El gremio salmonero vivió una verdadera cumbre la semana pasada. Más de 1.200 personas del sector, entre empresarios, ejecutivos, proveedores y trabajadores se dieron cita en el Teatro del Lago, en Frutillar, en el primer Salmón Summit. Entre ellos estuvo Gerardo Balbontín, gerente general de Blumar, grupo pesquero y salmonicultor, controlado por la familia Sarquis, con operaciones en el norte y la zona centro sur y sur.

Pese a la “tremenda alegría” que transmite tras participar en el evento sectorial -”no recuerdo haber estado en un evento como este, a nivel nacional e internacional, con el grado de diferencia en visiones que había de la academia, de políticos, de expresidentes, de ONGs opositoras”- Balbontín no rehúye del análisis planteado por Arturo Clément, presidente del gremio organizador del evento, quien acusó “ninguneo” hacia el sector.

Gerente general de Blumar y Ley de Pesca: “Tendría que ser demasiado optimista para pensar que algo bueno va a salir de ahí”

“Es una industria que tiene poco conocimiento de la élite, yo diría que académica y de los tomadores de decisiones políticas, muy grande. Y lo que más se repitió aquí es la importancia que tiene esta industria para el país. Entonces, uno cree que debería conocerse mucho más de lo que es”, plantea.

La ley de pesca aparece como el principal factor de riesgo, ¿cree que está enfocado en los aspectos correctos o hay que modificar el proyecto sustancialmente?

- Primero, nace de un concepto que ha tratado de meterse fuertemente, que la actual ley es una ley corrupta, que fue concebida de mala forma. Ya partiendo con un tema ideológico con esa carga, es muy difícil poder armar una ley que realmente tenga el beneficio final, que es mejorar la actual legislación. Pero que no nos cerramos, es necesario mejorar la ley de pesca.

¿En qué aspectos?

- En aspectos como el control de la pesca ilegal, y la formalización del trabajo del pescador artesanal. Esta ley fue evaluada por la FAO a petición de la presidenta Bachelet, y en general el marco completo fue de una buena ley que requería modificaciones. Es una ley que tiene una buena gobernabilidad, un buen sistema de control y de hecho, si uno lo ve en la principal pesquería, que es la del jurel, desde que se creó la ley, el año 2013, teníamos cuotas de 250.000 toneladas, y hoy día estamos llegando a 850.000 toneladas. Prácticamente se ha multiplicado por 3,5 veces lo que pescábamos, por lo tanto ha ayudado también a recuperar pesquerías.

Pero, ¿usted confía que se va a poder sacar adelante un proyecto razonable en el trámite parlamentario?

- Tengo muchas dudas. Yo he visto varias de las sesiones a nivel de la Comisión de Pesca y diría que es difícil, tendría que ser demasiado optimista para pensar que algo bueno va a salir de ahí por el nivel de discusión que se está llevando. Con la última de los peces sintientes, ya uno ve que hay una carga ideológica que más que nada ridiculiza el proceso legislativo más que darle la formalidad y la altura que se requiere.

Gerente general de Blumar y Ley de Pesca: “Tendría que ser demasiado optimista para pensar que algo bueno va a salir de ahí”

Ahora, son visiones minoritarias que fueron rechazadas…

Sí, pero es fuerte porque el presidente es el que lleva la tabla de la comisión, por lo tanto, si es minoritario, perfecto, quedó él en una posición que por supuesto que se rechazó y no va a seguir adelante, pero inmediatamente genera ya algo que es negativo respecto de la ley.

Hay desconfianza hacia la industria, ¿Cómo pueden mejorar la falta de licencia social?

- Es un trabajo que estamos haciendo bastante grande, pero hoy día destruir licencias es más fácil, es mucho más fácil; construir es mucho más difícil. Como industria, estamos haciendo todos nuestros esfuerzos justamente para ganar esa licencia social. Es cosa de ver las compañías hoy día y nuestra compañía en particular, lo que tenemos en términos de estrategia, sostenibilidad, en los temas que estamos hoy día preocupados respecto a nuestro grupo de interés. Destruir desde el punto de vista de los slogans es súper fácil, y la gente generalmente se compra la primera fila, pero va un poquito más profundo y no es así.

Se generó mucho ruido con estas reuniones con autoridades y actores de la industria, coordinadas por Pablo Zalaquett. ¿Cómo evalúan esos episodios?

- Ese tema ya se vio bastante, fue algo que ya pasó. Yo no participé en esas comidas, por lo tanto yo creo que ya pasó.

Sí participó el presidente de Blumar…

- Sí, pero habría que preguntarle a él.

¿Pero hay alguna revisión crítica de cómo se pueden manejar esas cosas?

- No, no.

Inversiones paralizadas

La implementación de la Ley Lafkenche concentra las preocupaciones de la industria del salmón. Esta norma permite a las comunidades indígenas presentar solicitudes de Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO). Si bien una de las más polémicas, que pretendía asignar 621 mil hectáreas de borde costero en la región de Aysén a dos comunidades fue rechazada en febrero, otras siguen complicando al sector. Balbontín defiende el origen de la ley, pero pide mejoras.

Gerente general de Blumar y Ley de Pesca: “Tendría que ser demasiado optimista para pensar que algo bueno va a salir de ahí”

El expresidente Frei fue bastante enfático en pedir el fin de la Ley Lafkenche. ¿Lo ve de la misma forma?

- No, yo no sería tan drástico. La Ley Lafkenche parte persiguiendo un fin sumamente noble, que era entregar espacios costeros a los pueblos originarios de acuerdo a sus usos consuetudinarios. Creo que todo el mundo que participó en la formación de esa ley estaba consciente de ese objetivo. El problema es que después se fue desvirtuando y mal usando para poder pedir estas grandes extensiones. Es una ley que ojalá se perfeccione, se mejore y se busquen las formas de desincentivar el mal uso.

Por ley, la tramitación de una ECMPO completa debiera demorar 12 meses. Se ha dicho que están demorando 6 años, pero yo he sacado la cuenta: no hay ninguna que haya demorado 6 años, estamos sobre 7 y hasta 8 años. Durante ese tiempo se paraliza cualquier tipo de iniciativa productiva en ese lugar.

¿Cuántas inversiones tiene paralizadas?

- Ya perdí la cuenta, no tengo una cifra. En Magallanes está absolutamente paralizado el otorgamiento de nuevas concesiones. En la décima y décima primera región por ley ya no se entregan nuevas concesiones, pero sí en la décima segunda región. Nosotros tenemos concesiones que están en el último grado de tramitación, que ya llevan 10 años y se congelaron desde el momento en que una de las ECMPO de Magallanes salió. Ya llevamos 14 años desde que se solicitó el permiso. La ECMPO se empezó a tramitar en el año 2018-2019, y le deben quedar cuatro años más por lo menos. Por lo tanto, ya no hay cifra de inversión asociada. Estamos más bien esperanzados en que se mejore, se perfeccione esta ley y se vuelva a buscar el objetivo con el cual fue desarrollada.

¿Cuál es el plan de inversión que tienen más allá de la salmonicultura?

- Es difícil el escenario. Con este proyecto de ley de pesca, la verdad es que cero inversión. No tenemos absolutamente nada que hacer con cómo está establecida la nueva ley, que nos puede hacer licitar casi el 50% del remanente de las licencias transables de pesca clase A. Con esa incertidumbre no podemos pensar en inversiones.

Gerente general de Blumar y Ley de Pesca: “Tendría que ser demasiado optimista para pensar que algo bueno va a salir de ahí”

¿Qué explica los malos resultados del año pasado?

- Los malos resultados del año pasado pasan principalmente por un bloom de alga. Nos pasó el 31 de diciembre, se reconocieron en el ejercicio del año pasado, y fue un evento que ojalá no vuelva a ocurrir. Este año los resultados que mostramos en el primer trimestre son también reflejo de ese bloom que tuvo una mortalidad, y no pudimos tener el producto para poder procesar y vender.

Ese efecto, ¿debería desaparecer a lo largo de este año? ¿Cuáles son las proyecciones para el cierre de 2024?

- Desapareció el primer trimestre. Después diría que tenemos un primer semestre complejo, principalmente por la disminución de volumen. Estamos cosechando muy poco, pero tenemos un mucho mayor volumen de crecimiento hacia el segundo semestre. Así que esperemos que los precios (del salmón) nos acompañen, los costos nos acompañen, y no tengamos ningún tipo de incidente. Tenemos mucha más esperanza para el resto del año, principalmente el segundo semestre.

¿Qué esperan para los precios?

- Están completamente dentro del terreno previsible. Estamos ante un mercado que viene con una carga inflacionaria importante. La comida se ha hecho más cara, no solamente para nosotros, también en Estados Unidos, en todas partes. La gente está buscando sustitutos más baratos, pero así y todo, la demanda por salmón sigue creciendo. En el primer semestre los precios están más altos, en el segundo semestre los precios están más bajos, pero tenemos mucho optimismo respecto del mediano plazo, porque la demanda va a seguir creciendo y los precios van a tender a seguir creciendo. Como dicen los economistas, los fundamentos del negocio están claramente para que este estamos en un muy buen negocio.