El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya había destacado a Chile para el 2022 en su último informe de proyecciones económicas para las principales economías y regiones del mundo, y ahora vuelve a reafirmar esa postura al plantear que la economía local crecerá este año más de lo que proyectaron la última vez.
El aumento de 0,5 puntos en la estimación de América Latina para el 2022 “es el resultado de una recuperación más robusta en las economías más grandes (Brasil, México, Colombia, Chile”, decía el FMI ayer en su informe de perspectivas económicas.
Ahora, el FMI publicó un documento en el que cambia su proyección de crecimiento económico de Chile para este año de 1,5% (estimada en abril) a 1,8%.
El organismo también destaca que “entre las mayores economías (de la región), Chile y Colombia han experimentado un repunte especialmente dinámico, impulsado por el fuerte crecimiento de los servicios, en parte debido al estímulo fiscal de finales de 2021″.
Cambio de mirada para el 2023
Sin embargo, las proyecciones del FMI cambian sobre Chile a la hora de pensar en el próximo año. El organismo antes creía que para el 2023 Chile crecería 0,5%, pero ahora estima que no subirá nada.
Ante esto, Chile es la nación de peor desempeño económico entre los seis países de América Latina que mide el FMI para el próximo año. Colombia (+3,5%), Argentina (+3,0%), Perú (+3,0%), México (1,2%) y Brasil (+1,1%) tendrán en 2023 un mejor desempeño que el país (0%) en este ítem.
Además, pese a la corrección al alza para el crecimiento de Chile de este año, el país es el segundo de peor desempeño de el grupo de seis naciones medidas por el FMI: Colombia (+6,3%), Argentina (+4,0%), Perú (+2,8%), México (+2,4%), Chile (1,8%) y Brasil (+1,7%)
Inflación, desaceleración y factores externos
En línea con el panorama para Chile, el FMI destaca que las economías de América Latina y el Caribe terminarán con su tendencia de recuperación este año ante condiciones financieras mundiales más duras y las presiones inflacionarias.
Otros de los problemas que anticipa la para la región son el “aumento de las tensiones sociales en medio de la creciente inseguridad alimentaria y energética”.
Por otro lado, el documento precisa que el alza en el precio de las materias primas ha ayudado “algunas economías de Sudamérica”, mientras que a otras las ha afectado al depender más de la importación, como América Central y las economías caribeñas dependientes del turismo. Pero independiente de a quién favorece este efecto, producido por la invasión a Ucrania por parte de Rusia, entre otros factores, el FMI proyecta que las materias primas comenzarán a bajar.
“Esto podría suponer un alivio de las presiones inflacionarias mundiales con el tiempo, pero a costa de nuevos retos para la región”, dice el FMI, que precisa que el aumento del costo de la vida seguirá durante estos años.
Desde el FMI estiman para la región una inflación del 12,1% y el 8,7% para 2022 y 2023, respectivamente, las tasas más altas de los últimos 25 años, según sus cifras.
“Esperamos que la inflación supere el límite superior de los rangos objetivo de los bancos centrales en unos 400 puntos básicos, en promedio, entre las cinco mayores economías latinoamericanas (Brasil, Chile, Colombia, México, y Perú) para finales de este año, y que permanezcan fuera del rango objetivo durante parte del próximo año”, agrega el texto.
Entre otros dolores de cabeza que tendrá la economía de la zona, el FMI destaca el acceso a créditos en condiciones menos favorables, debilitamiento de la moneda local y crecientes presiones salariales.
Sin embargo, el organismo destaca que los sectores y actividades afectadas por la pandemia, como el del turismo, tras la apertura pudieron impulsar la economía de la zona y lo podrán hacer todo este año, pese a que el FMI estima que la actividad comience a bajar este segundo semestre.
“Prevemos que la región crezca un 3,0% este año, una mejora respecto a nuestra previsión de abril del 2,5%”, dice el texto respecto a las proyecciones para este año.
Mensaje para los gobiernos
El FMI entregó una serie de recomendaciones a los gobiernos de la región ante el mal momento económico que anticipa, y agrega que en este contexto se hará más difícil impulsar nuevas políticas públicas.
“(Los gobiernos) deberán seguir centrándose en preservar la estabilidad macroeconómica y la cohesión social. En medio de los elevados niveles de deuda pública tras la pandemia y el aumento de las tasas de interés reales, la política fiscal deberá centrarse en reforzar los equilibrios y garantizar la sostenibilidad de la deuda”, dice el FMI
No obstante, el organismo destaca que se debe seguir ayudando a quienes más lo necesiten, pero “con medidas específicas”.
Mientras que, para el Banco Central, el mensaje fue que “la política monetaria debe seguir centrándose en domar la inflación y anclar las expectativas de esta. Esto, junto con una comunicación clara, que seguirá siendo clave para preservar la credibilidad de los bancos centrales, que tanto les ha costado conseguir”.