La cuenta regresiva ya empezó. Antes del 10 de diciembre las isapres deberán comunicar a los empleadores cuáles son los precios corregidos de la prima GES de cada afiliado, producto del fallo que dictó la Corte Suprema que anuló el último incremento de dicha prima que hizo la industria en octubre del año pasado. Después de eso no hay vuelta atrás: las empresas deben incorporar los cambios en sus planillas de remuneraciones de diciembre, que son los sueldos que generan las cotizaciones previsionales que se pagan en enero.
Eso significa que en el primer mes de 2024 las isapres empezarán a ver una caída de ingresos que es cercana al 13% promedio, fluctuando entre 5,3% y 25,8%. Ello implica que las aseguradoras privadas de salud dejarán de recibir unos $42 mil millones mensuales de ingresos. Bajo este escenario, ya en enero ninguna isapre tendrá ingresos suficientes para cubrir el costo de ventas, esto es, el pago de licencias médicas y los costos de las prestaciones de salud de sus afiliados. Desde ahí en adelante, sólo tendrán pérdidas mes a mes, salvo que las autoridades adopten alguna medida especial, o que sus controladores hagan un aumento de capital, algo impensado en las actuales circunstancias.
Así se desprende de las últimas cifras disponibles en el sitio web de la Superintendencia de Salud. Allí se observa que al cierre del primer semestre, la industria tuvo ingresos mensuales por $325.966 millones. Pero de haberse aplicado el fallo GES, sus ingresos habrían sido de $283.343 millones al mes, lo que no les habría alcanzado para cubrir el costo de ventas por $294.210 millones. Es más, a eso hay que restarle los gastos de administración que tuvieron por $32.909 millones, lo que sumando otros ítems de ingresos y egresos ($3.308 millones), habría resultado en una pérdida mensual antes de impuestos de $40.467 millones, versus las ganancias mensuales por $2.155 millones que realmente obtuvieron.
Y según los cálculos de la industria, algo similar a ello ocurriría en enero, porque si bien el verano suele ser una época donde los afiliados gastan menos en prestaciones de salud, de todas maneras anticipan que los ingresos no alcanzarían para cubrir todos los costos.
Eso no se traduce necesariamente en una caída inmediata, explica el exsuperintendente de Salud, Patricio Fernández. Como entrarán en pérdidas desde el primer mes, significa que las isapres empezarán a generar una deuda. Para pagarla, recurrirán a su caja. Pero si reduce mucho su efectivo en caja, pueden empezar a incumplir el indicador legal de liquidez. Antes de caer en un incumplimiento y ser intervenidas por el regulador, los controladores tienen la opción de inyectar dinero. Pero nadie lo hará bajo las condiciones actuales, aseguran desde la industria, porque si ven que su compañía va a tener pérdidas de por vida hacia adelante, lo que conviene es dejar de operar.
Eso es lo que ocurriría, aseguran, si nada cambia en lo inmediato. Por eso, la Asociación de Isapres advirtió este viernes que “de no mediar acciones concretas desde la autoridad, pone en cuenta regresiva al sistema de salud privado y en la antesala de una crisis sanitaria que ha sido insistentemente anticipada”. De hecho, en lo que fue su primera comunicación oficial luego del portazo que le dio la Corte Suprema a la consulta de la Superintendencia de Pensiones para aplazar la entrada en vigencia del fallo GES, aseguraron que “la ejecución de las sentencias por GES genera una caída en los ingresos de una magnitud imposible de abordar desde las isapres y conduce a una situación de inviabilidad, por el deterioro terminal de los indicadores financieros que cada institución debe cumplir para operar. Eso fue advertido por la Superintendencia de Salud en su reciente escrito a la Corte Suprema”.
Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, piensa que la crisis ya está en marcha y que incluso algunas isapres “pueden decidir informar en diciembre al superintendente que están en un riesgo cierto de quiebra, lo que deben estar evaluando, toda vez que en este escenario, y ante la incertidumbre jurídica que provoca este fallo, y que no está resuelto el efecto del fallo de Tablas de Factores, y que el Ejecutivo y algunos partidos de gobierno no han querido aceptar en forma integral las recomendaciones de la comisión técnica, no preveo que las empresas harán aportes de capital, ya que con eso aumentarían el volumen de sus pérdidas. Por lo tanto, efectivamente habrá problemas de caja para enfrentar las demandas de reembolso de sus afiliados”.
La caída de ingresos
Al cierre del primer semestre de este año sólo dos isapres registraron pérdidas. Pero si el fallo GES hubiese estado en marcha en ese período, todas las isapres tendrían mermas. El caso más extremo es el de Consalud: a junio la isapre registró una ganancia mensual antes de impuestos cercana a $2.170 millones, pero si se hubiera aplicado el fallo GES, habría tenido una pérdida mensual de $14.505 millones.
Lo anterior, considerando que el regulador calculó que el impacto del fallo GES en Consalud sería de menores ingresos por 25,8%, por lo que sus ingresos mensuales por cotizaciones habrían pasado desde los $64.630 millones mensuales que obtuvo realmente, a $47.956 millones en el primer semestre, lo que no le habría alcanzado para cubrir los costos en licencias médicas y prestaciones de salud que tuvieron sus afiliados por $57.021 millones mensuales promedio en ese período. A eso, además, hay que restar los gastos de administración por $6.550 millones que tuvo la isapres, e incorporando otros ítems de ingresos y egresos es que se obtiene el nivel de pérdidas antes mencionado.
La misma tendencia se repite en el resto de las isapres, aunque con menores pérdidas. Cruz Blanca obtuvo un resultado mensual antes de impuestos levemente positivo en el primer semestre, pero habría tenido pérdidas por $9.397 millones mensuales promedio aplicando el fallo, ya que el regulador estimó que la isapre verá una baja promedio mensual de 14,8% en sus ingresos.
Banmédica ya tuvo pérdidas mensuales promedio de poco más de $1.000 millones en el primer semestre, pero de haberse aplicado el fallo serían mermas por casi $7.000 millones al mes, dada la baja de 8,4% que se generaría en sus ingresos.
Colmena y Nueva Masvida en el primer semestre consiguieron un resultado mensual antes de impuestos de -$148 millones y $902 millones, respectivamente; pero de haberse aplicado el fallo cada una de ellas habría tenido pérdidas por poco más de $4.200 millones. Esto, porque según la estimación del regulador, la primera verá una baja mensual de ingresos de 5,3% y la segunda de 17,7%.
Por último, en el caso de Vida Tres habría pasado de las ganancias mensuales por $159 millones que obtuvo, a pérdidas mensuales por $1.100 millones, ya que el regulador proyecta que tendrá una baja de ingresos por 6,5%.
De esta manera, las isapres alcanzarían a cubrir entre el 65% y 95% de los costos en prestaciones de salud, según el impacto del fallo en cada isapre. Lo anterior, porque al ver los ingresos que tendría cada una aplicando el fallo GES, y luego de restarles los gastos en administración y el costo del Subsidios por Incapacidad Laboral (SIL), se obtiene que, por ejemplo, a Consalud le quedaría dinero suficiente como para cubrir el 65% de los costos por prestaciones de salud que tuvieron sus afiliados en el primer semestre. El resto del dinero tendría que sacarlo de caja, deudas, o aporte de sus controladores. En la vereda opuesta se ubica Vida Tres, que alcanza a cubrir el 95,5%. Entremedio están Colmena, con el 92%; Banmédica, con el 88%; Cruz Blanca, con el 79%, y Nueva Masvida, con un 78%.
¿Por qué ahora las isapres podrían quebrar, si ya tuvieron pérdidas durante los dos años anteriores y no pasó nada? Porque en ese momento veían que eventualmente podrían equilibrar los ingresos con los gastos, y por eso los controladores optaron por inyectar dinero y no dejar caer las empresas. Pero ahora no tienen un horizonte de ganancias hacia adelante que haga sostenible la operación. Por eso, aseguran que sería más barato cerrar ahora, antes de que llegue enero. De momento, están esperando a ver las acciones que adopten las autoridades en las próximas semanas, antes de tomar una decisión definitiva.
En ese sentido, en su comunicado de este viernes, la Asociación de Isapres enfatizó que “el espacio de acción para impedir una catástrofe en el sistema de salud es muy breve, por lo que llamamos al gobierno y al Congreso a implementar cuanto antes los inéditos consensos alcanzados, por la integridad y el bienestar de cientos de miles de pacientes, que requieren la continuidad en sus atenciones de salud y el tratamiento oportuno de enfermedades”.
Es más, aseguraron que “nos encontramos frente al último eslabón de esta crisis, que obliga a definiciones urgentes. De ello dependerá si en los próximos meses asistimos al desmantelamiento de la salud privada o si enmendamos el rumbo hacia una sostenibilidad que permita transitar a una reforma integral del sistema”.