Hay propuestas de la reforma previsional que evalúa positivamente, como el alza de la Pensión Garantizada Universal (PGU) y el cambio de los multifondos por fondos generacionales. Pero también hay otras propuestas de las que es crítico. De todas formas, antes de empezar a responder preguntas, lo primero que dice el gerente general de AFP Capital, Jaime Munita, es que quieren que salga adelante una reforma de pensiones. También es lo último que menciona antes de finalizar esta conversación. “Nosotros queremos empujar una reforma, lo venimos diciendo hace ocho años, y creo que esto no da para más. Lo que no puede ocurrir es que esto nuevamente vuelva a trancarse en el Senado, producto que no logremos llegar a acuerdo”, comenta.
¿Y esta reforma cree que cumple las condiciones para poder llegar a un acuerdo?
Es compleja, porque esto no es una reforma, esto es la eliminación del sistema actual y el establecimiento de un sistema nuevo. Y eso lo hace mucho más difícil, porque al final del día se está derogando el DL 3.500 y se está estableciendo un nuevo marco jurídico y legal. Y eso es eliminar el sistema actual y establecer un nuevo sistema de pensiones.
¿El proyecto que el gobierno ingresó al Congreso este lunes era lo que esperaba?
Cuando uno empieza a leer el proyecto y se da cuenta de los detalles, claramente hay cosas que no nos esperábamos.
¿Una de las cosas que no se esperaban era la derogación del DL 3.500?
Sí. Y me parece que, además, esta reforma no recoge muchas de las demandas de la ciudadanía. Eso me parece que es más complejo: establecer un nuevo sistema de pensiones, en vez de reformar las cosas que hoy día hay, y que sabemos que la ciudadanía demanda.
¿Y qué tipo de cosas cree que la ciudadanía demanda y que no están en la reforma?
La ciudadanía lo que quiere es tener la opción de elegir. Nosotros tenemos una encuesta recién hecha: el 76% de nuestros clientes cree que debe haber libertad para elegir quién administra y también quien invierte los fondos de pensiones. Si bien es cierto que el gobierno ha dicho que el proyecto otorga la libertad a elegir, hay varias cosas que son parciales. Eso también hay que decirlo.
¿En qué ámbitos de la reforma cree que no hay libertad de elegir?
Primero, aquí se establece un administrador de cuentas que va a ser el que recaude y pague, como monopolio centralizado estatal, función que hasta el día de hoy realizan las AFP. Las personas no van a tener opción de elegir quién administra su cuenta, quién hace el registro, quién le paga y dónde puede ver su cartola, su saldo. Lo segundo es que hay una nueva cotización del 6%, que va a un ente estatal que va a administrar las inversiones y sobre ese 6% no hay opción de elegir. Eso es con cargo al empleador, y no por ser de cargo del empleador no es de las personas. Tampoco va a ser heredable, porque va a ir a cuentas nocionales y esa cuenta nocional va a ser reparto: un 30% se va a dividir entre las personas que cotizaron el mes anterior y un 70% va a ser administrado por el Estado para poder pagar beneficios que esta reforma establece, como por ejemplo, UF 0,1 por año cotizado, o poder cubrir las brechas de las mujeres. Ahí hay una serie de beneficios que contempla esta reforma que van a ser cubiertos con el 6%. Además, se eliminan productos como la cuenta 2, como los depósitos convenidos, donde tampoco las personas van a poder elegir y hoy son productos muy valorados por las personas y que van a ser eliminados. Las personas tampoco van a poder elegir el retiro programado, ya que solo les van a dar la opción de renta vitalicia. Entonces, cuando uno mira esta reforma y dice que le da la opción a las personas de elegir, la verdad es que es una verdad parcial.
El ministro de Hacienda decía que la herencia tiene mucha letra chica, que muy poca gente es la que finalmente accede.
Si es poca o es mucha me parece irrelevante. Lo que me parece relevante aquí es que aquellas personas que tengan la posibilidad de heredar tengan el derecho a hacerlo.
No le gusta la idea de un ente estatal que centralice todas las funciones de soporte, pero también se ha instalado el eslogan de “No más AFP”. Entonces, ¿cuál es la solución?
Una solución podría ser establecer una AFP estatal y que al final del día, las personas sean las que elijan. Si no quiero más AFP, me voy a este ente estatal que puede cumplir las mismas funciones. Pero hay muchas personas que sí quieren mantener su ahorro en la AFP y en consecuencia, ¿por qué coartar esa esa elección?
El gobierno ha dicho que quieren centralizar las funciones en un ente estatal, en parte porque eso genera economías de escala que se traducirán en menores comisiones para los afiliados. ¿Coincide con ese análisis?
No hay una evidencia empírica de que eso sea así. La ciudadanía pudo ver cómo siete AFP fueron capaces, en poco tiempo, de entregar en forma muy eficiente los retiros. Además, no ha habido ningún problema en la administración de las cuentas. Pero me parece que centralizar todo en un ente estatal tiene varios problemas. Lo primero es que le genera una inestabilidad al sistema. Lo segundo es que, al final del día, sabemos cómo es la atención del Estado: cuando uno quiere hoy día ir a sacar el pasaporte o un carné de identidad. Sabemos que los plazos son bastante más largos. Sabemos que la eficiencia del Estado administrando es distinta de la de los privados. Y lo tercero, también hay que decirlo, hay un riesgo político del control total de las cuentas, de los ahorros de pensiones, y eso, evidentemente, puede ser el día de mañana un riesgo político complicado de administrar frente a un gobierno populista que pueda cambiar las decisiones respecto de lo que hay hoy día. También he quedado en evidencia la complejidad que ha tenido el Estado en poder pagar la PGU.
Pero igualmente se podría crear una entidad como BancoEstado, que no ha tenido problemas relevantes...
Me parece que aquí las transiciones son importantes. El plazo de dos años para establecer la vigencia de ley creo que es un plazo corto. Aquí se requiere desarrollar sistemas, independiente de que uno pueda subcontratar. En eso se tiene que tener mucho cuidado, porque como pasó en Bolivia, que quisieron centralizar todas las cuentas, pero estuvieron meses sin pagar pensiones. Creo que son riesgos que hay que tener muy, muy a la mano. El proyecto entra en vigencia el mes 25 después de aprobada la ley. Y eso le exige a la Superintendencia definir una serie de políticas, normativas, compendios, etcétera, y en eso también me parece importante que tanto el Inversor de Pensiones Público y Autónomo (IPPA), como el Inversores de Pensiones Privados (IPP), tengan las mismas reglas del juego.
¿Quedaron bien establecidas las reglas de los IPP para que realmente se genere mayor competencia, o ve difícil que las AFP se transformen?
No es evidente el interés de poder transformarse en un IPP. Creo que hay restricciones y exigencias que se tienen que evaluar en su justa medida para determinar si tiene sentido o no transformarse. Pero esto será materia del accionista.
¿No está descartado que puedan ir al Ciadi?
También es una decisión que tiene que tomar el accionista, que tampoco está definido o me han informado.
A los IPP no se le permite tener fuerza de ventas. También se le pone límites a la publicidad, además de otras exigencias. ¿Cree que pueda haber otras entidades que quieran participar?
Me parece erróneo restringir las fuerzas de venta en un entorno donde yo estoy diciendo que hay competencia, porque para que haya competencia hay que tener fuerzas comerciales que el día de mañana puedan ir a buscar clientes que estén en otros IPP y que yo le pueda demostrar que mis atributos como IPP y mi rentabilidad es más beneficiosa. Entonces, me parece que eso restringe mucho la libertad de competencia entre los IPP.
Esta reforma plantea varios cambios. ¿Cuál es el que más le preocupa?
Lejos el que más me preocupa son las cuentas nocionales. Claramente lo que la gente quiere es que ese 6% vaya a su cuenta de capitalización individual y este proyecto lo que hace es destinar ese 6% a reparto. Básicamente lo que hace es generar una cuenta nocional, y todos sabemos que una cuenta nocional es un “vale por”. También nos preocupa este ente centralizador, monopólico.
¿Y qué temas encuentra positivos?
Me parece muy positivo que este proyecto contenga un aumento de la PGU, orientado a las personas más necesitadas. También hay que decirlo, me parece interesante la propuesta de los fondos generacionales, porque hoy día básicamente lo que hace el fondo generacional es que tú entres a un fondo y estás toda la vida sin necesidad de cambiarte. Y es el ente administrador en forma centralizada el que va cambiando la composición de los activos dependiendo de la edad en la cual tú estás. Partes con una composición de más riesgo, buscando más retorno, y en el tiempo vas bajando el riesgo que este fondo está tomando, de tal manera de minimizar la volatilidad que pueda tener el fondo cuando estás cerca de pensionarte. Eso tiene varias ventajas. Primero, que va a permitir optimizar mejor tu cartera de inversiones, porque no tienes que tener más liquidez de la necesaria por los cambios de fondo. Segundo, es que permite tener más activos ilíquidos, como los alternativos. Y sí, hay que decirlo, los multifondos generan confusiones, recibimos mucha inquietud de parte de las personas, que nos preguntan en qué fondos deben estar, y esto lo resuelve de alguna manera.