Ciento cuarenta días después del último remezón, Falabella vive otro. Predecible, dada la situación que atraviesa la empresa, con varios trimestres consecutivos de pérdidas, descensos de sus ventas y su Ebitda y una pérdida de valor que derribó un tercio de su capitalización en el último lustro. Si en abril la empresa tuvo la mayor renovación de su directorio en décadas, cambiando a cuatro de sus nueve directores y al presidente de la empresa, ahora fue el turno de su CEO, el argentino Gastón Bottazzini, quien dejará la gerencia general del otrora mayor retailer chileno tras cinco años en el cargo.

El cambio se produjo casi cinco meses después de que Enrique Ostalé, un alto ex ejecutivo de Walmart en Chile y la región, reemplazara a Carlo Solari en la presidencia de Falabella. Solari había estado una década al mando del retailer y su salida anticipaba de alguna manera el mismo camino de Bottazzini.

A través de un comunicado, Falabella anunció este martes la renuncia del ejecutivo. En el hecho esencial que envió la empresa a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), y que firmó Ostalé, la compañía precisó que la salida del ejecutivo fue acordada entre el propio Botazzinni y Falabella. Las partes pusieron una fecha concreta: Bottazzini dejará Falabella el 1 de enero de 2024. Así, el argentino seguirá casi cuatro meses al mando, mientras Falabella busca a su sucesor.

Falabella inicia la búsqueda de un nuevo gerente general para superar su momento más complejo. En la imagen, Carlo Solari y Enrique Ostalé.

Bottazzini, declaró Ostalé en el comunicado oficial, seguirá aportando su experiencia, visión y capacidad analítica “en el proceso de sucesión de su cargo”. Para ello, la empresa probablemente recurrirá a una empresa de head hunter que le ayude a buscar candidatos externos y evaluar postulantes internos. Hasta ahora, todos los últimos gerentes generales de Falabella eran ascensos desde otros cargos relevantes en la misma compañía.

Graduado en ingeniería y economía de la Universidad Davis, California, y con un MBA de la Universidad de Harvard, Bottazzini llegó a Chile en 2008 desde McKinsey & Company, donde había trabajado desde 1996, como gerente general de Falabella Financiero, posición en la que estuvo 10 años y desde la cual dirigió CMR, el banco y los negocios de viajes y seguros. En 2018, asumió la gerencia general corporativa en reemplazo de Sandro Solari, integrante de una de las familias controladoras del retailer, quien también había estado cinco años en el cargo.

Sandro Solari también fue una promoción interna; hizo carrera 18 años en el grupo y era gerente general de Sodimac, uno de los brazos más potentes del retailer. En 2012, Solari había reemplazado a Juan Benavides, quien también venía de adentro: era gerente general de CMR, el entonces poderoso brazo financiero. Benavides asumió el cargo en 2004, en reemplazo de Pablo Turner, un ejecutivo con especialización comercial que había reemplazado a José Concha en 2000 y que había trabajado durante tres décadas en Falabella. Su partida a la competencia, Paris, fue entonces un duro golpe para la empresa de retail. Y antes Concha había sucedido, en 1995, a otro histórico: Juan Cúneo.

Falabella inicia la búsqueda de un nuevo gerente general para superar su momento más complejo.

Así, Falabella ha rotado entre ejecutivos con especialización comercial y financiera, algo que ponía en relieve hace unos meses un antiguo director de Falabella, Sergio Cardone, en entrevista con Pulso en abril, cuando la más importante renovación del gobierno corporativo estaba fraguándose y el propio Cardone cedió su lugar. Sobre Bottazzini, Cardone decía: “Tengo buena opinión, ahora siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero no son fundamentales. Gastón tiene un conocimiento grande del tema digital, es bastante inteligente. Claro, siempre va a haber críticas. En Falabella ha habido gerentes que venían del área comercial y gerentes que venían del área financiera; los financieros criticaban a los comerciales, los comerciales a los financieros. Creo que es importante el equilibrio, pero eso ha pasado siempre”.

Quizá ahora, en Falabella vuelva a ser el turno de un comercial. Y la empresa mirará también hacia afuera. En la compañía asumen que una empresa de su envergadura debe explorar candidatos externos e internos y adoptar así la mejor decisión. En la elección de Sandro Solari, un comité interno de búsqueda se apoyó en Egon Zehnder, la empresa de head hunter que apoyó a Codelco en la elección reciente del sucesor de André Sougarret, el exMetro Rubén Alvarado. Esa firma sería candidata para participar en este nuevo proceso.

Botazzini recogió este lunes parte de la crítica que su gestión venía recibiendo desde el cambio de timón de abril. “En todos estos años hemos emprendido muchas iniciativas, hemos tenido éxitos, y hemos cometido errores, ambos han contribuido a un proceso en el que hemos crecido mucho como organización. Estoy seguro de que durante los próximos años cosecharemos todos los frutos de los esfuerzos hechos durante el desafiante proceso de digitalización de la compañía”, analizó en el comunicado que difundió su salida.

Falabella inicia la búsqueda de un nuevo gerente general para superar su momento más complejo. En la imagen, la fachada de Sodimac

La nueva administración de Falabella, dirigida por Enrique Ostalé, estaba impulsando varios cambios a las transformaciones impulsadas por Bottazzini, lo que hacía cada vez más difícil su continuidad, algo que había sido discutido en el directorio y que tenía dividido a sus integrantes, que hoy combina a profesionales externos y representantes de los clanes controladores, las familias Solari, Cúneo y Del Rio.

Débiles resultados

“Le tocó un período difícil”, dice un profesional que coincidió con Gastón Bottazzini en Falabella. La transformación de la industria del retail ha forzado a una reconversión que las tradicionales cadenas de tiendas por departamento han debido acelerar. La pandemia, el auge del e-commerce, las dificultades de las cadenas logísticas, entre otros factores, dañaron los resultados y el valor de Falabella en los últimos años. Cuando Bottazzini asumió la gerencia general, en 2018, la empresa tenía una valorización bursátil cercano a los US$ 17 mil millones. Ahora la empresa tiene una capitalización levemente superior a US$ 6 mil millones.

La compañía de retail reportó la semana pasada que cerró el segundo trimestre de 2023 con ganancias tras tres trimestres de pérdidas, pero las utilidades vinieron de un nuevo modelo de revalorización para sus propiedades de inversión y no del resultado de sus negocios. Los ingresos trimestrales totalizaron a US$3.354 millones, con una caída de 12,5% con respecto al periodo abril-junio de 2022. La baja en el consumo golpeó a los segmentos mejoramiento del hogar, con un descenso de 24% y las tiendas por departamento con una disminución de 17%. Los negocios más resistentes resultaron ser supermercados, donde opera la marca Tottus, y el sector inmobiliario, donde controla la cadena de centros comerciales Plaza.