Guillermo Le Fort: “Cuando el dólar amenazó con quebrar el piso de los $700, el BC envió esa señal que es una forma de intervención”

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Relativiza la importancia de las reservas ”son más bien un adorno (...) es como poner en una casa un cartel que diga: Cuidado con el perro”. Frente a la economía, su estimación es bien baja: “Espero que lleguemos a un crecimiento de 4% para 2021”.


Un panorama con más nubes que despejado es lo que anticipa para este año el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, consultor y exdirector del FMI, Guillermo Le Fort.

Entre la segunda ola de pandemia y los procesos políticos, cree que el mundo será el que tire el carro de la economía local.

Hace poco apareció adhiriendo a la campaña del candidato independiente de derecha, Sebastián Sichel, de quien dice: “Es una persona demócrata, moderada, de centro reformista que tiene una visión de Chile atractiva. Me parece que haría un buen gobierno”. Aclara eso sí que esta entrevista es en su calidad de experto, ni un ápice ligado a la candidatura.

¿Cómo terminó 2020?

-El último trimestre fue peor de lo proyectado, y la caída del PIB (Producto Interno Bruto) en 2020 será de 6% o algo más, un resultado peor del esperado. Existía mucho optimismo respecto de la recuperación, pero la situación de la pandemia ha ralentizado este proceso.

¿Sigue siendo válida la proyección de 5,5%-6,5% para este año dada por el Banco Central (BC)?

-En 2021 la recuperación va a ser lenta particularmente en el primer trimestre, que podría ser de un crecimiento marginalmente positivo. No estamos en condiciones de iniciar una explosión de crecimiento ni mucho menos, porque si las restricciones se mantienen o se intensifican, la recuperación será lenta. Espero que lleguemos a un crecimiento de 4% para 2021 pero eso no está garantizado…

¿Es un techo, de qué dependerá?

-No quiero decir que sea techo. Si la vacuna tiene una distribución muy rápida y genera efectos de inmunidad de manada de modo tal que en el segundo trimestre podemos ver una relajación de las restricciones y que sectores como hotelería, turismo, restaurantes, vuelven a funcionar, podríamos aspirar a algo más con un tercer y cuarto trimestre muy buenos. Pero, tal como se ve, creo que sería un escenario muy optimista. Por otro lado, está el escenario de no lograr avances con la vacuna, y seguimos en una situación de contagio como el actual, realmente ahí el 4% no llegaría. Lo importante es que la economía puede funcionar aunque sea con restricciones, porque volver a un encierro como el del invierno pasado tiene costos económicos muy grandes.

¿Cómo influirán el proceso constituyente y el sinfín de elecciones que se aproximan?

-La verdad es que hay varios elementos negativos. Hemos mencionado la pandemia, y los otros tiene que ver con el estallido, la violencia y la incertidumbre política por las elecciones, que lleva a los privados a postergar decisiones, lo cual tiende a ralentizar la economía.

¿Habrá algo favorable en este escenario medio negro que pinta?

-Claramente lo único favorable es la situación externa porque con pandemia y todo, la recuperación de la economía mundial está empezando y el aumento del precio de algunos commodities, particularmente del cobre es muy favorable.

¿El alza del precio del cobre será un alivio para el fisco?

-Ayudaría a reducir el déficit efectivo que estimo será alto, y sería tremendamente útil para nosotros en términos de reducir la necesidad de endeudamiento, porque estoy seguro que los ministros de Hacienda de éste y el próximo gobierno no van a soltar la mano porque tengamos un poco más de ingresos por cobre. En todo caso, yo aún no doy mayor probabilidad de que sean ciertos algunos escenarios muy optimistas pintados por analistas internacionales de un nuevo súper ciclo del cobre.

¿No cree que venga otro boom?

-No creo en un súper ciclo sino más bien lo relaciono a expectativas de presiones inflacionarias y exceso de liquidez. En ese sentido puede ser muy flor de un día, porque cuando las autoridades monetarias empiecen a retirar parte del fuerte impulso monetario el precio del cobre alto puede disiparse.

En ese plano, ¿cómo está mirando la política monetaria local? ¿Cuándo irá retirando el estímulo?

-De todas maneras se mantendrá en todo 2021, y si este año termina muy débil podría extenderse para 2022; pero si la recuperación viene fuerte, el BC podría en 2022 empezar a dar señales de retiro del estímulo monetario sea a través de Tasa de Política o reduciendo los activos que ha adquirido para estimular la demanda.

¿Qué le pareció la última medida del BC para aumentar las reservas que impactó en el dólar?

-El BC ha hecho una buena labor durante la pandemia. Ahora cuando el dólar bajó y amenazó con quebrar el piso de $700, el BC envió esa señal que para mi es una forma de intervención diciendo que aprovecharán de aumentar las reservas internacionales.

¿Era necesario aumentarlas?

-Se pueden tener reservas, pero son más bien un adorno. En términos de seguridad del país no es como tener un perro guardián o tener armas en la casa, ni siquiera como tener un buen sistema de alarma, es más bien como poner un cartel afuera que diga: “Cuidado con el perro”. Las reservas nos hacen ver como más poderosos para enfrentar una crisis, pero lo cierto es que cuando la crisis llega nadie se atreve a usarlas, porque ese solo hecho es un signo de debilidad, de alarma. Es para tenerlas y poder mostrarlas.

¿Cómo proyecta el desempleo? ¿Por cuánto tiempo será una mochila pesada?

-Es difícil de responder porque además hay un desempleo oculto, y la tasa verdadera de desocupación es mayor que la que se observa actualmente. Creo que en 2021 vamos a seguir con un desempleo alto porque aparecerá la gente que está fuera de la fuerza de trabajo. Estimo que en 2023-24 podríamos ver una reducción de la tasa desempleo a niveles más normales en torno a 7%. No será un proceso muy rápido.

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