Estudio alerta bajo reciclaje de envases y embalajes en Chile y desaprovechamiento de capacidad instalada

A pesar de la capacidad técnica instalada para gestionar los materiales que se reciclan en Chile, hay un desaprovechamiento de la infraestructura. La alerta la dio la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (ANIR) en base al estudio “Estadísticas sobre el reciclaje en Chile”, desarrollado en conjunto con Kyklos.

La conclusión se basa en la información de los últimos años sobre siete materiales: cartón, vidrio, aluminio, cartón para bebidas, PET, polietileno (PE) y polipropileno (PP). Todos ellos forman parte de la categoría “Envases y Embalajes” de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) o Ley de reciclaje, donde las empresas que fabrican o importan este tipo de productos, deben empezar a cumplir sus metas de valoración a partir de septiembre de 2023.

Esta categoría de la REP es la más masiva y, por ende, la que más moverá la aguja en el nuevo cambio con respecto al reciclaje en Chile.

Por ejemplo, el cartón que se produce o importa en Chile alcanza casi 920 mil toneladas anuales, en todas sus formas (cartón corrugado, cartón liso, sacos y bolsas, elementos de embalajes, etc.), de las cuales se gestiona menos de la mitad para su valorización o reciclaje (44%), llegando a casi 407 mil toneladas. Sin embargo, analizando las plantas, infraestructura y otros elementos existentes, se podría reciclar el 58,4% del total, desaprovechándose así la posibilidad de hacerlo con otras 132.480 toneladas (14,4%).

La información resulta de las cifras del año 2021, obtenidas de los códigos arancelarios del Servicio Nacional de Aduanas, exportaciones e importaciones de materiales, y entrevistas a integrantes que componen la ANIR, además de información de otras organizaciones ligadas al rubro del reciclaje.

En el caso del vidrio, el material disponible alcanza las 428 mil toneladas. De esta cantidad se gestiona un 33,8% (144 mil toneladas), cuando se podría reciclar un 62,8%. Con respecto al aluminio, si bien hay menor cantidad de material disponible (54 mil toneladas), se gestiona apenas un 14% (7.700 toneladas). La capacidad técnica instalada disponible es muy superior a lo que se hace, llegando al 90% del total. Es decir, se podrían reciclar más de 48 mil toneladas.

En cuanto al PET (botellas de bebidas principalmente), de un total de 114 mil toneladas, se gestiona un 19,6% (22.405 ton). Es decir, hay 91 mil toneladas de PET que no se reciclan, lo que se traduce en su disposición en rellenos sanitarios, vertederos ilegales u otro tipo de lugares que son “inadecuados”, según la terminología utilizada en el análisis.

Según la ANIR, esta capacidad ociosa de la infraestructura existente podría abarcarse de diferentes formas, como por ejemplo importando materiales para que se gestionen y se valoricen acá.

Pero el gremio del reciclaje industrial estima que otro camino sería dar un mayor impulso al reciclaje domiciliario para recolectar una mayor cantidad de materiales de cara a la REP. “Un cambio cultural requiere tiempo. Para recopilar el material necesario y cubrir la capacidad es necesario que avancemos en una arista clave: el reciclaje domiciliario, el cual, en muchísimos lugares del país aún tiene tasas muy bajas y tendrá que ir aumentando de a poco, aumentando la cobertura, con mayores inversiones y un cambio cultural, procesos que requieren un tiempo”, dice Antonia Biggs, gerente general de la ANIR.

Cabe destacar que tanto los actores gubernamentales, como los involucrados en la próxima ley de reciclaje, coinciden en que las estrategias de comunicación y educación acerca del reciclaje en la población serán clave. Esto, porque la REP incluye dos subcategorías para cada uno de los productos prioritarios (Envases y Embalajes, Neumáticos, Pilas, Artículos electrónicos, Baterías y Aceites Lubricantes): una es la referente al reciclaje industrial (por ejemplo, mineras, supermercados, fábricas, etc.) y otra que proviene del reciclaje domiciliario, donde los sistemas de gestión a gran escala serán clave.

De hecho, en términos generales, las cifras del estudio se refieren a los materiales proporcionados principalmente por empresas o materiales industriales, no a nivel domiciliario. “Lo importante será gatillar mayor demanda del material reciclado generado, que exista una buena tracción de demanda, un mercado para este material reciclado (para por ejemplo los flakes de PET, los gránulos de caucho derivado del reciclaje de neumáticos, entre otros) y así impulsar la circularidad”, señala Riggs.

Siguiendo con los datos de esta sexta versión de las “Estadísticas sobre el reciclaje en Chile”, el documento indica que del polietileno (PE), compuesto principal de bolsas, film, envases y botellas, se gestiona un 27,4%, de 164 mil toneladas. Y en el caso del polipropileno (PP), utilizado en baldes, cajas, jaulas, sacos y similares textiles, se recicla un 20,3%, de 93 mil toneladas, quedando 74.185 toneladas sin hacerlo, y la gran parte es de origen domiciliario.