El fin de semana del 12 de abril fue una especie de presentación en sociedad de quien a partir del 1 de mayo es el número uno del grupo Enel en Chile. Aunque fue jugando casi de local, pues ocurrió en el Stadio Italiano y frente a buena parte de la colonia empresarial de origen itálico en Chile, como los Angelini, los Cuneo o los Solari. Giuseppe Turchiarelli (53) fue uno de los oradores de la Convención anual de Cámaras Italianas de América Latina. Allí, en una instancia de alcance regional y en su doble calidad de vicepresidente de la Cámara de Comercio Italiana de Chile y de gerente general de Enel, expuso sobre su empresa y su estrategia de energía y sustentabilidad.
A diferencia de antecesores al mando del grupo, Turchiarelli ha hecho un esfuerzo por abrochar relaciones sociales en el país. De hablar pausado, es mesurado en sus intervenciones y cortés –no expansivo- en sus acercamientos. En el Encuentro Nacional de la Empresa (Enade) de la semana pasada se le vio junto a un histórico ejecutivo local de Enel como colaborador en la siempre compleja tarea de plantar bandera en el mapa del quién es quién en los negocios en Chile.
“Nació en la isla de Cerdeña, donde se caracterizan por ser de pocas palabras, pero de grandes valores”, explica Luciano Marocchino, presidente de la Cámara Italiana.
No sólo nació en Cerdeña, sino que estudió su pregrado y se tituló de economista en la Universitá degli Studi di Cagliari. Además, es hincha del Cagliari FC, donde jugaron Mauricio Isla y Mauricio Pinilla.
Pero más allá de su personalidad, fueron otras características las que catapultaron a Turchiarelli para ser elegido gerente general y country manager de Enel Chile: su dilatada carrera en la empresa, sus casi 20 años como expatriado, su abultado currículum financiero y su visión estratégica. “Es una persona de números”, resume Marocchino. “Es un hombre de finanzas, a diferencia del anterior, que era más de gestión”, comenta un director de la compañía. “Pese a provenir del mundo financiero, es muy orientado hacia la estrategia”, puntualiza un ejecutivo.
Tras egresar de la universidad en 1996, llegó a Enel en 1999 como controller, es decir, encargado de costos y contabilidad. Ya en 2006 inició su carrera internacional en el grupo. Su primera destinación fue al mando del área de control de gestión de la empresa Elektrarne en Eslovenia. Tres años después llegó como tesorero y director de finanzas (CFO) a Enel Latin America. En 2011 se fue a Enel Green Power, la unidad de energías renovables del grupo que recién levantaba cabeza, como director de finanzas para Italia y Europa primero y para Iberoamérica después, ambas con sede en Roma. Allí aprovechó de sacar un MBA en la escuela de negocios romana LUISS. Con el cartón en la mano, pasó a encabezar el área de planificación y control de Enel para Italia y luego fue CFO para Europa y Norte de África.
Desde esa posición, fue enviado a Chile como CFO, adonde llegó en septiembre de 2019, sólo un mes antes del estallido social, por lo que fue testigo directo del incendio que sufrió el edificio de Santa Rosa 76, que albergó durante 55 años y hasta el mes pasado a la ex Endesa.
Con un presidente puertas afuera
Pese a contar con un directorio que lo acompaña, es el country manager el hombre fuerte de las multinacionales en Chile. Por eso, en el mercado se esperaba con más interés profesional el nombramiento de este puesto que el de presidente de la mesa, que llamaba la atención mediática por ser quién reemplazaría al histórico Herman Chadwick, quien estuvo ocho años en ese sillón.
A Chadwick lo reemplazó otro chileno, poco conocido eso sí aquí: Marcelo Castillo. Un ingeniero eléctrico que inició su carrera en la ex Endesa pero que luego, con la llegada de Endesa España, partió a Madrid y luego, con Enel, siguió a Roma. En Europa se hizo experto en regulación. “Este nombramiento puede ser un mensaje de los italianos respecto a lo que quieren de ese puesto”, dijo una alta fuente de la compañía. Es que Castillo rompe con una tradición que venía desde los tiempos de Endesa España, cuando al mando del directorio designaban a hombres estrechamente vinculados con la élite política y económica del país como Pablo Yrarrázaval (expresidente de la Bolsa de Comercio), Hernán Somerville (exlíder de los bancos), José Antonio Guzmán (expresidente de la CPC) y el propio Chadwick.
Castillo seguirá viviendo en Europa, por lo que comandará la empresa desde Roma. Así, con mayor razón será Turchiarelli quien tendrá que hacer, apoyado por directores chilenos como el exembajador Pablo Cabrera y la presidenta de la Cámara de Comercio de Santiago, María Teresa Vial, el trabajo de vinculación con autoridades, políticos, gremios u otras empresas locales.
“Para Enel, Chile es estratégico”, coinciden dos fuentes. “En orden, yo diría que Italia y España son los mercados más importantes, pero después vienen Brasil, Colombia y Chile. Y Enel está en 29 países”. Hay que ver las cifras de Enel para confirmarlo: en ingresos, Chile fue el cuarto aportante del grupo con 4.998 millones de euros de un total de 95.565 millones, y en Ebitda (una medida de flujo de caja operacional) fue el quinto, con 1.315 millones de euros para un total de 20.255 millones.
Sus encargos
De gustos simples, Turchiarelli juega tenis y su plato favorito es la pizza. Casado, con dos hijos ya en edad universitaria –uno de ellos parte a Italia a estudiar-, estuvo a punto de no lograr el cargo, lo que quizás podría haberlo hecho reevaluar su permanencia en Chile. Es que Enel tardó en ratificarlo. Su antecesor, Fabrizio Barderi, anunció su renuncia el 25 de enero. Recién el 28 de febrero se informó que Turchiarelli asumiría como gerente general interino. Y el 29 de abril fue ratificado. Es que el preferido era el country manager de Perú, Marco Fragale. Pero el retraso en una operación de venta de activos eléctricos en ese país impidió su arribo, pues su compromiso era cerrarla.
A quienes trabajan en Enel Chile, en todo caso, les gustó la decisión. Todos los consultados dijeron que se trata de un excelente profesional, de bajo perfil, con mucha experiencia y con interés por ampliar sus redes en el país.
Dos directores coinciden en que su misión será llevar a cabo el plan de inversión de Enel Chile de US$ 2.300 millones en el período 2024-2026, que es un 30% más que en el trienio anterior y cuyo 44% irá a proyectos renovables y un 25% a sistemas BESS de baterías para almacenamiento de energía. Pero ese programa tendrá un elemento adicional, que viene como anillo al dedo a un especialista en finanzas y con visión estratégica: que Enel desarrolle sus próximos proyectos en asociación con fondos de inversión donde la italiana se quede con el 51% de propiedad. “La idea de las asociaciones en temas de energía es un leit motiv mundial, con el objeto de cumplir las metas de energía verde en pos de la descarbonización”, confirmó otro director. Es, entonces, el “right man for the right moment”, agregó.
Y un compañero de labores en la empresa lo ratifica, comparando a los últimos country manager que ha tenido Enel en el país: “Nicola (Cotugno, 2016-18) era de relaciones, Paolo (Palloti, 2018-2022) era de números, Fabrizio (Barderi, 2022-24) de gestión eléctrica, y Giuseppe, de estrategia”.