Entre los mensajes que entregó el presidente del Banco Central (BC), Mario Marcel, el miércoles en su presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM) ante la Comisión de Hacienda del Senado, hay uno que pasó un tanto desapercibido, pero que es importante en el marco del accountability de su desempeño, lo que ha cobrado mayor relevancia en medio del proceso constituyente, donde el diseño institucional y el accionar del instituto emisor serán debatidos.
En la ocasión, Marcel informó que la institución encargará “una evaluación independiente sobre la calidad y contenido informativo de sus proyecciones económicas”. Se trata del primer ejercicio específico de este tipo en sus 31 años como ente autónomo. Cuatro veces al año -en marzo, junio, septiembre y diciembre- el BC actualiza y da cuenta de su escenario macroeconómico para el año en curso y los dos siguientes a través del IPoM, estimando un conjunto de indicadores, desde el PIB y la inflación, hasta los precios del cobre y del petróleo.
El timonel del BC precisó que “esta evaluación se hará cargo específicamente de comparar las proyecciones informadas en los IPoM para un conjunto de variables macroeconómicas con aquellas provenientes de encuestas, otros modelos macroeconométricos y las de otros bancos centrales”.
También detalló que “estará a cargo de tres reconocidos expertos internacionales en modelación y proyecciones macroeconómicas” y que los resultados los esperan tener para fin de año.
Desde la institución explican que esta iniciativa surgió siguiendo una de las 40 recomendaciones del Panel de Evaluación Independiente que revisó en 2019 al BC chileno, liderado por la exgobernadora del Banco de Israel, Karnit Flug.
De momento, se está en la etapa de conformar este nuevo equipo de tres especialistas que evaluará las proyecciones. La idea de que sean extranjeros apunta a garantizar “independencia e imparcialidad”, precisan en el BC, “siempre procurando la mejor combinación entre experticia y habilidades específicas, junto con distintas experiencias y trayectorias de profesionales de alto reconocimiento en este campo y banca central”.
Además del mandato principal, se les pedirá incluir una sección educativa sobre cómo entender el rol de las estimaciones de variables económicas dentro de un esquema de toma de decisiones más amplio, como lo es la conducción de la política monetaria, y también medir la calidad de las proyecciones utilizadas como insumo para el escenario base, que no necesariamente son elaboradas por el instituto emisor chileno.
Dados esos requerimientos, adelantan, este panel “estará conformado al menos por una economista y algún banquero central (con experiencia pasada o en actual ejercicio)”.
La evaluación comprenderá todo el periodo bajo el actual esquema de metas de inflación, es decir desde septiembre del año 2000, lo que coincide con el lanzamiento del primer IPoM. Las proyecciones del BC “serán comparadas con una batería de expectativas derivadas de encuestas (como la EEE, EOF, FMI, Consensus Forecasts) y otros modelos económicos que los evaluadores estimen pertinentes considerando la información disponible en el momento en el que el BCCh elaboró su escenario”, detallan.
Algunos bancos centrales que realizan este tipo de ejercicios son los de Suecia y Noruega, pero en el insituto emisor destacan que por el tiempo que abarcará la evaluación en el caso chileno, será probablemente la primera en el mundo “que incluirá la crisis financiera global de 2008–09 y la crisis derivada de la pandemia del coronavirus”.
Ante los senadores Marcel agregó que con esta iniciativa, como con otras que han medido el funcionamiento general y grados de transparencia del BC, “no se busca la mera aprobación de organismos o expertos externos, sino contar con insumos para una evaluación institucional que pueda desarrollar el Senado de la República, ante el cual la ley dispone que la entidad informe de las medidas adoptadas y sus resultados”.