Mientras los mercados continúan temerosos del sector bancario internacional tras la caída de dos entidades en EEUU y el desplome bursátil de Credit Suisse, el debate sobre las consecuencias de lo ocurrido se abre y los expertos se preguntan si esto podría anticipar un escenario peor para las econoomías.
“Credit Suisse venía mostrando problemas desde hace un tiempo ya reflejados en las fuertes pérdidas que reconoció en el año anterior (más de US$7.904 millones). Difícil es predecir qué cosas pueden pasar a partir de allí. Lo lamentable para CS es que aparecieron noticias negativas en momentos en que los inversionistas estaban “con la piel muy sensible””, sostiene Arturo Tagle, quien se desempeño como gerente general de Banco de Chile entre 2010 y 2016, es decir en los años posteriores al estallido de la crisis financiera de 2008.
Lo ocurrido con el banco suizo se da luego de que durante el fin de semana la Fed y el FDIC - entidad que garantiza los depósitos bancarios en EEUU- intervinieron luego de que Silicon Valley Bank sufriera una corrida bancaria que terminó liquidándolo, no obstante el lunes se produjo la caída de un segundo banco ligado al sector tecnológico: Signature Bank.
Según Tagle, lo ocurrido con SVB demuestra “que las corridas de depósitos no son cosa del pasado y no hay sistema bancario que esté libre de que se produzcan corridas bancarias. Más aún, en un mundo mucho más automatizado y con los clientes recibiendo información on-line, el riesgo de corridas bancarias es ahora mucho más alto”.
Enrique Marshall, exvicepresidente del Banco Central y expresidente de BancoEstado, señala que “todavía no tenemos toda la información, pero en principio los datos que tenemos nos dicen que no es comparable, pero ya afloran algunas lecciones”.
“Como elemento a considerar, vivimos mucho rato con tasas de interés muy bajas, y en ese escenario los bancos buscan nuevos negocios y en cómo aumentar los márgenes, se produce entonces un incentivo a tomar más riesgos”, apunta Marshall, y agrega que el alza significativa en las tasas de interés tiene un impacto significativo en los balances de los bancos.
Con todo, dice Marshall, que si esto tiene efectos sobre Chile, dependerá de si “esto adquiere características globales o no, si así fuera inevitablemente conduce a grados de turbulencia en todo el mundo, pero por el momento no se aprecia que sea así”.
En esa línea, Pablo Correa, exvicepresidente de BancoEstado y excoordinador de Mercado de Capitales de Hacienda, comenta que hay “un poco de sobrereacción” en los mercados globales, y que el incremento de las tasas en EEUU no fue algo sorpresivo como para que un banco viera comprometida de esa forma su cartera, como ocurrió con SVB, porque es un banco “que tenía problemas de gestión de riesgo”. Desde ese punto de vista, dice el economista, “hablar de una crisis financiera me parece un poco adelantado”.
Tagle, en tanto, apunta que como lección, “no basta a los bancos con estar bien capitalizados si no cuidan paralelamente la liquidez”, y que si bien en Chile las normas que se han dictado en años recientes sobre capitalización y liquidez atañen por igual a bancos grandes, medianos y chicos, “eso no quiere decir que en no puedan pasar cosas como lo que le pasó al SVB”.
Según Correa, la situación es muy distinta para los bancos chilenos, pues este episodio ocurre “en transición hacia Basilea III, han vivido todo el incremento de tasas (del BC), hace años se implementaron las nuevas exigencias de liquidez, absorbió sin mayores problemas el shock del incremento de riesgo idiosincrático tras el estallido social, el cambio constitucional, tienes un sector financiero local que ya asumió todos los embates que pudieran haber ocurrido, y lo ves fuerte y líquido”.
Con todo, dice Tagle que “en Chile, donde nos gusta que todas las reglas del juego estén detalladamente escritas, nos sorprendemos con la rapidez y flexibilidad con la que actúa el FDIC y como, de la noche a la mañana, diseña una fórmula de solución para un banco en problemas. Creo que hay mucho que aprender en ese plano, recordando que la última vez que se ajustó la Ley de Bancos no se modernizó el asunto relativo a la resolución de entidades con problemas de solvencia”.