Fitch Ratings volvió a poner sus ojos en Chile para hablar sobre el plebiscito por la nueva Constitución, el peso chileno, la labor económica del gobierno del Presidente Gabriel Boric y, principalmente, el estado del déficit de la cuenta corriente del país.
En un reciente informe, la agencia internacional de calificación crediticia estimó que el déficit de cuenta corriente de Chile seguirá alto en 2022 debido a que la demanda interna continuaría alta, lo que impulsará un “fuerte crecimiento de las importaciones, y a las altas remesas de las ganancias de las empresas del sector de las materias primas”. El documento además aborda el panorama en Colombia.
Sobre Chile el texto planteó que el alto déficit de cuenta corriente “es una vulnerabilidad a medida que se endurecen las condiciones de financiación externa, y si la incertidumbre política interna comienza a pesar sobre las perspectivas de la inversión extranjera directa, las presiones externas podrían aumentar”.
La entidad, con sede en Londres, estimó que el déficit de cuenta corriente será de 6,2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022, versus 6,4% de 2021. Previamente, la firma esperaba que esta medición fuera de 4,1% del PIB, ante un escenario de precios más altos de las materias primas que se exportan y menos importaciones.
Al respecto, la clasificadora argumentó que “la elevada demanda interna sigue impulsando un fuerte crecimiento de las importaciones, mientras que los precios de las exportaciones de productos básicos son volátiles. Los precios del cobre han caído a los niveles anteriores a la guerra de Ucrania y los precios del petróleo han retrocedido desde su máximo. Las remesas de las ganancias de las empresas petroleras y mineras privadas siguen siendo otro factor importante”.
Mirada a las condiciones locales
Sobre las condiciones locales, Fitch destacó que en Chile se avecina un referéndum sobre una nueva Constitución, el que junto al panorama internacional y la incertidumbre que genera el proceso, “podrían afectar a las cuentas financieras a través de los flujos de la inversión extranjera directa y los flujos de cartera”.
Ante esto, el texto aseveró que “la nueva Constitución propuesta se someterá a referéndum popular a principios de septiembre e, independientemente de su resultado, las incertidumbres persistirán”.
Otro de los temas políticos que destacó el informe es el desempeño de la administración de Gabriel Boric y la propuesta de la reforma tributaria: “Asumió el cargo en marzo y ha demostrado hasta ahora pragmatismo fiscal , comprometiéndose a aumentar los impuestos para satisfacer las presiones del gasto social. Pero su capacidad para cumplirlos sigue sin estar clara ante un Congreso dividido”.
Peso chileno
El documento también resaltó la caída del peso chileno ante el dólar y los efectos que tendrá para la economía del país: “La depreciación debería ayudar a facilitar el ajuste externo a lo largo del tiempo, pero puede amplificar los desafíos macroeconómicos existentes al aumentar la inflación”.
Frente a la debilidad de la divisa local, Fitch también estimó que afectará a la relación entre deuda y PIB de Chile.
“La participación de la deuda en moneda extranjera de Chile aumentó a casi 35% a fines de 2021 desde 21% a fines de 2019″, dijo el texto, que resalta que el país tuvo que depender más de su deuda externa para financiar “sus grandes déficits fiscales” generados durante los peores momentos de la pandemia por Covid-19.
En esa línea, Fitch también dedicó palabras al Banco Central de Chile, calificando su actuar de proactivo al contexto económico tras el alza de tasas “de manera agresiva y que han ayudado a respaldar la credibilidad de la política (monetaria)”.
Sin embargo, el documento estimó que si bien la intervención del Banco Central en el mercado del dólar ha impulsado al peso chileno, afectará sus reservas de liquidez externa. Además, realzó que Chile “reemplazó su línea de crédito flexible (FCL) del FMI de US $23.900 millones, con una línea de crédito a corto plazo mucho menor, de US $3.500 millones”.