La Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) anunció que impuso mayores exigencias a las estructuras de cultivo de salmones para evitar el riesgo de hundimiento de jaulas o escapes de peces. Esto, en medio de unos nuevos accidentes en un centro de la empresa Blumar, en la Región de Los Lagos.

“La norma fue elaborada bajo la premisa de que esas estructuras deben ser capaces de contener a los peces y evitar su escape, a la luz de distintos episodios que han involucrado a jaulas de ese tipo, a lo largo del tiempo”, dijeron desde Subpesca por medio de un comunicado.

Sin embargo, la norma aún no es dada a conocer y será publicada “próximamente”.

El impacto de las corrientes, vientos y olas, entre otros, son los elementos que toma en consideración el documento que busca mitigar los efectos de estas variables en las jaulas de cultivo.

“(La iniciativa) se enmarca en la revisión continua de las exigencias regulatorias a las que se debe someter la industria para mantener altos estándares de seguridad y resguardo medioambiental, y evitar episodios, como el hundimiento de jaulas y escape de peces ocurrido hace unas semanas en Reloncaví”, dijo el subsecretario de Pesca y Acuicultura, Román Zelaya,

Según el gobierno, la norma se basó en datos reunidos en un estudio del Fondo de Investigación Pesquera (FIPA), cuya ejecución se encargó a la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

El caso

En el incidente de las operaciones de Blumar, se registraron 103.720 peces escapados, correspondientes al 12% del total de salmónidos presentes en el centro (875.125). “Esta información se basó en estudios de prospección y análisis de imágenes tomadas con dos robots submarinos (ROV) y con sonares Hammerhead de alta tecnología, realizados por la empresa, según lo solicitado por las autoridades sectoriales competentes”, comentó en su momento el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca).

Además, en dicho reporte, se indicó que el escape afectó a dos de las 18 jaulas del centro. Las 16 jaulas restantes, en tanto, se hundieron arrastrando consigo un total de 771.405 peces, equivalentes al 88% de los peces del centro. Por lo anterior, la mortalidad presente en el fondo marino se estima en 2.900 toneladas, dado que el peso promedio de los salmones al momento de la contingencia era de 3,8 kilos, precisaron.