Fueron dos anuncios en el mismo día. Coincidentemente, poco después de que la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings rebajara la nota del retailer y perdiera con ello su investment grade, Falabella anunció una de las primeras medidas destinadas a mejorar en algo sus alicaídas finanzas: una negociación con su filial Mall Plaza para el traspaso de dos tercios de su negocio de centros comerciales en Perú.


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“Falabella S.A. y Mallplaza acordaron hoy la firma de un Memorándum de Entendimiento, con el objetivo de evaluar la integración en Mallplaza de los activos inmobiliarios de Falabella Perú”, anunció el grupo en un comunicado.

Las partes fijaron un plazo de hasta 120 días para negociar los términos y condiciones. El negocio permitiría que Mallplaza incorporara a su gestión los 11 centros comerciales de Open Plaza Perú, que representan 323.000 metros cuadrados adicionales, y adquiriría el 100% de Mallplaza Perú S.A. (sociedad en que actualmente es dueña del 33,3%). Falabella, así, pasaría a operar en Perú bajo una única estructura inmobiliaria, en línea con la estrategia de la compañía de ser cada vez más simple y eficiente en su operación, justificó la compañía de retail.

El hecho esencial que comunicó Falabella detalla que la “forma de financiamiento de la operación será negociada entre las partes y fijada en el Acuerdo Marco”.

La manera en que Mall Plaza financie la adquisición redundará o no en beneficios financieros para Falabella. Esta última es la controladora de Mall Plaza, al tener el 59% de las acciones. Por ello, Falabella consolida los balances de Mall Plaza y entonces si esta última financia por completo la adquisición con deuda, aquello redundaría en un mayor endeudamiento de Falabella. Sin embargo, si la transacción se financia con una mezcla un aumento de capital, la operación podría resultar en beneficios para Falabella, ya que recibiría el pago del 100% de los activos en venta, pero aportaría su parte proporcional a la participación en Mall Plaza. Por ello, y al ser una operación entre partes relacionadas, la compraventa deberá contar con peritajes y valorizaciones independientes, además de requerir la aprobación de los accionistas minoritarios en una votación en la que Falabella deberá abstenerse.

Con esta operación, Falabella no solo pretende mejorar sus finanzas por esa vía. También permitiría mejorar la gestión de los activos inmobiliarios en Perú, traspasándolos a la empresa especializada en el manejo de estos activos, lo que redundaría en una mejoría de los flujos futuros de Mall Plaza, lo que beneficiaría también a los minoritarios, creen quienes impulsan esta operación.

Falabella requiere urgentemente mejorar sus cifras operacionales y financieras. Su alto endeudamiento llegó en septiembre pasado a representar, en términos netos, 8,2 veces el Ebitda de Falabella, una cifra que hace un año era de 5 veces.

El deterioro de sus finanzas ha ocasionado ya altos costos. Fitch comunicó este martes que bajó las clasificaciones internacionales de riesgo emisor (IDR; issuer default rating) de largo plazo en monedas extranjera y local de Falabella S.A. (Falabella) a ‘BB+’ desde ‘BBB-’. Al mismo tiempo bajó la clasificación nacional de largo plazo a ‘A+(cl)’ desde ‘AA-(cl)’ y la clasificación de acciones a ‘Primera Clase Nivel 2(cl)’ desde ‘Primera Clase Nivel 1(cl)’. Siguiendo la acción sobre la clasificación de Falabella, Fitch bajó las clasificaciones nacionales de riesgo emisor y de los bonos locales de Sodimac S.A. (Sodimac) a ‘A+(cl)’ desde ‘AA-(cl)’ con Perspectiva Negativa; Falabella es la matriz de Sodimac.

Con ello, la empresa perdió su investment grade (o grado de inversión), un indicador para establecer si existe un riesgo bajo de quiebra o insolvencia de pagos a través de la puntuación de activos financieros, empresas o estados en el que las clasificadoras ubican a las empresas desde AAA a BBB-. Al caer de BBB-, Falabella perdió esa categoría que permite a las empresas conseguir mejores tasas de interés y financiarse más barato que las que no están en esa condición.


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La baja de las clasificaciones incorpora el deterioro sostenido del perfil crediticio de la empresa, evidenciado por indicadores de apalancamiento que se espera tiendan a superar los umbrales de grado de inversión. Fitch considera que los planes de Falabella para mejorar su trayectoria de endeudamiento son insuficientes para mantener su clasificación de grado de inversión”, sostuvo Ficth.

Falabella atribuyó la decisión de Fitch al “deterioro de la ratio de deuda financiera neta/EBITDA, producto de las presiones coyunturales que han impactado el indicador, respecto del cual Falabella ha reforzado su compromiso por mejorarlo”. Sin embargo, apuntaron a que seguirán con el plan de fortalecimiento financiero buscando retornar a niveles de endeudamiento prepandemia e incrementar la rentabilidad. “El compromiso de Falabella es fortalecer la situación financiera de la compañía en el menor tiempo posible, lo que debería traducirse en una vuelta a investment grade”, indicó la empresa en un comunicado.

El CFO de Falabella, Alejandro González, señaló que “tal como informamos en la presentación de resultados, estamos tomando todas las medidas para fortalecer nuestra posición financiera, dentro de lo cual el grado de inversión es parte integral, pensando en el crecimiento futuro de Falabella. Para ello continuaremos con nuestro plan que, entre otras acciones, incluye la monetización de activos inmobiliarios por entre US$800 a US$1.000 millones”, dijo.

“Fitch estima que en 2023 los ingresos de Falabella disminuirán 10% a CLP9.400 mil millones, con un margen EBITDAR mínimo de 6,9%, absorbiendo la disminución de los ingresos totales con una actividad promocional mayor. La agencia prevé que en 2024 y 2025 el margen EBITDAR se recuperaría a 7,3% y 8,0%, respectivamente, a medida que la compañía implemente iniciativas de ahorro de costos junto con mejoras en los volúmenes de ventas”, dijo la clasificadora.