Gonzalo Sanhueza: “El problema de la economía chilena ya no es la inflación, es el crecimiento”
El economista y socio de Econsult afirma que el Banco Central podría comenzar a bajar la tasa de interés entre fines del primer trimestre o principios del segundo. Además, señala que la agenda del gobierno no es la que se necesita para levantar la economía. “Llevamos 10 años con una economía estancada”, puntualiza.
Gonzalo Sanhueza, economista y socio de Econsult, tiene una mirada optimista sobre la inflación. Dice que tras el registro del 0,3% de IPC de diciembre la reducción de precios continuará durante este año. Por ello, plantea que ya no será un problema para la economía chilena, no obstante, su proyección para el cierre de 2023 se ubica por sobre el 3,6% que estimó el Banco Central en el Informe de Política Monetaria de diciembre.
La inflación cerró el año en 12,8%, el mayor nivel desde 1991. ¿Primó el factor interno o externo el año pasado?
-Hubo múltiples elementos que están detrás de esta inflación. El primer shock fue de oferta, debido a que producto del Covid no había bienes, las empresas no estaban funcionando normalmente y eso generó un efecto fuerte de contracción de la oferta. Esto fue acompañado con todo el tema de los fletes navieros, que también produjo ahí un colapso del sistema. A ello se suma un componente que tiene que ver con shock de demanda, que también tiene dos partes: una es que los consumidores no podían moverse, y cuando no podían moverse, tenían que concentrar su consumo en algunos bienes -alimentos y durables- por eso la gente compraba televisores, cambiaba el celular, porque no había cómo consumir servicios. Entonces, hay una contracción de oferta por un lado y un cambio en la demanda hacia precisamente esos bienes, que además están con la oferta contraída. Y lo otro fue el tema de las transferencias fiscales, que es una política de estabilización que hicieron los países, en todas partes del mundo. Es una combinación de fuerzas. Lo importante es que esto ya pasó. Y ahora el problema ya no es la inflación, sino que el problema de la economía chilena se llama crecimiento económico.
Entonces con este 0,3% de diciembre ya se empieza a desacelerar la inflación. ¿No debería haber sorpresas mirando hacia adelante?
-Uno siempre puede tener sorpresas, pero claramente lo que vamos a ver es que estamos en un proceso de desaceleración de la inflación. Hay varios factores que están detrás de eso. Uno ha sido un shock externo que tiene que ver con el precio de la energía que ha bajado, el precio de los alimentos también se ha contenido y se ha devuelto el tipo de cambio. A ello se suma que los inventarios están altos; cuando eso pasa, debe haber liquidaciones de esos stocks, porque con tasas de interés altas obviamente es muy difícil mantenerlos. Y, por último, la política monetaria contractiva.
¿Las fuerzas muestran que la inflación debe continuar esta tendencia a la baja?
-El ciclo económico ya está bastante dibujado: la economía se va a seguir desacelerando el primer trimestre, venimos de una desaceleración que partió más o menos en marzo de 2022, y si uno mira los niveles, en marzo ya empezó a bajar la economía. Va a seguir bajando probablemente hasta marzo de este año, y eso nos va a dar una caída acumulada de en torno al 4,5%, similar a la crisis asiática, similar a la recesión del 2009, y ahí ya los niveles van a empezar a recuperarse. Eso va a permitir que, entre fines del primer trimestre o principios del segundo, el Banco Central pueda comenzar a bajar la tasa de interés y vamos a ir ya en una trayectoria de convergencia. Entonces, creo que ya pasamos la parte más dura del ciclo, queda la última parte de este ciclo contractivo, que es tal vez donde se va a notar más la recesión, que son los próximos tres o seis meses para luego ir saliendo.
¿Pero puede haber riesgos internos, como la presión política por mayores ayudas sociales que impliquen mayor gasto fiscal?
-No veo que haya un riesgo en términos de que hay un presupuesto para este año que tiene holgura y que perfectamente se pueden ir acomodando estos mayores gastos que sean focalizados. En la medida que se focalice en las personas que son más vulnerables y que estén siendo más afectadas, los riesgos inflacionarios pueden ser muy contenidos. Las políticas que generan inflación son esas políticas universales de transferencia que tuvimos. Si el gobierno lo hace focalizado y en los segmentos que realmente son más vulnerables, no debiéramos ver un shock inflacionario por eso.
¿Usted suscribe entonces la proyección que tiene el Banco Central de llegar a diciembre al 3,6% o está más cerca de lo que espera el mercado de entre el 4% y el 5%?
-Nosotros tenemos una proyección de fin de año del 5% de inflación, principalmente porque lo que va a pasar el 2023 es que las economías emergentes, Chile, Brasil, Colombia, partieron antes con los ajustes monetarios, y por lo tanto, ya llevamos más tiempo con tasas de interés altas, y por ello, estamos viendo más rápido las caídas de inflación. En cambio, los países desarrollados, que partieron más tarde con el ajuste monetario, todavía van a estar en un proceso de aumento de la tasa de interés. Entonces, esa diferencia que se va a producir generará una presión a la depreciación del peso, y eso va a hacer que la inflación no caiga tan rápido en nuestras proyecciones respecto a lo que plantea el Banco Central.
¿Cuándo ve que ya estaría en un dígito la inflación?
-El Banco Central mira al menos los próximos 24 meses y ve básicamente que en ese horizonte la inflación converja al 3%. Lo que va a estar viendo el Banco Central es que a fines del primer trimestre de este año ya la economía habrá vuelto a su nivel de crecimiento de largo plazo. Los niveles de la tasa de interés son bastante altos respecto a lo que es la tasa de equilibrio de política monetaria, entonces el Banco Central actuó correctamente subiendo la tasa de interés y llevándola a los niveles a los que la llevó. Ahora debiera empezar a bajar rápido, sobre todo la primera parte del año. Nosotros estimamos que va a llegar al 6,25% a fines del 2023, y después probablemente va a ser un poco más lento para volver al nivel de equilibrio.
¿Ve la inflación en el 3% ya para 2024?
-En el escenario central, sí.
Cuando partió la entrevista usted dijo que la inflación ya no sería el problema de la economía, sino el crecimiento. ¿Se refiere principalmente a que el gobierno tiene que buscar medidas procrecimiento? ¿O también al tema de las reformas y despejar todo ese debate?
-Primero hay que constatar que llevamos 10 años con una economía estancada. Eso todavía no está incorporado, porque la desaceleración fuerte de la economía parte el 2014. Entonces, cuando vemos que el ingreso per cápita en 10 años no ha crecido y el Banco Central nos dice que los próximos 10 años también vamos a estar prácticamente estancados, claramente tenemos que refocalizar la agenda. El gobierno no está en la agenda correcta, porque está aplicando las mismas políticas que ya se han aplicado, que partieron el 2014, y que lentamente hicieron desaparecer el crecimiento. ¿Se acuerdan cuando estábamos en 2014 discutiendo esto? Se discutía cómo podía impactar en el crecimiento, había economistas que decían que no iba a tener ningún impacto, con mil razones, pero pasan 10 años y el crecimiento desapareció, no es que bajó, desapareció.
¿Ve que esta reforma tributaria sí tiene impacto en el crecimiento?
-Sí, hay una mayor carga a las empresas y eso termina afectando el crecimiento, la inversión y el empleo. Además, estamos discutiendo el royalty, pero el BC nos dice que la minería crecerá cerca del 0,5% en los próximos 10 años; en vez de buscar medidas para que el sector minero crezca más del 0,5%, estamos en una discusión de cuanto más podemos sacar del royalty. Lo que no ha crecido en Chile es la inversión y para que eso ocurra se debe tener ahorro, capital, pero esta reforma, como ya no puede seguir subiendo los impuestos a las empresas va por el impuesto al capital, que por lo demás ya pagó impuestos cuando se generó.
Lo que plantea el gobierno es que esta reforma tributaria es para tener ingresos en el corto plazo, porque es probable que una agenda procrecimiento con distintas medidas toma tiempo en echarla a andar…
-Si desde 2014 nosotros hubiéramos seguido creciendo al 4% en vez de crecer al 2%, tendríamos cuatro puntos más del PIB en recaudación. Esos son los mismos 4 puntos que quiere el gobierno. Uno podría haber conseguido los mismos ingresos que esta reforma pretende si es que hubiéramos focalizado. Tenemos políticas que se han aplicado en los últimos 10 años para resolver problemas que estamos todos de acuerdo se deben solucionar, pero lo que ha generado es el efecto contrario. Estamos en un círculo bien vicioso, se nos achica la economía, pero queremos seguir subiendo los impuestos. Hace 10 años que la economía no crece. Debemos cambiar de receta.
¿Cuál es su proyección para el PIB de 2023 y cómo ve la salida de la recesión en 2024?
-Nosotros esperamos una caída del 2%. Los factores positivos para 2023 es que pareciera que habrá un fuerte aumento en la producción de cobre, y lo otro es el acuerdo por la nueva Constitución. La incerteza política y económica bajó fuerte luego de ese acuerdo. Ahora, la salida será lenta, porque el crecimiento tendencial es bajo y nosotros creemos que la salida tendrá un crecimiento del 1,8%.
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