La incertidumbre sobre la economía chilena no necesariamente se disipará tras el plebiscito del domingo pasado. Al menos esa es la visión de Fitch, que en un reporte enviado esta tarde señaló que el triunfo del En contra “pone de relieve las divisiones políticas y la polarización social en curso y podría aumentar las presiones fiscales”.

En esa línea, la agencia señaló que argumentó “la incertidumbre política seguirá pesando sobre la inversión en sectores clave y sobre el crecimiento económico, mientras que es probable que aumente el gasto social para abordar algunas de las demandas que llevaron a las propuestas de reforma constitucional en primer lugar”.

Además, sostuvo que mientras la primera propuesta fue fruto de una convención “controlada por políticos de izquierda”, el borrador revisado este domingo “era más moderado y proponía cambios al sistema político para reducir la fragmentación y al mismo tiempo preservar en términos generales las disposiciones de la constitución existente sobre cuestiones económicas y defender los derechos de propiedad”.

Con todo, la agencia indicó que el resultado del plebiscito “no afecta la calificación soberana de Chile, ya que los pilares macroeconómicos de la constitución existente que han respaldado políticas sólidas seguirán vigentes.”.

Pero, “si se hubiera adoptado la segunda propuesta, no creemos que habría perjudicado el modelo económico de Chile, como se señaló cuando afirmamos la calificación ‘A-’/Estable del país el 13 de diciembre de 20232.

“El intento de Chile de abordar el descontento social a través de canales institucionales es consistente con sus sólidos indicadores de gobernabilidad. Sin embargo, la preparación y luego el rechazo de una propuesta de cambio constitucional radical, seguido del fracaso de una propuesta mucho más conservadora, pone de relieve tanto la fragmentación política como la opinión pública polarizada. En opinión de Fitch, estos factores seguirán presentando a la administración del presidente Boric desafíos de gobernabilidad para implementar su agenda de reformas estructurales”, indicó la clasificadora.

Y en esa línea, dijo que “la disfunción política podría seguir debilitando la estabilidad política, lo que ha provocado una disminución moderada de los indicadores de gobernabilidad y ha afectado las perspectivas de inversión y crecimiento2.