La inflación en EEUU sigue siendo un verdadero dolor de cabeza. En junio subió más de lo previsto por el mercado, y el dato interanual es el más elevado en cuatro décadas. Los mercados reaccionan con caídas tras la cifra peor a lo previsto.
Según datos oficiales entregados este miércoles en Estados Unidos, el IPC subió un 1,3% en junio, mientras que los analistas esperaban un 1,1% en el sexto mes del año. En términos anuales la inflación se elevó un 9,1%, frente al 8,8% que esperaba el mercado. Además, llegó a su mayor nivel desde diciembre de 1981.
El IPC subyacente se incrementó 5,9% frente al 5,7% estimado.
Por categorías, los precios de la energía se empinaron un 7,5% en el mes, y 41,6% en doce meses. La mayor parte del alza inflacionaria se explica por el alza de precios de la gasolina que ha subido un 60% en doce meses. Los costos de la electricidad también se han elevado con fuerza en la principal economía del mundo. El índice de alimentos subió un 1% en junio y 5,6% anualizado.
Los futuros de Wall Street reaccionan a la baja tras el dato peor a lo previsto, y las miradas se volcarán a lo que hará la Fed en su próxima reunión, donde se espera una nueva subida de tasas de interés, para contener las presiones inflacionarias.
En su última reunión, el Banco Central de EEUU subió las tasas en 75 puntos base. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha prometido una lucha incondicional contra la inflación.