio del salario mínimo debería ser $474.910, cifra que supera con creces el sueldo mínimo aprobado para regir en 2021 de $326.500.
La cifra, además, es muy superior a los $ 457.000 promedio que había arrojado el sondeo en septiembre.
En materia de pensiones, un 83% cree que las jubilaciones mínimas deben estar en $474.910, casi el mismo nivel que salario mínimo.
En cuanto al “ingreso digno”, los encuestados señalaron que $615.718 es el monto promedio con lo que una familia debiera contar para sobrevivir dignamente. Cabe recodar que, de acuerdo al último Censo, en Chile una familia está compuesta por 3,1 integrantes en promedio.
En cuanto a la crisis sanitaria y económica que atraviesa el país, los encuestados señalan que el dinero que necesitan de ayuda mensualmente para superar esta crisis en promedio es de $476.481, prácticamente lo mismo que esperan del salario mínimo y la pensión mínima.
Según Marta Lagos, Directora de MORI Chile, “esta encuesta demuestra que los chilenos tienen demandas moderadas. Aquí nadie pide nada del otro mundo. Sólo buscan contar con el mismo sueldo mínimo cuando jubilen, son aspiraciones de mejora razonables, perfectamente alcanzables”.
Mercado laboral
En materia de acceso al mercado laboral, el sondeo determinó que apenas un 16% asegura que es fácil o muy fácil conseguir un empleo frente a un 43% de los encuestados que afirma que es difícil o muy difícil. De quienes optaron por esta última alternativa, el 53% pertenece a la clase baja; el 46% posee estudios de enseñanza media; el 52% expone que no les alcanza para llegar a fin de mes y el 51% tienen ingresos menores a $500.000.
Cabe recordar que la crisis económica derivada del coronavirus generó una pérdida de unos 1,8 millones de puestos de trabajo, de los cuales ya se han recuperado casi 600 mil. En el trimestre móvil agosto-octubre se crearon exactamente 302.604 empleos en relación al trimestre inmediatamente anterior, mientras que la tasa de desocupación llegó a 11,6%, por debajo del 12,3 % del trimestre móvil anterior,
“En Chile los que más necesitan de empleo tienen las mayores dificultades para acceder. Es decir, no son personas que no tengan trabajo hoy, va mucho más allá, no tienen las condiciones para encontrar un trabajo. Esto refuerza la idea que hoy es más importante que nunca contar con políticas públicas que fomenten y protejan el empleo”, dijo Bárbara Figueroa, Presidenta de la CUT.
Horas de trabajo y vacaciones
Uno de los efectos que ha traído la pandemia es que los chilenos han pasado mayor tiempo en su casa o con su familia. Para Lagos, esto ha impactado en el estilo de vida de los trabajadores en relación a sus aspiraciones con el tiempo libre o en familia, ya que en un 82% considera que se debería trabajar 40 horas o menos a la semana y el 32% que considera que deberían contar con 5 semanas de vacaciones, cifra que aumenta en 11 puntos porcentuales si se compara con la medición realizada en noviembre del año pasado.
“Los que se encuentran en este grupo son en su mayoría jóvenes, mujeres de clase baja, así como también quienes tienen educación universitaria. Es decir, esta aspiración comienza a ser más horizontal y más transversal socialmente”, agrega Marta Lagos.
¿Somos felices en el trabajo?
El estudio revela también la percepción que el 43% declara no sentirse feliz con su trabajo, en contraposición a un 45% que se inclina por una respuesta afirmativa.
De quienes no se sienten felices en su trabajo, el perfil se define en el 51% que se declara de clase baja, 53% de los que aseguran que no les alcanza para llegar a fin de mes, el 50% que obtiene ingresos menos a $500.000 mensuales y el 48% que afirma que están muy preocupados de perder su fuente laboral.
Entre los rangos etarios, un 49% pertenece al segmento entre los 30 y 39 años de edad y un 46% tiene entre 18 y 29 años.